Durante los años 80, varias agencias espaciales propusieron lanzar sondas espaciales con el fin de estudiar cometas y asteroides aprovechando el renovado interés hacia estos cuerpos menores que había causado la visita del cometa Halley.

La Unión Soviética comenzó a estudiar la posibilidad de realizar una misión a un asteroide a raíz del desarrollo del proyecto VEGA (VEnera-GAlley/ВЕнера-ГАллей, «Venus-Halley» en ruso). En el marco de este programa, la URSS lanzó dos naves que estudiaron Venus y el cometa Halley. Aunque suele considerarse a VEGA como una simple extensión del programa de sondas Venera para el estudio de Venus (los vehículos eran básicamente idénticos), lo cierto es que para la URSS este proyecto fue un punto y aparte en muchos aspectos. Por un lado, VEGA fue la primera misión soviética que usó maniobras de asistencia gravitatoria para visitar otros mundos (el cometa Halley en este caso). Por otro lado, se trató de una misión que contó con una fuerte participación internacional de países occidentales -incluyendo Francia y Estados Unidos- por primera vez en la historia del programa planetario soviético. Después del rotundo éxito de VEGA, los científicos del recién creado IKI (Instituto de Investigaciones Espaciales) y los ingenieros de la oficina de diseño NPO Lávochkin se mostraron confiados en poder llevar a cabo todo tipo de ambiciosas misiones a través del Sistema Solar.

Y así, poco después del lanzamiento de VEGA, la URSS anunció en 1985 su intención de lanzar misiones no tripuladas a los asteroides con participación internacional dentro del programa Interkosmos. La misión recibiría el nombre de Proyecto Vesta (VEnera-ASTeroidi/Венера-Астероиды, «Venus-Asteroides»), ya que se contemplaba un sobrevuelo de Venus para poder alcanzar varios cuerpos menores. Pese a su denominación, el asteroide 4 Vesta no se encontraba entre los objetivos prioritarios del proyecto.

La misión contaría con dos naves, una soviética y otra francesa, que tendrían una masa total de cinco toneladas y serían lanzadas mediante un cohete Protón rumbo a Venus en 1991 o 1992. Al sobrevolar Venus, la nave soviética soltaría una sonda de superficie con globos -de modo similar a la misión VEGA- para dirigirse después al cinturón de asteroides con el fin de observar en 1993 un asteroide de tipo Amor o Apolo. El objetivo principal era el asteroide Anteros (con un diámetro de 2,5 km), al que se acercaría a una distancia mínima de 1000 km a una velocidad relativa de 7 u 8 km/s. El diseño de la sonda soviética sería distinto al de VEGA y emplearía la misma plataforma universal UMVL de las malogradas Fobos 1 y Fobos 2. Aunque en un principio se pensó lanzar dos naves francesas y dos rusas en dos lanzamientos, las restricciones presupuestarias pronto provocaron que se descartase esta idea.

La nave francesa también pasaría por Venus, pero posteriormente sobrevolaría la Tierra para cambiar su trayectoria otra vez y poder llegar así hasta tres asteroides del cinturón principal en el periodo 1994-1996. Entre los asteroides a estudiar estaban 1335 Demoulina y 187 Lamberta, pero también se contempló la posibilidad de efectuar un encuentro con algún cometa (el 22P/Kopff o el 78P/Gehrels) aprovechando la trayectoria de los vehículos. La sonda sobrevolaría estos objetivos a una distancia de 500-1000 km y a una velocidad de 4-12 km/s. La sonda francesa debía tener una masa de 870 kg y usaría un diseño nuevo con paneles solares de veinte metros de envergadura. También llevaría consigo un penetrador de construcción soviética que se separaría de la sonda antes del encuentro con uno de los asteroides para incrustarse en su superficie. Ambos vehículos estarían dotados de una plataforma orientable con los instrumentos de observación parecida a la usada en las misiones VEGA. De este modo se evitaba maniobrar las sondas durante los sobrevuelos a alta velocidad.

Poco después, la parte francesa decidió retirarse del plan por motivos económicos y sugirió retrasar la misión hasta 1994. El IKI propuso entonces rediseñar la misión y usar Marte para efectuar las maniobras de asistencia gravitatoria en vez de Venus, lo que encajaba mejor con el nuevo plan de exploración soviético del Sistema Solar, en el que el planeta rojo aparecía como un objetivo prioritario. La nave soviética seguiría usando la plataforma UMVL, pero con un módulo de aterrizaje para el estudio de Marte, probablemente similar al proyectado para la misión Mars 96. La sonda francesa pesaría ahora 1500 kg y tendría que llevar a cabo varios sobrevuelos de Marte para visitar tres cuerpos menores. El módulo penetrador soviético vio aumentada su masa hasta los 500 kg y estaba formado por dos subsondas distintas. Cada una de ellas incluía 4 kg de equipos científicos y estaba planeado que impactasen a 10-20 km de distancia la una de la otra.

 

La ESA decidió participar en el proyecto en 1988, aunque por entonces el lanzamiento ya se había retrasado hasta 1996. Poco después, la agencia europea se retiraría del Proyecto Vesta para colaborar con la NASA en lo que terminaría siendo la misión Cassini-Huygens. Tras la caída de la URSS en 1991, el Proyecto Vesta se metaforseó en la propuesta Asteroid, que tampoco saldría adelante.

Recientemente, la agencia espacial rusa Roskosmos ha sugerido usar una versión de la sonda Fobos-Grunt para sobrevolar asteroides cercanos como Apophis. ¿Volará algún día una nave rusa hacia los asteroides?

Referencias:

• Vesta Project. Phase 0 Report (NASA).