Adiós a Carpenter

Por Daniel Marín, el 11 octubre, 2013. Categoría(s): Astronáutica • NASA • sondasesp ✎ 17

El 10 de octubre falleció Scott Carpenter a los 88 años de edad. Carpenter fue el cuarto humano en orbitar la Tierra tras Yuri Gagarin, Guerman Titov y John Glenn. Curiosamente, Carpenter también fue al mismo tiempo el cuarto astronauta de la NASA en alcanzar el espacio después de Shepard, Grissom y Glenn (los dos primeros realizaron vuelos suborbitales). De los siete astronautas originales del Proyecto Mercury, Carpenter fue quizás el menos conocido para el gran público. Probablemente, el hecho de que solamente realizase una misión espacial, la Mercury-Atlas 7 (MA-7), fue la causa de que pasase relativamente desapercibido. Carpenter tampoco tuvo el papel relevante dentro del programa espacial que tuvieron otros astronautas como Slayton, que se convertiría en el encargado de seleccionar las tripulaciones de las misiones Gémini y Apolo.

Scott Carpenter antes de su misión (NASA).

Claro que el que la MA-7 no marcase un antes y un después en los libros de historia no significa que fuera rutinaria. Había que tener mucho valor y mucho right stuff para viajar al espacio en una minúscula cápsula espacial de dimensiones ridículas. La Aurora 7 (el apodo de la cápsula) sería solamente la cuarta nave Mercury en alcanzar la órbita y cualquier cosa -negativa, por supuesto- podía suceder. Carpenter despegó el 24 de mayo de 1962 a las 07:45 hora local usando el misil intercontinental modificado Atlas 107-D, 45 minutos más tarde de lo previsto por culpa de las condiciones meteorológicas adversas. Para entonces el astronauta ya llevaba tres horas dentro de la cápsula, casi tanto como lo que duraría su misión. Carpenter casi se sorprendió más del silencio que siguió al apagado del motor principal que de la falta de gravedad. Justo cuando se estaba acostumbrando a la ingravidez, vio la Tierra. Durante medio minuto se quedó contemplando nuestro planeta azul embobado, incapaz de apartar la vista. También pudo ver cómo se alejaba el cohete Atlas, ahora convertido en un enorme satélite plateado. Mientras cruzaba el hemisferio nocturno, Carpenter intentó distinguir las constelaciones, pero las luces de la cabina provocaron que viese menos estrellas de las que esperaba.

La Tierra vista desde la Aurora 7 (NASA).
Cohete Atlas y cápsula Mercury (NASA).
Inserción orbital de la Mercury (NASA).
Detalle de la cápsula Mercury (NASA).

El vuelo de la Aurora 7 no estuvo exento de problemas. Durante la primera mitad del vuelo Carpenter gastó más combustible del esperado para orientar la nave y surgieron algunos problemas relacionados con el control de temperatura. Durante la tercera órbita y mientras sobrevolaba Hawái, Carpenter se dio cuenta de que la posición indicada en el eje de guiñada no coincidía con la posición real de la nave. Como resultado, Carpenter se retrasó en los preparativos para la reentrada. La ignición de los retrocohetes tuvo lugar tres segundos más tarde de lo esperado, por lo que la nave amerizó 400 kilómetros más lejos de la zona prevista. Carpenter pudo oír el ruido apagado de los retrocohetes a través del fuselaje de la nave (para que luego digan que el espacio es totalmente silencioso).

Lanzamiento de la MA-7 (NASA).
Órbitas de la Aurora 7 (NASA).

Justo antes de que las comunicaciones se perdieran por culpa del plasma que rodea a la nave durante la reentrada, Carpenter anunció que se había agotado el combustible de la Aurora 7. El astronauta soportó perfectamente la alta aceleración de una entrada balística e incluso declaró posteriormente que el descenso le había parecido ‘suave’. Normal, él era uno de los mejores pilotos de prueba de los Estados Unidos y unos 6,7 g’s de nada no le iban a amilanar. Lo que por otro lado nos da una idea del brutal entrenamiento al que habían sido sometidos los Siete del Mercury. Durante la caída libre a través de la atmósfera las vibraciones aumentaron considerablemente y Carpenter, ahora sí levemente preocupado, desplegó el paracaídas de frenado a 7,62 kilómetros de altura para estabilizar la cápsula. Minutos más tarde la Aurora 7 flotaba en las aguas del Caribe después de una misión de cuatro horas.

Zona de amerizaje (NASA).
Carpenter antes del lanzamiento (NASA).

Como dictaban los protocolos de la nave Mercury, Carpenter abandonó la cápsula y se subió a su balsa hinchable. Poco después fue rescatado por un helicóptero HSS-2 del portaaviones Intrepid, mientras que la cápsula sería recogida seis horas después del amerizaje por el destructor J. R. Pierce. Y, aunque poca gente se acuerda de esto en la actualidad, España jugó un papel importante en esta misión -en realidad, en todos los vuelos de los proyectos Mercury, Gémini y Apolo-, ya que una de las estaciones de seguimiento estaba situada en la isla de Gran Canaria.

Carpenter fue el primer astronauta norteamericano en comer alimentos sólidos durante su misión, aunque se las vio y las deseó para evitar que las migajas de comida saliesen flotando de la bolsa. También realizó observaciones de un globo sonda de 76 centímetros de diámetro que fue inflado en órbita para evaluar el rozamiento con la alta atmósfera y la capacidad visual de los astronautas. No obstante, el globo no se infló totalmente y tampoco se separó como debía, por lo que el experimento no pudo completarse.

El experimento con el globo inflable de la MA-7 (NASA).

Carpenter no volvería al espacio. Después de participar en el proyecto SEALAB de la armada, en 1964 sufrió una herida en su brazo izquierdo por culpa de un accidente de motocicleta mientras estaba en las Bermudas. A pesar de que fue sometido a dos operaciones en 1964 y 1967, nunca recuperó la movilidad en el brazo y fue declarado no apto para llevar a cabo vuelos espaciales. La NASA intentó convencerle para que se quedase en la agencia, pero sin éxito. Carpenter abandonó la NASA en 1967 y dos años más tarde se retiró de la armada. Su vida privada no fue menos turbulenta. Nuestro héroe pasó por el altar nada más y nada menos que cuatro veces y tuvo un total de siete hijos. Con Carpenter se nos va uno de los pioneros de la astronáutica. Cada vez quedan menos.

De los Siete del Mercury ya sólo queda Glenn (NASA).


17 Comentarios

  1. «Con Carpenter se nos va uno de los pioneros de la astronáutica. Cada vez quedan menos.»

    Lo mas lamentable es que ya volverán a existir nuevamente este tipo de hombres que tuvieron lo que hay que tener.

    1. Al paso que van todos los programas espaciales con el fetichismo de anclarse a la órbita baja, cuando llegue ese tiempo todos nosotros, incluso los que estén mas jóvenes, serán polvo.

    2. Pues sí. De la vida de este gran hombre sí que se podría hacer una pelicula.

      Y no sólo el tipo era extraordinario: El lanzador de su nave, el cohete atlas, era casi un «single stage to orbit». Es decir, llegabas a la órbita con la nave entera, sin desecharla. Sólo se expulsaban 2 de los 3 motores a cierta altura para reducir la aceleración y algo el peso.

      Eran otros tiempos…

  2. Tenía una estatura normal, 1,78 m, así que para su complexión su peso ideal estaría en torno a los 75 kg (más o menos). 6,7 g significan que estaba pesando (literalmente) 500 kg, media tonelada. Me temo que mucha gente moriría en esas circunstancias, y perfectamente sana (sin problemas cardíacos ni de ningún tipo). Sin duda ayudó a que era un buceador de primera.

    Por cierto, era ingeniero aeronáutico por la Universidad de Colorado (y se puede confundir con su papá, que se llamaba exactamente igual pero era químico).

    Parece que era un grandísimo tipo, y esta clase de gente yo no sé si se sigue fabricando en Occidente :(. Me gusta especialmente esto que dijo (era bastante ecologista, y dedicó muchos años a varios aspectos del tema sobre todo industrilamente), en una visita a un refugio de Save the Chimps («Salvar a los chimpancés»): «I have a great deal of respect for space travelers more senior than I, and I have a great respect for the species that did it first.» = «tengo un gran trato de respeto por los viajeros espaciales mayores que yo, y tengo un gran respeto por las especies que lo hicieron primero» xD.

  3. Sí yo diría que su gran pasión fue la profundidad oceánica. Desde 1963 hasta 1967 -año en que abandonó la NASA- estuvo pidiendo «excedencias» para trabajar en proyectos de la Marina relacionados con la exploración submarina profunda. Cuando, en 1969, también se retiró de la Marina, lo hizo para fundar y dirigir Sea Sciencies Inc, dedicada a la protección de los recursos marinos y el medio ambiente.

  4. Respecto al porque Scott Carpenter nunca mas volvio al espacio tengo otra versión: en el libro «The Right Stuff» de Tom Wolfe dicen que por estar «persiguiendo las misma luciernagas que acompañaron a Glenn en el vuelo anterior» consumio mucho combustible y cuando acuatizo, cayo a 400 kilometros del sitio designado. Walter Cronkite llego a comentar «parece que perdimos un astronauta» hasta que Carpenter fue localizado finalmente junto a su capsula en una balsa tomando el Sol. Mucho gente penso que la había ca..o como lo había hecho Grissom cuando su capsula se hundio como plomo en el lecho oceanico. Cris Kraft llego a comentar: Ese hijo de p… no volvera a volar para mi. Y así termino la carrera de astronauta de Carpenter, de acuerdo a Wolfe.

  5. Por cierto, tuve oportunidad de tener al lado a Carpenter en Cabo Cañaveral en el 2009. Fue durante el evento de la Astronaut Scholarship Foundation, una organización sin fines de lucro creada en 1984 por los sobrevivientes del grupo original del Mercury 7, cuyo fin es dar becas para estudios de ciencia e ingenieria. Carpenter estaba dando autografos por 75 dolares, aunque ello era para los fondos de la fundación.

  6. Descanse en Paz.

    Yo no estoy de acuerdo con que ya no haya gente tan valiente como estos pioneros. Sin ir más lejos, estoy seguro de que la mayoría de los lectores de este blog estarían dispuestos a arriesgar sus vidas en un viaje a Marte. Yo lo estaría, sin dudarlo.

    Los que se han echado atrás son los que ponen el dinero, no los que ponen los cojones!

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Por Daniel Marín, publicado el 11 octubre, 2013
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