El fin del Programa Constellation

Por Daniel Marín, el 15 junio, 2011. Categoría(s): Constellation Program • NASA • sondasesp ✎ 30

No, no es una broma. Ni tampoco han viajado hacia atrás en el tiempo. A pesar de que la administración Obama canceló el Programa Constellation de la NASA en enero de 2010, la inercia burocrática y las indecisiones políticas han prolongado su agonía hasta principios de este mes. Por fin, el pasado 10 de junio se firmó la sentencia de muerte del programa, aunque algunos contratos seguirán en vigor hasta que se integren con los proyectos SLS y MPCV.

El Programa Constellation nació como resultado de la catástrofe del Columbia en 2003. Hasta ese momento, los planes de futuro de la NASA se limitaban a terminar el ensamblaje de la ISS y seguir volando el transbordador hasta 2025. Para entonces, se preveía que algún sustituto del shuttle ya habría entrado en servicio, quizás el Orbital Space Plane o alguna nueva cápsula. El desastre del Columbia sacudió la NASA hasta los cimientos. Nadie quería seguir utilizando un vehículo que había matado a catorce astronautas y que para colmo no había cumplido ni uno sólo de los objetivos para los que fue concebido originalmente. En 2003, el acceso al espacio no era más barato ni más seguro que antes de 1981, el año del debut del transbordador.

Todo el mundo parecía estar súbitamente de acuerdo: el transbordador tenía que ser retirado lo antes posible. Pero, ¿cuál sería su sustituto? Mike Griffin, el entonces administrador de la NASA, vio la oportunidad de cambiar el rumbo del programa tripulado norteamericano, encallado en la órbita baja desde el final de la era Apolo. Haciendo caso omiso a las voces más prudentes que sugerían sustituir el transbordador por una cápsula o una lanzadera de pequeñas dimensiones, Griffin decidió echar toda la carne en el asador y propuso una estrategia de exploración del Sistema Solar altamente ambiciosa. Antes de 2020 la NASA volvería a poner un hombre sobre nuestro satélite. Primero la Luna y luego Marte, el futuro volvería a ser brillante para la NASA. En 2004 nacía así la VSE (Vision for Space Exploration), que daría lugar en 2005 al Programa Constellation.


Michael Griffin, antiguo administrador de la NASA (NASA).


Los cohetes Ares V (izquierda) y Ares I de la VSE, denominados originalmente CaLV (Cargo Launch Vehicle) y CLV (Crew Launch Vehicle) (NASA).


Una propuesta similar al Ares I anterior a la VSE (NASA).



Configuración final del Ares I (NASA). 


Versión final del Ares V (NASA).


El Saturno V, shuttle, Ares I y Ares V (NASA).



Propuestas originales de la Orión por Lockheed-Martin (arriba) y Boeing. (LM/Boeing).



Configuración final de la nave Orión, originalmente conocida como CEV (Crew Exploration Vehicle) (NASA).



Configuración inicial de Altair (arriba) y final (NASA).

En principio la propuesta parecía ser bastante razonable. Griffin evitó en todo momento repetir los mismos errores de la malograda SEI (Space Exploration Initiative) de principios de los 90. Lastrada por sus excesivas pretensiones, la SEI nunca tuvo una oportunidad, simplemente era demasiado compleja y costosa para seguir adelante. Pero Constellation sería diferente. Para empezar, la nueva nave tripulada sería una cápsula llamada Orión con una forma similar al módulo de mando del Apolo, aunque de mayor tamaño. De este modo se reduciría el tiempo de desarrollo y los costes asociados.

La nueva espina dorsal del programa estaría formada por la familia de lanzadores Ares, construidos usando la tecnología del transbordador. Griffin se apartaba así de la habitual práctica de la NASA consistente en deshacerse de toda experiencia pasada para iniciar nuevos proyectos desde cero a un coste exorbitante. El Ares I sería el encargado de lanzar la nave Orión a la órbita baja y tendría una capacidad de carga de unas 25-30 toneladas en LEO. Usaría como primera etapa un cohete de combustible sólido (SRB) del shuttle, mientras que la segunda etapa -criogénica- tendría un diseño parecido al ET del transbordador. El Ares V sería un gigante con una capacidad de carga superior a las 130 toneladas y también emplearía SRBs y SSME. Para alcanzar la Luna se propuso el módulo lunar Altair.

El plan parecía perfecto, pero había un inconveniente. Por muy razonable que fuese, la NASA carecía de los recursos económicos para llevarlo a cabo. Y Griffin lo sabía. El «truco» del administrador fue introducir en una primera fase el Ares I y la Orión, dejando para una fase posterior el gigante Ares V y el módulo Altair. De este modo, pensó Griffin, el Congreso y la Casa Blanca no se opondrían al programa. Al principio, los costes de desarrollo del Ares I y la Orión serían mínimos, lo que permitiría mantener el transbordador en servicio para terminar la construcción de la ISS. Una vez que el shuttle fuese retirado en 2010, la NASA podría volcar todos sus recursos en el programa lunar. Si la ISS se abandonaba en 2015, la agencia tendría dinero -aunque no el suficiente- para empezar a construir el Ares V. Con suerte -mucha suerte-, las administraciones posteriores no tendrían más remedio que aumentar el presupuesto de la NASA para completar el programa lunar. Al fin y al cabo, razonó Griffin, ningún presidente se atrevería a cancelar el programa espacial tripulado estadounidense. El presidente George Bush II y el Congreso aprobaron el plan de Griffin y en 2005 nació oficialmente el Programa Constellation.

Pero Griffin había apostado todo a una carta. Aparecieron muchas voces críticas dentro de la agencia y fuera de ella. Si el programa se salía del presupuesto, como era de esperar, nada impedía que el presidente de turno cancelase el Ares V y el Altair. Y sin una estación espacial, el programa espacial norteamericano se limitaría entonces a mandar pequeños grupos de astronautas orbitando la Tierra dentro de una cápsula. Algunos expertos propusieron unificar los Ares I y Ares V en una familia de lanzadores con más elementos en común (DIRECT). De igual modo, se sugirió eliminar el Ares I y usar el Delta IV o el Atlas V para lanzar la Orión, ahorrando tiempo. Pero Griffin se opuso vehementemente a estas propuestas y aparecieron multitud de informes demostrando la supuesta incapacidad del Delta IV para lanzar la Orión al mismo tiempo que se destacaban las virtudes del Ares I. Hoy en día sabemos que la mayoría de estos informes estaban plagados de errores, muy probablemente introducidos de forma intencionada para evitar que nadie cuestionase la viabilidad del Constellation.

En 2009 la Comisión Augustine se reunió a instancias del gobierno para constatar lo evidente. El Programa Constellation era mera fantasía. Sólo un aumento continuado del presupuesto de la NASA en la próxima década podría hacer realidad el plan. Después de cinco años y diez mil millones de dólares, la NASA había sido incapaz de diseñar un cohete con una capacidad de carga similar al Delta IV Heavy, mientras que la fecha de lanzamiento del primer Ares I con una Orión tripulada ya se acercaba peligrosamente a 2020. Entre los escasos logros del programa Constellation estaban el lanzamiento de una maqueta del Ares I y una prueba el sistema de escape de la Orión.


Programa original de pruebas de la Orión y el Ares I (NASA).

Era obvio que Griffin había ido de farol y la NASA lo iba a pagar muy caro. A principios de 2010 la nueva administración Obama anunció lo que ya era un secreto a voces. El Programa Constellation sería cancelado, pero también se eliminó de un plumazo la nave Orión, y con ella, la futura capacidad de acceso al espacio de los EEUU. A partir de ahora, los astronautas de la NASA deberían pagar a los rusos para viajar en sus Soyuz. A largo plazo, una difusa «iniciativa privada» -más bien «iniciativa subvencionada»- sería la encargada de alcanzar la órbita. Después de todo, un presidente estadounidense sí se había atrevido a cancelar el programa tripulado de la mayor potencia del mundo.

Pero terminar con el Constellation sería más difícil de lo previsto. Los políticos de los estados con presencia de las empresas contratistas de la NASA iniciaron una fuerte campaña para salvar parte del naufragio. En otoño de 2010 Obama accedió a financiar de forma limitada -muy limitada- la cápsula Orión y un lanzador basado en el shuttle denominado SLS (Space Launch System). Recientemente, la NASA aprobó oficialmente el desarrollo de la Orión bajo un nuevo nombre, el MPCV (Multi-Purpose Crew Vehicle). En unas semanas sabremos por fin el diseño definitivo del SLS, aunque todo apunta a que será una versión reducida del Ares V. En cualquier caso, la NASA ha renunciado a realizar misiones más allá de la órbita baja en las próximas décadas, con la posible excepción de algunas visitas esporádicas a los asteroides más cercanos.


MPCV/Orión (NASA)

El MPCV y el SLS son todo lo que queda del otrora grandioso Constellation. Si finalmente salen adelante -algo muy complicado a día de hoy-, el programa tripulado de la NASA se habrá salvado por muy poco de la aniquilación total. La apuesta de Griffin casi le cuesta a la agencia espacial norteamericana su futuro.



30 Comentarios

  1. Como bien menciona Daniel, el programa Constellation le dio a la NASA una meta y un plazo a cumplir, cosa que no ocurría desde los tiempos del Apollo y que hoy tanta falta le hacen. Desgraciadamente estos ya no son los tiempos del Apollo (y quisiera cortarme las venas con un mazapán por eso!) y todo se fue al carajo después de lo del Columbia. Me pregunto si el programa hubiera llegado más lejos de haber regresado con normalidad el STS-107??.
    Hoy todo es difuso: invertir en «nuevas tecnologías que nos permitan viajar más lejos», aunque ni ellos tengan idea de cuales son esas tecnologías… subvencionar naves privadas para garantizar el acceso a una estación espacial que seguramente va a terminar como chatarra achicharrada en el fondo del Pacífico antes de que dichos sistemas de lanzamiento privados lleguen a ser rentables y confiables (en el mundo de la astronáutica los retrasos están a la orden del día)… como alguien comentarios arriba dijo, creo que lo que se necesita hoy en día es una nueva carrera espacial, tengo todas mis fichas apostando sobre China y aunque ya nos describiste en otra magnífica entrada que no tienen prisa por llegar a la Luna o a Marte, confío plenamente en que tengan un «as bajo la manga» y un programa «paralelo» del que no sabremos nada hasta que veamos la bandera roja sobre la Luna colocada por un chino… Estados Unidos y Occidente en general necesita esa clase de bofetadas que recibieron en su momento con el Sputnik y con el vuelo de Yuri para despertar y desespabilarse, espero por el bien de la humanidad que la reciban (y la recibamos todos) muy pronto… aunque sea más un deseo que algo real.

  2. Quizas el futuro esté en que la NASA «libere» sus motores para que las empresas privadas
    puedan usarlos.

    Con toda probabilidad el problema ha sido el Ares 1, pero no acabo de entender el por qué, si se basa en tecnología ya desarrollada … salvo que todo se haya destinado a untar a los contratistas.

    Siguo pensando que es necesario un lanzador pesado y que el futuro a 100 años, está en los asteroides donde los recursos son abundantes y los pozos gravitatorios minúsculos.

    En este momento de gran incertibumbre, tengo clarísmo que solo un nuevo mundo puede sacarnos de la decadencia y fatalismo en el que estamos embarcados.

    Y China me parece que es un gigante con pies de barro y mucha población pasando mucho hambre.

    Saludos.

  3. Lo complicado no son los motores, ni mucho menos, si es eso a lo que te referías.
    Realmente sería más sencillo para la NASA retomar el programa Apollo tal y como fue en la época de los 60, adaptarlo a las nuevas tecnologías de hoy en día, con algunos cambios de materiales y a nivel electrónico.
    Pero como dije en mi primer post, parece que esta solución no daría para dar de comer a tanto alto cargo, por lo que tienen que hacer programas tipo Costellation pese a que se basan en tecnología casi desarrollas e invierten ingentes cantidades de dinero que al final caen en el saco roto de los constratistas.
    Quizá sea un fanático de SpaceX , pero sus motores (y casi todos los sistemas de los cohetes Falcon) están basados en motores ya existentes y muy probados (la tecnología es supera antigua, con materiales de hoy)(turbobombas mono-eje para motores KeroLox, actuadores pneumáticos para staging, electrónica «bastante común», secuencias sencillas,2 únicas etapas….nada excesivamente lujoso) y la verdad…no les ha ido nada mal…de momento.

    Un saludo.

  4. El J2X ya parece que está preparado para pruebas completas:

    http://blogs.nasa.gov/cm/blog/J2X/posts/post_1307975917982.html

    Y si el F1 fue clave para llegar a la Luna, El J2 no tiene menos importancia.

    Raúl creo que los motores es lo más complicado y costoso de desarrollar, si a una compañia «le dan» eso … le facilitarían la vida en gran medida. Algo que se comenta aquí muchas veces es el empleo de motores sovieticos en cohetes americanos ¿no será porque son muuucho más barato (aparte de que sean adecuados para lo que se quiere hacer)?. Coincido contigo sobre SpaceX que por cierto ha contratado su ¿primer? lanzamiento comercial … creo recordar que para el año que viene.

    Saludos

  5. Después de revelarnos de forma clara y realista el ultimo articulo de «¿Por qué es tan difícil viajar a Marte? La explicación en una sola imagen» que para una misión a Marte necesita el equivalente 37 Saturn V.

    Creo que lo mejor seria establecer una Base Lunar Internacional como complemento a la Estación Espacial Internacional. La Luna que no tiene atmosfera seria perfecto para desarrollar futuro motores.

    Zeus

  6. Yo soy uno que no ve el chiste de mandar una mission tripulada a un asteriode, por que soy de la idea que esta más lejos que el planeta rojo, y la distancia sería un problema realmente más díficil de realizar que los objetivos del programa constelación; así que el asteiode más cercado a la tierra es un satelite: LA LUNA MISMA.
    No veo con malos ojos que la iniciativa privada se quede por el momento con la orbita baja terrestre con estaciones espaciales propias, y la NASA se fuera a la luna a desarrollar nuevas tecnologias, eso si sería una propuesta de programa espacial de una superpotencia como se supone que es los USA, y no las mezquinas politícas espaciales de mister Obama.

    Tuco de la Rey

  7. Estoy de acuerdo contigo en un ciento por ciento. Todo es cuestión de entender de aerodinámica, fotografía y un poco de mecánica espacial, no todos lo entienden. Si lo entendieran, sabrían porqué el Modulo Lunar es tan feo y frágil, porqué no se ven las estrellas en las fotos y porqué parece flamear la bandera (esto parece ser el tridente de batalla de los conspiracionistas).
    Pero es lo que hay, mala formación, mala información y fuertes opiniones en Internet con poco o nulo conocimiento.
    Pero hoy quiero tocar un tema que nadie se ha preguntado, ni comentan en ningún medio, yo no dudo en absoluto del alunizaje de hecho fui protagonista ya que lo viví, he visto las maquinas en museos de USA, la tecnología estaba como lo estaba la bomba atómica hace ya 74 años!!!, pero siempre me dejó intrigado que se recortase el presupuesto de los viajes a la luna que eran aventureros y formidables, supuestamente porque había que recortar gastos por Vietnam o por la pérdida de interés, los contribuyentes preferían ver «Yo amo a Lucy», las televisoras hacían chistes de mal gusto como que el lanzamiento era una «repetición de verano», todo esto para finalizar el programa en Diciembre 1972 con el Apolo 17 y cancelando los Apolo 18, 19 y 20 con miles de despidos .
    Tenían el material, tenían el equipo y tenían las tripulaciones ya establecidas y entrenadas, de hecho los tres Saturno 5 y sus correspondientes LMs y CMs están hoy en los museos USA como sobrantes originales del programa. Ya habían pagado por todo eso (palabras de Charlie Duke, Apolo 16). Las tripulaciones asignadas para los Apolo 18, 19 y 20 quedaron sumamente molestos y encolerizados al colmo de realizar una especie de rebelión cuando fueron reasignados al programa Skylab, principalmente los astronautas Carr y Pogue del Skylab 4 en 1974. A mi entender era solo echarle combustible y adelante…….
    Y de repente aparecen 5 años después en 1977 con un programa estrella multimillonario el Space Shuttle o Transbordador Espacial.
    Dicho programa consto de 5 (cinco) transbordadores orbitales y un planeador de testeo no orbital (Enterprise) que duró la friolera de 34 años (140 misiones de 1977-2011) usándose el Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour, con la consabida destrucción de 2 transbordadores y 14 muertes, todo supuestamente para hacer un «viaje espacial » (si se puede llamar así) a la órbita terrestre a solo 400 km de altura y armar la ISS (Estación Espacial Internacional) recién en los últimos 10 años!!!.
    De donde salió el presupuesto?? El mismo fue aprobado entre 1972 y 1973. No era que había que recortar gastos??
    El modulo de servicio del Apolo tenía un solo motor de 94 kN de empuje y de unos 4 mts. de largo, los transbordadores tienen 3 (tres!!!) motores gigantescos RS-25 también de 4 mts. en la parte trasera del tamaño que usaba el modulo de servicio del Apolo, pero con un empuje unitario de 2279 kN,, de verdad podemos creer como dice la versión oficial que eran solo para despegar o maniobrar y nada más ???. Con el consabido costo que tiene poner en órbita algo (20.000 Dólares el kilogramo) esto sería peso muerto durante toda la misión. Dejaron de pintar de blanco el tanque principal de Hidrogeno liquido justamente para ahorrare miles de kilos de pintura en los lanzamientos (de ahí su posterior color naranja metal en bruto).
    Es difícil de creerlo, en mi humilde opinión estos motores eran para hacer viajes largos con un gran impulso, los cohetes de maniobra eran más chicos y el transbordador tenía dos más a tales efectos o sea tenía cinco motores principales. Con un pequeño encendido de estos tres monstruos RS-25, se podría recorrer una gran distancia dejándose llevar por la tercera ley de Newton sin consumir mucho combustible y luego el campo o esfera de atracción gravitacional lunar completaría su trabajo.
    Cuando el transbordador apareció se dijo que tenía autonomía de 15 días a un mes, tiempo más que suficiente para ir a la Luna, descender con un modulo lunar más chico, moderno y eficiente y volver a Tierra.
    Y la bodega??, de hecho el trasbordador fue diseñado bajo requerimientos del Departamento de Defensa con las medidas para acomodar el satélite espía KH-9 HEXAGON de 18 metros de largo !!! Nadie habla de la bodega, pareciera que solo la usaron para lanzar satélites chicos como muestran los videos y el resto siempre vacío (???). Hubieron misiones destacables como el Telescopio Hubble, el Spacelab, la sonda Galileo, la sonda Magallanes, componentes de la ISS y repito satélites militares espía KH-9 HEXAGON, pero son misiones contadas con los dedos, fueron 135 misiones orbitales !!!!.
    En semejante bodega de 4,6 metros ancho x 18 metros de largo, entraría un camión grande o un ómnibus grande articulado o decenas de astronautas sentados como mínimo unos 40. (!!!)
    De hecho para que tengan una idea del tamaño de la bodega, entraría por completo la tercera fase el Saturno 5 (S-IVB) responsable de la TLI (Inserción Trans Lunar) en Apolo. Si pusieran en dicha bodega un tanque de combustible extra con la capacidad de la S-IVB, no sé cuál sería el impedimento para ir y volver de la Luna, no entiendo que no sintieran la tentación en 34 años de misiones. En comparación con Apolo el Shuttle era un Cadillac espacial.
    Si resiste el vacio aquí en la órbita terrestre, también lo resistirá en la luna y de hecho tenía más espacio y comodidad para la tripulación que el diminuto Apolo. (Apolo 3 vs Shuttle 7 astronautas). Se pudieron utilizar algunos juegos de maniobras orbitales para su inserción lunar si aun lo le alcanzara la potencia como lo hicieron con la sonda israelí Beresheet recientemente estrellada en la luna. Entiendo que con esta maniobra se demoró seis semanas en llegar, pero consideremos que ahí si no había mucho combustible para usar.
    Mas grande es aún mi interrogante respecto al cambio de usar un cadillac espacial como era el Shuttle a volver a usar nuevamente un cono como era Apollo para el espacio profundo (un poco mas grande), llámese Orión, Artemisa o Drágon, etc. No era mas fácil y económico seguir usando el Shuttle ya probado pero más distanciado en el tiempo, digamos un lanzamiento 4 meses??
    En su momento Apolo costo 24.000 millones de dólares (24 billones), hoy costaría 700.000 millones (700 billones), El transbordador (Shuttle) costó 170.000 millones (170 billones). Me gustaría saber cuánto costará el proyecto Artemisa (ex Orión cancelado por Obama). para volver a la Luna.
    En mi opinión (y no tiene que ser la de todos) el Shutle era potencialmente más rentable o eficiente de lo que hemos visto, si realmente se usó solo para lo que nos dejaron ver, fue un real desperdicio, muchos científicos incluidos Carl Sagan estaban disgustados por el programa considerándolo una pérdida de tiempo y que viajar a 400 km de altura no era necesariamente explorar el espacio y menos aún por un periodo tan prolongado como 34años.
    Pienso que se ha podido ir a la Luna más veces de las que nos han contado y vaya a saber que mas hay allá lejos en «nuestro» satélite como consecuencia de los llamados «programas negros».
    Solo deben contemplar y comparar el inmenso Transbordador con la nave Apolo completa (CSM+LEM) en el museo Smithsoniano en Washington y les surgirá la interrogante que yo planteo aquí de inmediato.
    Un saludo desde Uruguay.

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