Cuando la Unión Soviética y los Estados Unidos pudieron viajar juntos a la Luna

Por Daniel Marín, el 16 julio, 2013. Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Historias de la Cosmonáutica • NASA • Rusia • sondasesp ✎ 13

Es un uno de los episodios menos conocidos de la conquista del espacio. Aunque resulte difícil de creer la Unión Soviética y los Estados Unidos pudieron haber viajado juntos a la Luna en los años 60. La carrera por la Luna fue el paradigma de la conquista del espacio y marcó profundamente el posterior desarrollo de los programas espaciales de las dos superpotencias. Y sin embargo, en 1963 los EEUU sopesaron seriamente llevar a cabo una misión conjunta con la URSS a nuestro satélite.

Recreación artística de una posible misión lunar conjunta entre la URSS y los EEUU (Mel Hunter/Life/NASA).

Sería el presidente John F. Kennedy el artífice de esta propuesta, el mismo que había dado el pistoletazo de salida a la carrera por poner un hombre en la Luna con su famoso discurso ante el Congreso de los EEUU en mayo de 1961. El discurso de Kennedy supuso el nacimiento oficioso del programa Apolo y un cambio radical en la estrategia de la NASA. Pero, contra todo pronóstico y con el programa Apolo ya encarrilado, el 20 septiembre de 1963 Kennedy decidió invitar a la Unión Soviética a una misión conjunta hacia la Luna. La inesperada propuesta tuvo lugar durante una declaración ante la Asamblea General de la ONU y pilló a todo el mundo por sorpresa. El programa Apolo había sido concebido precisamente como la demostración última de la superioridad tecnológica de los Estados Unidos, ¿y ahora Kennedy quería invitar a sus rivales? No tenía sentido.

Pero para Kennedy sí que lo tenía. Y es que aunque ahora nos parezca que el programa Apolo era sólido como una roca, en 1963 sus objetivos comenzaron a ser cuestionados. La opinión pública estadounidense se preguntaba si el enorme gasto que suponía poner un hombre en la Luna estaba justificado. La Unión Soviética no había recogido el guante del desafío oficialmente y muchos políticos norteamericanos empezaron a preguntarse si no estarían compitiendo en solitario. A principios de los 60 el esfuerzo espacial soviético era alto secreto y nadie conocía a los principales protagonistas del mismo, esto es, las oficinas de diseño (OKB) y sus correspondientes ingenieros jefes, con Serguéi Koroliov a la cabeza. La URSS había creado a propósito la falsa impresión de que la Academia de Ciencias de Unión Soviética lideraba el programa espacial, cuando en realidad no era más que un actor terciario.

Consecuentemente, Mtislav Keldish -el presidente de la Academia de Ciencias- era visto en occidente como el hombre que dirigía la estrategia espacial del país y por este motivo sus declaraciones eran estudiadas con todo detalle. En 1963 Keldish declaró en varias ocasiones que la URSS no pensaba poner un hombre en la Luna y que habían optado por una estrategia de exploración automática. Por supuesto, esto no era verdad y Keldish lo sabía. Cierto es que por entonces la Unión Soviética no había logrado articular una respuesta unificada al programa Apolo, pero existían varios proyectos de programas lunares tripulados, tanto en la oficina OKB-1 de Koroliov como en la OKB-52 de Cheloméi.

A petición de la Casa Blanca, la CIA elaboró un informe sobre los objetivos del programa espacial soviético. El informe fue entregado el uno de octubre de 1963 y en él se dejaba claro que las autoridades soviéticas no tenían una intención clara de llevar a cabo una misión tripulada a la Luna. La aparente falta de respuesta soviética al Apolo inquietó a Kennedy. Si la URSS decidía retirarse de la carrera, el programa Apolo no tenía sentido y corría el riesgo de ser cancelado. Muy probablemente estos temores fueron los que justificaron la inusual propuesta de colaboración con los soviéticos. Como efecto añadido, un programa conjunto sería todo un golpe de efecto diplomático a nivel internacional y mejoraría las relaciones entre las dos superpotencias. No era la primera vez que Kennedy sugería una misión espacial conjunta a la URSS. En la cumbre de Viena de 1961 el presidente ya había lanzado la misma idea a Jruschov, quien dio la callada por respuesta. Pero el plan de Kennedy era en 1963 mucho más ambicioso y concreto. El 26 de agosto el presidente tanteó al embajador soviético Anatoli Drobrinin, el cual declaró que Jruschov deseaba aumentar la cooperación de ambas potencias en el espacio. El 18 de septiembre de 1963 Kennedy se reunió con el administrador de la NASA James Webb para comunicarle su intención de seguir adelante con la propuesta de colaboración. El ministro de asuntos exteriores de la URSS, Andréi Gromiko, también mandó señales positivas ante una posible colaboración con los estadounidenses, animando a Kennedy a lanzar su propuesta.

En un principio el Kremlin respondió con silencio al plan de Kennedy, pero el uno de noviembre Nikita Jruschov afirmó durante un discurso estar a favor de un viaje conjunto a la Luna con los americanos. De acuerdo con las memorias del hijo de Jruschov, Serguéi, su padre recibió con ilusión la propuesta de Kennedy. No se puede decir lo mismo de los militares soviéticos, quienes -siempre según Serguéi- temían que una misión conjunta pudiera desvelar secretos claves del programa de misiles de la URSS. Todo parecía salir según los planes de Kennedy. El presidente firmó el 12 de noviembre de 1963 el National Security Action Memorandum 271, con el título ‘Cooperación con la Unión Soviética en asuntos del espacio exterior’, por el que se autorizaba la búsqueda de propuestas técnicas concretas para hacer viable una misión lunar conjunta. Los políticos pasaban ahora el testigo del proyecto a los ingenieros. Aunque en algunos medios de comunicación norteamericanos se publicaron algunos detalles técnicos de cómo podría ser una misión de este tipo, la verdad es que nunca se llegó a este nivel de concreción. Por muy poco.

Artículo de la revista Life sobre la misión conjunta (Life/NASA).

Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, apenas dos meses después de hacer pública su propuesta. Y con él murieron los planes de una misión lunar conjunta. En un principio el nuevo presidente Lyndon B. Johnson se mostró favorable a una posible misión con la URSS, pero el plan había sido idea de Kennedy y sin él al mando el proyecto pronto perdió fuelle. Hugh Dryden, el segundo de la NASA, y Anatoli Blagonrávov, diplomático soviético encargado de coordinar proyectos espaciales conjuntos entre los EEUU y la URSS, trabajarían codo con codo en 1964 para perfilar posibles líneas de colaboración en el espacio, pero no llegarían a ningún lado ante la falta de interés de sus gobiernos respectivos (Dryden moriría a finales de ese mismo año). Jruschov fue apartado del poder en octubre de 1964, enterrando de forma definitiva cualquier posible colaboración a corto plazo. Habría que esperar una década para que la Unión Soviética y los Estados Unidos se decidiesen, esta vez en serio, a llevar a cabo una misión espacial conjunta: el programa Apolo-Soyuz (ASTP).

Pero, ¿y si Kennedy hubiese esquivado las balas en Dallas ese fatídico 22 de noviembre?¿Habríamos sido testigos de una misión lunar conjunta entre la URSS y los EEUU a finales de los 60? ¿Habría ondeado sobre la superficie lunar la bandera de hoz y el martillo junto con la de las barras y estrellas? Nunca lo sabremos.

Referencias:



13 Comentarios

  1. No lo creo, no era el momento.

    Aunque Kennedy hubiese sobrevivido, lo más probable es que la idea se hubiese descartado más tarde o más temprano. Más que nada, porque los rusos ni siquiera tenían claro qué cohetes o capsulas podrían usar para ir a la luna, con lo que los retrasos hubiesen terminado con la paciencia de los americanos, que veían cómo su proyecto iba viento en popa.

    Lo que es un pena es que aún hoy, una colaboración de ese tipo, que sería fantástica, siga siendo tan difícil como hace 50 años!

  2. Esa sería una buena base para un post de historia alternativa 😉

    Visto así, da la impresión de que faltó el canto de un duro. Probablemente la muerte de Kennedy y de Dryden, y la destitución de Jruschov, casi coincidentes por unos meses, introdujeron un cambio de rumbo. Pasada la mitad de los 60, evidentemente el programa Apollo ya estará totalmente definido, y los programas soviéticos, al contrario, a falta del grado de concrección necesaria para estar en vanguardia.

    1. Miguel, la historia alternativa ya esta filmada, mira el inicio de Superman II, cuando estan en la luna, es una mision conjunta Usa Urss, todo bien hasta que llegan unos Kriptonianos y los matan a todos, asi que una mision conjunta no se si seria una buena idea, corremos el riesgo de tener luego una invasion alienigena:-)

  3. Se ha especulado lo infinito con el asesinato de Kennedy. Lo único que está claro es que, cuando se quiere sacar a alguien del medio, hay infinidad de formas de hacerlo sin montar un show macabro: infartos, accidentes, escándalos de faldas… cuando se mata a alguien así, públicamente, en lo que fue sin tapujos un golpe de estado, es porque se está enviando un aviso a navegantes: ojo. Esto no ha sido un accidente, ni un infarto, y la de las faldas moría poco después.

    No hay una única razón para sacar a Kennedy del medio. Hay, literalmente, cientos. El tío entendía la Presidencia como lo que teóricamente se supone que era: el máximo poder ejecutivo. Las cosas no son así. Estaba claro que había que dejar claro que ese tal poder máximo ejecutivo es más relativo que otra cosa. Y así quedó de claro, cual emperador romano.

    No conocía esto, y no tengo la menor duda de que hubiera salido adelante sin ninguna duda. Las relaciones coste/beneficios claramente empujan a favor. La cosa es que políticamente, esto tendría muchos enemigos en ambos bandos. Lo cual no deja de ser peculiar, porque la tecnología es virtualmente la misma: o la tienes, o no la tienes. No hay nada que hiciera un bando que no fuera replicado por el otro.

    De todos modos, esto sólo subraya la subsidiariedad total del programa espacial respecto a otros dioses más importantes. A diferencia del post de Raúl, yo sí creo que esto hubiera salido adelante, porque es un escenario de win-win (ganan los dos, y ganan mucho). Otra cosa es que a determinados elementos de ambos bandos no les interesara el tema.

  4. Esa es la principal diferencia entre Obama y Kennedy, John Kennedy no hubiera cancelado el programa constelación pero Obama (como lo haría Nixon) hubiera cancelado el programa Apolo, y hubiera sacado algo parecido al programa Skylab, para competir con las estaciones espaciales soviética de entonces.
    Tuco de la rey.

  5. Gracias Dani, porque no tenía ni idea de esta propuesta y mucho menos de que fuese tan «en firme»… probablemente como apuntan arriba hubiese hecho falta algo más para llevar a cabo este proyecto pero… Que increiblemente diferente hubiese sido el mundo.

  6. Seguramente la URSS con la Academia de Ciencias colaboraría con los EEUU mientras por detrás paralelamente seguían con el desarrollo paralelo para al final ganar ellos.

    No existía confianza alguna, y si podías aprender secretos del otro sin revelar los tuyos lo hacías.

    Asi que no creo que eso llegase a ninguna parte.

  7. Un par de vídeos para el verano.

    El discurso (no completo) ante el congreso de 25 de mayo de 1961
    http://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/xzw1gaeeTES6khED14P1Iw.aspx

    El famoso discurso en la Rice University 1962 (We choose to go to the Moon…), siempre fuente de inspiración:
    http://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/MkATdOcdU06X5uNHbmqm1Q.aspx

    «We choose to go to the moon. We choose to go to the moon in this decade and do the other things, not because they are easy, but because they are hard, because that goal will serve to organize and measure the best of our energies and skills, because that challenge is one that we are willing to accept, one we are unwilling to postpone, and one which we intend to win, and the others, too.»

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