El —triste— estado de la misión de la NASA para explorar Europa

Por Daniel Marín, el 1 septiembre, 2016. Categoría(s): Astronáutica • Europa Clipper • Júpiter • NASA • Sistema Solar ✎ 74

Después de años de retrasos y cancelaciones, 2015 parecía haber sido el gran año de la misión de la NASA para estudiar Europa. La NASA aprobó el desarrollo de la sonda en su fase inicial —un requisito necesario que sin embargo no garantiza que sea aprobada finalmente—. Y no solo eso, también seleccionó los nueve instrumentos que llevará la misión, dando la impresión de que estábamos ante un proyecto relativamente maduro. Pero, contra todo pronóstico, nuevos nubarrones se aproximan por el horizonte que, en este caso, tienen forma de nuevos recortes provenientes de la Casa Blanca. De ser así, la misión —conocida informalmente como Europa Clipper— no podrá despegar en 2022 como la NASA tiene previsto.

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Diseño actual de la misión a Europa, formalmente conocida como Europa Multi-Flyby Mission (EMFM) e informalmente como Europa Clipper (NASA).

Veamos. En el año fiscal 2015 la administración Obama asignó 15 millones de dólares a la misión a Europa y el Congreso obligó a que fueran 100 millones. En el año fiscal 2016 se repitió la batalla: la Casa Blanca pidió 30 millones y el Congreso le enmendó la plana una vez más y asignó 175 millones. Para el año fiscal 2017, sí lo han adivinado, volvemos a tener un encontronazo entre el Congreso y la Casa Blanca. Mientras Obama pide 49,6 millones, el Congreso quiere asignarle 260 millones para asegurar un lanzamiento en 2022. ¿Qué pasa aquí?

Primero, no es nada extraño que el Congreso y el gobierno de los EEUU estén en desacuerdo con la financiación de los diferentes proyectos de la NASA. Ahí tenemos al cohete SLS y la nave Orión como el mejor ejemplo de un programa financiado a pesar de la administración Obama. Segundo, no es ninguna sorpresa que el actual gobierno de los EEUU rechaza una misión a Europa en 2022. Pero, ¿por qué?

El principal motivo es, como no, el dinero. El gobierno quiere que una misión a Europa no supere los dos mil millones de dólares para que no pueda interferir con otros programas costosos como el rover Mars 2020 o el telescopio WFIRST. Nadie desea un proyecto cuyo presupuesto se dispare y bloquee el desarrollo de otras misiones, como en su momento fue el caso de la misión Cassini o el telescopio James Webb. Y es que los grandes programas espaciales tienden a crecer fuera de control. Como botón de muestra, el rover de 2020 ya va por los 2400 millones cuando originalmente estaba previsto que saliera por unos 1500 millones. La Casa Blanca no quiere que la misión a Europa se descontrole de igual forma y se convierta en un agujero negro presupuestario, de ahí su oposición vehemente a destinar fondos a este proyecto.

Diseño actual de la sonda a Europa de la NASA (NASA).
Diseño actual de la sonda a Europa de la NASA (Europa Multi-Flyby Mission) (NASA).
Campo de visión de los instrumentos de la misión a Europa (NASA/JPL).
Campo de visión de los instrumentos de la misión a Europa (NASA/JPL).

Pero esta oposición se podía entender antes de que la NASA aprobase la selección de instrumentos y diseño final de la sonda. ¿Por qué quiere matar ahora una misión que va viento en popa? Por varios motivos. Por un lado, porque la Casa Blanca no quiere que se use el cohete SLS para lanzar esta misión. El empleo de este lanzador permitiría llegar a Júpiter en 2025, mientras que con un vector convencional lo haría alrededor de 2030, es decir, cinco años de diferencia. Sin embargo, el SLS es tremendamente costoso y probablemente se lleve una buena parte del presupuesto (sí, la NASA deberá pagar por el uso de su propio cohete y no le saldrá gratis como alguno pudiera pensar). Además, el gobierno se opone sistemáticamente a cualquier proyecto que pueda fortalecer la existencia del SLS, como es la misión a Europa.

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Opciones de lanzamiento de la misión a Europa, con SLS o cohetes convencionales (NASA/JPL).

No obstante, la disputa principal tiene que ver con el deseo del Congreso de añadir una sonda de aterrizaje a Europa. Efectivamente, en diciembre del año pasado el senador republicano por Texas John Culberson logró obligar a la NASA –y, por extensión, al gobierno— a que la próxima misión a Europa incluyese una sonda para explorar la superficie (Europa Lander). Y aquí empezaron los problemas. Aunque la NASA ha intentado concebir una sonda de aterrizaje de pequeño tamaño, ha sido imposible crear una nave que pueda viajar junto con la sonda Europa Clipper y cuyo presupuesto esté por debajo de los mil millones de dólares.

Propuesta del JPL de sonda de aterrizaje en Europa: un híbrido entre la Mars Pathfinder y Curiosity (NASA/JPL).
Propuesta del JPL de sonda de aterrizaje en Europa: un híbrido entre la Mars Pathfinder y Curiosity (NASA/JPL).

La sonda de aterrizaje a Europa se halla todavía en pre-Fase A —es decir, no es más que un conjunto de estudios previos—, pero todo apunta a que finalmente será una sonda tanto o más compleja que Europa Clipper. El plan actual contempla que sea lanzada dos o tres años más tarde por otro cohete SLS y que incluya un orbitador para enviar los datos desde la superficie de Europa a la Tierra de forma casi continua (o sea, en realidad serían dos sondas). La sonda usaría una variante del sistema sky crane para aterrizar, así que sería una especie de cruce bastardo entre las sondas marcianas Mars Pathfinder —por el diseño tetraédrico con pétalos desplegables— y Curiosity.

Elementos de la misión Europa Lander (NASA/JPL).
Elementos de la misión Europa Lander (NASA/JPL).
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Secuencia de descenso de la sonda de aterrizaje en Europa usando el sistema sky crane (NASA/JPL).

Para más inri, la NASA pretende ahora que esta sonda tenga una vida útil en la superficie de 23 días —¿habrá que añadir un RTG?— y que sea capaz de recoger y analizar un mínimo de tres muestras del suelo con una profundidad de unos 10 centímetros (parece poco, pero recordemos que según algunos modelos la superficie de Europa recibe material fresco del interior del océano que se encuentra bajo la corteza de hielo, así que podríamos determinar las propiedades de dicho océano estudiando las sustancias que se encuentran en la superficie. Claro está que otros modelos predicen lo contrario).

Brazo robot de la sonda apra capturar muestras del suelo de Europa (NASA/JPL).
Brazo robot de la sonda apra capturar muestras del suelo de Europa (NASA/JPL).

La masa al lanzamiento de esta nueva sonda ronda ya las 8,2 toneladas y las peores estimaciones sugieren que superará fácilmente los dos mil millones de dólares de Europa Clipper. O sea, la administración Obama se negaba a financiar una misión a Europa por miedo a que finalmente superase los dos mil millones y ahora se encuentra con dos sondas que podrían llegar sin problemas a los cinco mil millones. ¡La peor pesadilla de la Casa Blanca hecha realidad!

Es cierto que Obama nunca ha destacado por ser partidario de la exploración espacial y que se ha opuesto repetidas veces a una misión a Europa, sí. Pero no es menos cierto que la obligación de incluir una misión de aterrizaje por parte del Congreso es un despropósito que pone en riesgo todo el proyecto Europa Clipper y que tiene una motivación política que responde a los complejos juegos de poder entre el Congreso y la Casa Blanca (ríase usted de Juego de Tronos o House of Cards). Hasta la fecha las misiones más costosas de la NASA, de tipo Flagship, respondían a una petición explícita por parte de la comunidad científica internacional (lo que no quita que también existieran motivaciones políticas secundarias). Pero la sonda de aterrizaje en Europa se debe únicamente a las hábiles maniobras de Culberson, un político norteamericano sin formación científica. Por muy bienintencionado que sea este señor, el programa espacial de Estados Unidos no puede ser dirigido de esta forma tan arbitraria.

No me malinterpreten. Yo soy el primero al que le gustaría ver dos megasondas lanzadas por sendos SLS para estudiar Europa. Pero eso no va a suceder. No en los plazos y con el presupuesto que el Congreso ha impuesto a la NASA. Y, si lo hace, sería a costa de la cancelación de muchos proyectos científicos de la agencia espacial (adiós a más telescopios espaciales, sondas de retorno de muestras de Marte, sondas a Urano o Neptuno, etc.). ¿Realmente queremos eso? Ahora mismo el proyecto Europa Clipper pende de un hilo. O el Congreso retira su imposición a la NASA o no vamos a ver una sonda sobrevolando Europa durante la próxima década.

Referencias:

  • http://spacenews.com/europa-mission-planning-for-possible-budget-cuts-in-2017/


74 Comentarios

  1. Sigo sin entender las configuraciones propuestas.
    Por un lado niegan rotundamente poder incluir un lander dentro de la mision original. Pienso que uno pequeño (tipo Philae – 100kg ) podria usarse. Incluyendo la etapa de decenso, entra perfectamente en el margen de masa de una mision con el SLS, ni hablar si se sigue una trayectoria EVEEGA.
    Por otro lado, la segunda mision independiente no es mala idea para poder posar un lander con mayor capacidad cientifica, pero estamos hablando de una sonda de 8 toneladas con su propio orbitador! No vamos a tener ya un orbitador en Europa capaz de retransmitir datos? Para que necesitariamos otro? Esta alternativa supone de por si, una mision mucho mas compleja que la Clipper original. Me parece inviable en estos plazos.
    Creo que la unica alternativa sigue siendo incluir, como carga secundaria, un lander pequeño o penetrador dentro de la mision original. Eso, o disponer de 5 mil millones de dolares.

  2. Para mi la pregunta del millón es: ¿Se requiere del SLS para un viaje tripulado a Marte? Porque he leído en algún reportaje a Bolden, en el que opinaba que ese cohete era el primer paso para llegar a Marte.
    Si la respuesta es afirmativa, entonces es plata bien gastada. Si por el contrario se podría llegar de forma mas económica con varios Falcon Heavy, entonces la NASA está tirando la plata…

      1. Bueno, que levante la mano la agencia a la que no le haya explotado un cohete en la plataforma de lanzamiento. Y no ha muerto nadie. China y la vieja URSS no pueden decir lo mismo.

        Estas cosas pasan.

          1. Igual creo que 2 fallos en 29 lanzamientos es mucho. Y si tenemos en cuenta sólo la versión FT, es un fallo en 9 lanzamientos…
            Muy malas noticias, creo que vamos a tener que esperar hasta el año q viene para ver el FH y la reutilización de la primera etapa. Ojalá el fallo no sea un problema de diseño.
            Saludos!

          2. Bueno, la NASA perdió 3 astronautas en el incendio de la Apolo 1 en 1967 en el incendio de la cápsula (que no explosión) en la plataforma durante un ensayo. Pero no murió nadie mas. China, Brasil o Rusia cuentan los muertos por decenas cada uno por explosiones en plataformas o en lanzamientos. Los desastres de los shuttle mataron astronautas pero no civiles ni técnicos. La ESA, Japón o la India también han tenido petardazos pero que yo recuerde han sido incruentos.

            Eso sí, no me cabe duda de que Stewie habrá descorchado por fin esa botella de sidra que tenía escondida en el fondo del armario junto a los DVD de «Padre de Familia». Que a nadie le quepa duda, celebrará entre vaso y baso: El estafador Musk está acabado.

  3. Nunca la NASA recibió tantas malas noticias desde la Casa Blanca como durante la administración Obama, que empezó cargándose a todo el Programa Lunar Constellation…. Ojalá que cuando el mulato se vaya sea reemplazado por alguien con mejor actitud hacia la investigación espacial

    1. A Hillary Clinton la exploración espacial se la suda y el fascista xenófobo Trump no diferencia el espacio del papel higiénico (su ignorancia en casi todo es de sobra conocida y si es millonario es gracias al dinero de su padre).

      Lo siento pero el futuro del hombre en el espacio no será a bordo de la «Enterprise» sino de la «Tsien». Serán los chinos los que allá por 2030 vayan a presentar sus respetos a las banderas que la NASA dejó en la Luna.

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Por Daniel Marín, publicado el 1 septiembre, 2016
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