Imagínate por un momento cómo sería volar por los cielos de Júpiter.
Te rodea un cielo azul púrpura similar al que puedes ver en la Tierra desde la ventanilla de cualquier avión. Bajo tus pies puedes contemplar varias capas de nubes de distintos colores: azules, blancas, rojas, marrones,…; sientes curiosidad y decides descender un poco. Atraviesas una fina capa de nubes de cristales de amoniaco y ahora puedes ver más claramente gigantescos cúmulos de nubes blancas y ocres mezclándose entre sí. Una fina nieve de amoniaco cae sobre ti desde la capa nubosa superior, así que buscas una zona más despejada. Sin montañas o accidentes geográficos con que compararlas, se te hace difícil juzgar la escala de las nubes, pero sabes que son gigantescas. Y son nubes de todo tipo: cúmulos, cirros, cumulonimbos, estratos,… el sueño de un meteorólogo hecho realidad.
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Ja Primero! Hola Daiel, espero que hayas pasado buena desconexión (o espero no estar hablándole a un bot), enorme la entrada, Gracias!
Pd: Ya se que hay muchos astronautas en el mundo pero ¿Sally Ride tendrá su entradita conmemoratoria? 😉
Jeje. Sigo de vacaciones. Esto ha sido un evento anómalo. Saludos.
Ya había leido la entrada, pero es fascinante.Daniel,¿estarás aquí para el «amartizaje» de la Curiosity?
Saludos
Por supuesto, la semana que viene será la Semana de Curiosity en Eureka 😉
Magnifica entrada, ahora se abre mi imaginacion a dirigibles de Hidrogeno caliente investigando la atmosfera de Jupiter y Saturno y mas adelante, naves tripuladas- ya sean dirigibles en Jupiter o aviones en Saturno. Gracias tocayo!!!
De nada, compi 😉
Si no recuerdo mal hay un capitulo de la serie Cosmos que incluye un relato similar………….
Hay muchos relatos parecidos. Por ejemplo, ‘A meeting with Medusa’ del gran Arthur C. Clarke de 1971.
Saludos.