Ya lo pudimos ver de refilón en la penúltima bitácora, pero ahora la NASA ha hecho público el vídeo completo del tránsito de Fobos por delante de Deimos que pudo grabar Curiosity el pasado 1 de agosto (sol 351). Es la primera vez que una nave espacial consigue captar este suceso desde la superficie de Marte.

Podemos apreciar el gran cráter Stickney de Fobos en la parte inferior del satélite, mientras que en la zona superior del satélite (a la derecha en la imagen) destaca el cráter Hall. El vídeo ha sido montado a partir de 41 fotografías que fueron tomadas en un intervalo de 55 segundos con la cámara teleobjetivo -Mastcam 100- del rover. Son imágenes ciertamente espectaculares, pero para apreciarlas mejor vale la pena explicar un poco la dinámica orbital de las lunas de Marte. Con un diámetro de 22 kilómetros, Fobos es la mayor luna marciana y se encuentra más cerca que Deimos, que es la chiquitina de la pareja (su diámetro apenas alcanza los 12 kilómetros). Fobos orbitaba a 6240 kilómetros de distancia de Curiosity en el momento de tomar la fotografías, mientras que Deimos lo hacía a 20500 kilómetros. Si recuerdas aunque sea de pasada las Leyes de Kepler, te resultará evidente que Fobos debe moverse a mayor velocidad que Deimos alrededor de Marte. Puesto que ambas lunas están casi en el mismo plano orbital, resulta natural pensar que los tránsitos de Fobos por delante de Deimos son algo frecuente. Y lo son, siempre y cuando estés relativamente cerca del ecuador marciano, pero la cosa es un poco más compleja de lo que parece.

Marte gira sobre su propio eje en el mismo sentido que la Tierra -pero a diferencia de Venus, por ejemplo-, así que el Sol y demás astros salen por el este y se ponen por el oeste, como en nuestro planeta. Por supuesto, Deimos también cumple con esta norma, pero no así Fobos. La mayor de las lunas marcianas está tan cerca de Marte que da una vuelta alrededor del planeta rojo en menos de lo que dura un día marciano o sol (24 horas y 37 minutos). El resultado es que Fobos sale por el oeste y se pone por el este, llevando la contraria al resto de astros. Y no sólo eso. Gracias a su corto periodo orbital, Fobos sale y se pone unas dos veces al día -o, mejor dicho, dos veces ‘al sol’ (más concretamente, sale cada 11,11 horas terrestres)-, cruzando la bóveda celeste en un máximo de cuatro horas y cuarto (dependiendo de la zona de Marte en la que te encuentres). Si vuelves a mirar el vídeo anterior, verás que Deimos se mueve en sentido opuesto a Fobos. El movimiento es muy sutil, pero ahí está.

Pero esto no es todo. Al estar tan cerca de Marte, los tránsitos de Fobos no se pueden contemplar desde toda la superficie marciana. De hecho, ni siquiera el propio Fobos es visible desde latitudes superiores a los 70,4º sur o norte. Para que nos hagamos una idea, es como si desde el norte de Noruega la Luna no se pudiese ver al estar siempre bajo el horizonte. Además, el tamaño aparente de Fobos varía apreciablemente unos 0,06º desde que sale por el oeste hasta que alcanza el zenit (cambiando de 0,14º a 0,2º). El tamaño de Fobos en el zenit es aproximadamente un tercio del de la Luna vista desde la Tierra (nuestro satélite es mucho más grande, pero también se halla mucho más lejos). Puesto que el Sol visto desde Marte tiene un diámetro aparente de 0,35º, Fobos no puede causar eclipses totales de Sol, sólo anulares (en este caso también denominados tránsitos).

Este curioso movimiento de las lunas marcianas da que pensar. ¿Se imaginan las leyendas e historias asociadas a estas lunas que podría inventar una civilización inteligente? Seguro que Fobos habría obtenido un estatus muy especial en una hipotética mitología marciana merced a sus curiosos movimientos celestes. Por cierto, me acabo de acordar -bueno, para ser sinceros lo he revisado en la Wikipedia- que en la serie de novelas John Carter de Edgar Rice Borroughs a Fobos se le denominaba Thuria y Deimos era conocido como Cluros. Seguro que los barsoomitas tenían que decir algo sobre los tránsitos de Fobos.

Mientras toma imágenes de tránsitos lunares, Curiosity sigue desplazándose lenta pero inexorablemente rumbo a las faldas del Monte Aeolis, aunque no de forma continua. El rover se ha movido los días 6, 8, 12, 14 y 16 de agosto (49,3, 34,5, 70,8, 82,3 y 26 metros respectivamente). Como vemos, nunca más de cien metros al día. El resto de soles se ha dedicado a obtener datos del entorno. Ya ha recorrido 1986 metros, así que nuestro querido robot está a punto de superar la barrera de dos kilómetros.