Así explota un cohete de aterrizaje vertical (adiós al F9R Dev-1)

Por Daniel Marín, el 24 agosto, 2014. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes • Comercial • Sondasespaciales ✎ 57

Como suelen decir, «rocket business is risky business». El F9R Test Vehicle, más conocido como ‘Grasshopper 2’ (saltamontes), era un cohete de despegue y aterrizaje vertical que la empresa SpaceX ha usado para probar las técnicas de reutilización de la primera etapa del Falcon 9 y que nos ha proporcionado algunos vídeos realmente espectaculares. Y hablamos en pasado porque desgraciadamente el día 22 de agosto resultó destruido durante una prueba al activarse el sistema de autodestrucción o FTS (Flight Termination System) por causas desconocidas. El accidente se produjo poco después de que el vehículo despegase desde las instalaciones que tiene SpaceX en McGregor, Texas.

Este prototipo del F9R, también denominado F9R Dev-1 o F9 Reusable Development Vehicle, dispone de tres motores Merlin en vez de los nueve que lleva la primera etapa del Falcon 9R y el Falcon 9 v1.1 (el F9R es básicamente idéntico al F9 v1.1, pero tiene patas de aterrizaje desplegables en la primera fase) y es un descendiente mejorado del primer Grasshopper que SpaceX usó para poner a prueba las tecnologías asociadas con el despegue y aterrizaje vertical de un cohete.

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El F9R Dev-1 o Grasshopper 2 (SpaceX).

El primer Grasshopper, dotado de un único motor Merlin 1D, realizó un total de ocho vuelos entre el 21 de septiembre de 2012 y el 7 de septiembre de 2013, alcanzando una altura máxima de 350 metros. El Grasshopper 2 comenzó con un programa de pruebas mucho más ambicioso y el 1 de mayo de 2014 logró alcanzar nada más y nada menos que el kilómetro de altura:

Contando el vuelo del día 22, el F9R Dev-1 se ha elevado del suelo en cinco ocasiones desde el 17 de abril de 2014 durante su corta pero intensa vida útil.

La pérdida del F9R Dev-1 ha tenido lugar después de que SpaceX haya logrado depurar la técnica de descenso y amerizaje de la primera etapa del Falcon 9 durante misiones reales. Y es que la empresa de Elon Musk llevó a cabo por primera vez el descenso controlado de una primera etapa del Falcon 9 el 29 de septiembre de 2013 durante el primer lanzamiento del Falcon 9 v1.1, pero lamentablemente entonces el cohete resultó destruido al impactar contra el océano Pacífico a una velocidad demasiado elevada. SpaceX no se rindió y el 18 de abril de 2014 logró un histórico éxito al conseguir el amerizaje suave de la primera etapa de un Falcon 9 en la misión Dragon SpX-3, aunque en esta ocasión el cohete resultó fuertemente dañado por el oleaje antes de hundirse en las aguas del océano Atlántico.

Por fin, el pasado 14 de julio SpaceX logró un amerizaje suave de la primera etapa del Falcon 9R que lanzó seis satélites de comunicaciones Orbcomm. El vídeo del descenso de dicha etapa, filmado desde un avión, es un poco movido, pero ciertamente no por ello es menos espectacular:

… y este es el vídeo de la maniobra vista desde una cámara montada en el propio cohete:

Tras estos éxitos está claro que SpaceX no depende exclusivamente del F9R Dev-1 para probar las técnicas de reutilización de los cohetes Falcon. En cualquier caso, el F9R Dev-1 era un vehículo de prueba que, como todos los vehículos de prueba, servía para llevar al límite la maquinaria en condiciones que no se pueden reproducir durante un vuelo real. Por este motivo, SpaceX ya ha declarado que construirá un F9R Dev-2 para sustituir al vehículo desaparecido. Este nuevo Grasshopper estará basado en las instalaciones de Spaceport America, Nuevo México, y no en McGegor. De esta forma SpaceX evitará las limitaciones de altura máxima para los vuelos del Grasshopper que existen en Texas, donde solamente es posible alcanzar tres kilómetros. El F9R Dev-2 probará el descenso de la etapa en vuelos suborbitales supersónicos con alturas máximas que alcanzarán los 91 kilómetros.

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Otra vista del F9R Dev-1 (SpaceX).

El próximo intento de amerizaje de un F9R tendrá lugar en la misión Dragon CRS-4 a finales de septiembre y, como en las anteriores ocasiones, no se intentará recuperar la etapa tras el amerizaje. Sin embargo, durante los vuelos 14 y 15 del Falcon 9 SpaceX probará el aterrizaje de la etapa sobre una barcaza, un paso previo al primer aterrizaje en tierra firme que tendrá lugar en algún momento durante 2015.

En estas misiones la primera etapa debe efectuar una maniobra para girar 180º justo después de la separación de la segunda fase. Entonces se encienden tres de los nueve motores Merlin 1D  para iniciar una maniobra de retopropulsión supersónica y acercar la etapa a la costa. Una vez controlado el descenso, el motor central se enciende durante la fase final para llevar a cabo un amerizaje/aterrizaje suave.

La pregunta del millón es, por supuesto, si SpaceX logrará hacer rentable la técnica de reutilización del Falcon 9. Para ello será necesario que la empresa lleve a cabo un elevado número de lanzamientos al año. Y por ahora no está nada claro que SpaceX pueda hacerse con una cuota de mercado lo suficientemente alta como para justificar la reutilización de sus equipos. La historia de los vehículos espaciales reutilizables está repleta de fracasos y falsas expectativas. Pero está claro que eso no parece intimidar a SpaceX.



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