Una nave de fusión para viajar a Marte en 30 días: pros y contras

Por Daniel Marín, el 9 abril, 2013. Categoría(s): Astronáutica • Marte • NASA • sondasesp ✎ 37

Los viejos seguidores de este blog saben que una de las cosas que me fascinan son los mecanismos de popularización de noticias ‘espaciales’. O lo que es lo mismo, cómo ciertas noticias importantes pasan desapercibidas mientras otras menos relevantes son alzadas a los altares de los medios de comunicación. Desde hace unos días hemos podido ver en todo tipo de medios todo tipo de artículos sobre una nueva nave espacial propulsada por fusión nuclear capaz de viajar a Marte en un mes. ¿Un avance revolucionario que nos abrirá el Sistema Solar dentro de unos pocos años? Más bien no, pero vayamos por partes.

Concepto de MSNW para una nave de fusión por confinamiento (MSNW/NIAC/NASA).

Bueno, para empezar la noticia no es nueva. De hecho, ya hablamos de ella de pasada hace dos meses en este mismo blog, aunque se ve que por entonces no estaba de moda. En cualquier caso, ¿de qué va todo esto? De lo que estamos hablando aquí es de un diseño desarrollado dentro del marco del grupo de Conceptos Avanzados e Innovadores (NIAC) de la NASA. Por decirlo suavemente, los diseños propuestos por el NIAC se basan en ‘tecnologías arriesgadas’ que, siendo optimistas, tardarán décadas en estar disponibles. En el peor de los casos son simple ciencia ficción.

Apadrinado por la empresa MSNW y dirigido por John Slough, el concepto de Cohete Propulsado por Fusión o FDR (Fusion Driven Rocket) fue seleccionado para la Fase 2 de un estudio del NIAC el pasado noviembre. El sistema se basa en la implosión de láminas de litio metálico mediante campos magnéticos con el fin de obtener reacciones de fusión. Los fragmentos de litio son disparados a alta velocidad (unos 3 km/s) contra un plasma denso creado previamente. Al chocar con el plasma se eleva la temperatura lo suficiente para que aparezcan reacciones de fusión. Los restos, ionizados y vaporizados por los neutrones y partículas alfas creadas por las reacciones de fusión, son expulsados hacia el exterior mediante una tobera magnética -la misma que se encarga de dirigir el litio hacia su blanco-, generando una fuerza de impulso. El proceso se repetiría en pulsos separados por intervalos de diez segundos y la energía generada por la fusión serviría además para crear electricidad de sobra capaz de alimentar el vehículo y el sistema de propulsión.

Detalle del sistema de propulsión (NIAC/NASA).
Vídeo animación del concepto:

Evidentemente, estamos ante una variante exótica de la fusión por confinamiento inercial, propuesta como sistema de propulsión espacial ya en los años 70 en muchos proyectos, como la famosa Daedalus de la British Interplanetary Society. Ni que decir tiene, este tipo de fusión aún no ha demostrado su viabilidad. Es más, cabe dentro de lo posible que simplemente seamos incapaces de construir un motor de estas características con la tecnología actual. Para salir de dudas, MSNW planea construir un demostrador tecnológico en los próximos años. Básicamente, además de demostrar que se pueden generar reacciones de fusión con su diseño, el prototipo debería dejar claro que el motor no reventaría en caso de que las láminas de litio no estuviesen bien alineadas. Y es que disparar fragmentos de metal a alta velocidad dentro de un motor es una idea, cuanto menos, algo arriesgada.

Suponiendo que este sistema de fusión funcione -y es mucho suponer-, las aplicaciones serían impresionantes. De la noche a la mañana, viajar a Marte en 30 o 90 días ya no sería patrimonio de la ciencia ficción. El viaje duraría entre cien y doscientos días en total (incluyendo una estancia en la superficie de un mes). Una nave tripulada dotada de este motor de fusión tendría una masa al lanzamiento de sólo 184 toneladas (15 toneladas de la estructura y 61 toneladas de carga útil, siendo el resto la masa del propelente), algo increíble si lo comparamos con las propuestas de mil o dos mil toneladas que usan propulsión química convencional. Con semejante masa, podría ser puesta en órbita baja terrestre sin problemas mediante un par de lanzamientos del futuro cohete SLS. Este motor -con un impulso específico (Isp) de 5000 segundos (!)- nos pondría el Sistema Solar en bandeja.

Partes de la nave (NIAC/NASA).
Tiempos de vuelo (NIAC/NASA).

El problema, como hemos visto, es que estamos muy lejos de demostrar que sea posible construir un sistema de propulsión de estas características. Aunque se trata de una idea ingeniosa y con un potencial impresionante -como todos los conceptos apadrinados por el NIAC-, todavía le queda mucho camino por recorrer. Es por eso que no entiendo la obsesión de los medios con este proyecto en particular. Sin duda, es prometedor, pero entonces será mejor que no se enteren de las prestaciones de los cohetes de hidrógeno metálico sólido.

Tecnologías a demostrar antes de tener un motor de este tipo (NIAC/NASA).

Referencias:



37 Comentarios

  1. bueno saludos a todos hermanos mios pero no creen que es una perdida de plata en gran escala … se podria salvar a muchas vidas de la miseria de ser pobre de no tener que comer de no tener casa.. no estoy de acuerdo con ustedes . no puedo hacer mas desde el lugar que me encuentro no tengo los recursos , el poder bueno en fin . . . esto debe terminar algun dia disfruten .

Deja un comentario

Por Daniel Marín, publicado el 9 abril, 2013
Categoría(s): Astronáutica • Marte • NASA • sondasesp