El nuevo cohete ruso Angará ya lleva cerca de veinte años en desarrollo y aún no ha despegado. La fecha de lanzamiento se ha retrasado una y otra vez. Parecía que 2013 sería finalmente el año del Angará, pero no ha podido ser. El primer lanzamiento se aplaza una vez más y ahora se espera que tenga lugar en mayo de 2014.

Recordemos que Angará es una familia de cohetes modulares desarrollada por la empresa estatal Khrúnichev con diferente capacidad de carga según la versión. El gobierno ruso ha aprobado el desarrollo de dos versiones, el Angará 1.2 y el Angará A5. La versión 1.2 usa solamente un módulo URM-1 con un motor RD-191 a base de queroseno y oxígeno líquido y, como segunda etapa, un módulo URM-2 con un motor RD-0124 (usado en el cohete Soyuz-2-1B), además de una etapa superior Briz-KM opcional. El Angará 1.2 es un pequeño lanzador capaz de situar 3,7 toneladas en órbita polar y será lanzado desde el Área 35 del cosmódromo de Plesetsk. Debe sustituir a los antiguos misiles convertidos en lanzadores espaciales como el Rokot o el Dnepr. La conversión del Área 35, construida originalmente para el cohete Zenit, ha sido fuente continua de retrasos y sobrecostes. De hecho, el último retraso del primer lanzamiento hasta 2014 se ha debido a problemas con la rampa de lanzamiento y no con el cohete, que ya está listo para despegar.

En un principio, Khrúnichev planeaba lanzar primero la versión 1.1, sin la etapa URM-2, pero el gobierno federal obligó a la empresa a pasar directamente a la 1.2. Y es que el Angará 1.2 es un proyecto que cuenta con el respaldo de los militares, los cuales no están muy contentos que digamos con el ritmo de desarrollo del programa. Khrúnichev no ha parado de pedir más dinero en los últimos años para poner a punto el Angará, lo que no deja de ser paradójico teniendo en cuenta que el lanzador ya ha volado en tres ocasiones desde 2009. Efectivamente, aunque el Angará aún no ha despegado del suelo, sí lo ha hecho el cohete surcoreano Naro-1 (KSLV), que es básicamente un Angará 1.1 de exportación, dotado de un URM-1 con un motor RD-151 en la primera etapa (la versión de exportación del RD-191).

Por su parte el Angará A5 podrá poner 25 toneladas en órbita baja y estará formado por cinco URM-1 en la primera etapa y un URM-2 en la segunda, además de una etapa superior Briz-M. El Angará A5 se concibió como el sustituto del Protón, pero por ahora sólo podrá ser lanzado desde Plesetsk, lo que impide su uso como lanzador comercial o para misiones tripuladas. Desde hace años, Rusia mantiene con Kazajistán el proyecto Baiterek para lanzar el Angará A5 desde el Área 250 de Baikonur, pero -como pude confirmar de primera mano tras pasar por allí- el proyecto se encuentra en punto muerto. También está prevista la construcción de una rampa para el A5 en el futuro cosmódromo de Vostochni, desde donde deberá despegar la versión A5P con la nueva nave rusa tripulada PTK-NP. La versión Angará A3 -competidora del Zenit- y el gran A7 no han sido aprobadas por Roscosmos.

Sea como sea, el programa avanza lentamente. Durante los pasados meses han tenido lugar varias pruebas de encendido de los motores RD-191 y RD-0124A y se ha finalizado la construcción de uno de los sistemas para situar el cohete en posición vertical. El primer Angará ya ha partido rumbo al cosmódromo de Plesetsk en ferrocarril desde la planta de Khrúnichev en Moscú.  Este primer cohete no es un ejemplar de serie y se denomina Angará-1.2 PP (la PP es de Pervi Pusk/Первый Пуск, ‘primer lanzamiento’), una versión construida específicamente para esta misión. Este primer lanzamiento será suborbital e incluirá una carga simulada, al igual que el del primer A5 en noviembre de 2014. El futuro del programa espacial ruso depende en buena medida del éxito del Angará. Esperemos que tengan suerte.