Orión: viajando a la cara oculta de la Luna

Por Daniel Marín, el 25 noviembre, 2010. Categoría(s): Astronáutica • Constellation Program • Luna • NASA • sondasesp ✎ 26

¿Veremos una misión a la cara oculta de la Luna dentro de diez años? Aunque el Programa Constelación para volver a nuestro satélite está muerto, la cápsula Orión sigue adelante con su particular odisea cual holandés errante del espacio. A principios de este año, la administración Obama decidió cancelar este proyecto como parte de las medidas que forman parte del nuevo rumbo de la NASA. No obstante, debido a las fuertes críticas que recibió esta postura, recientemente se ha decidido continuar con su desarrollo. En principio sólo serviría como vehículo de rescate de la ISS, pero aún permanece en pie la posibilidad de que pueda convertirse en uno de los futuros sistemas de transporte espacial tripulado de los EEUU.


Una Orión parte de la órbita baja hacia la Luna (Lockheed-Martin).

La compañía Lockheed-Martin, contratista principal de la nave, sigue proponiendo posibles aplicaciones para su vehículo. Lo último es esta sugerencia para enviar una Orión hacia la Luna. Bueno, en realidad, se trata del punto L2 del sistema Tierra-Luna, que no es lo mismo. Los puntos de Lagrange son aquellas zonas en el que el campo gravitatorio de dos cuerpos de masa muy diferente se compensa, permitiendo una órbita relativamente estable siempre y cuando la velocidad orbital sea la adecuada. Estos puntos son muy interesantes porque para viajar entre ellos se requiere muy poca energía, especialmente si se realizan maniobras de asistencia gravitatoria. Pero hay que tener cuidado a la hora de distinguir entre el punto L2 del sistema Tierra-Sol del L2 del sistema Tierra-Luna, ya que a menudo se confunden entre sí. El primero está situado a 1,5 millones de km de nuestro planeta y es un lugar idóneo para muchas misiones espaciales científicas, como los telescopios WMAP, Herschel o Planck. Por contra, el punto L2 del sistema Tierra-Luna se encuentra a 467000 km de la Tierra, unos 6500 km por detrás de la cara oculta de nuestro satélite. Para evitar confusiones, suele denominarse punto EML-2 (Earth-Moon L-2). Para optimizar la energía de la trayectoria, un viaje de ida hacia el EML-2 tendría una duración de una semana como mínimo.


Punto L2 del sistema Tierra-Sol (Wikipedia).




Puntos de Lagrange del sistema Tierra-Luna.


Maniobra para alcanzar el punto L2 desde LEO.

Una Orión tripulada podría viajar a este punto acoplándose a una etapa Centaur modificada lanzada por separado a bordo de otro cohete. Tras realizar una maniobra de asistencia gravitatoria con la Luna, alcanzaría el punto EML-2, donde se encendería el motor de la nave para entrar en una órbita de halo. ¿Y qué harían los astronautas allí? Pues podrían dirigir durante dos semanas (un día lunar) de forma remota un vehículo automático (rover) lanzado previamente. Al estar situada en una órbita de halo, la Orión estaría en contacto con la sonda y el control de la misión permanentemente. La misión duraría un mes, lo que permitiría probar sistemas de soporte vital en el espacio profundo de cara a una eventual visita a un asteroide cercano.


Una Orión en L2 podría controlar un rover en la cara oculta (Lockheed-Martin).


Una etapa Centaur criogénica con dos motores RL-10 (NASA).

Muy interesante, pero hay dos problemas. El primero es que la etapa Centaur actual es incapaz de mandar una Orión a la Luna. Para el encendido translunar (TLI) se requiere una Delta-V de 3500 m/s, mientras que la Centaur sólo puede proporcionar 2850 m/s. Es decir, necesitamos una versión mejorada de la Centaur, lo que resta interés a la propuesta.  El segundo problema es que la Orión actual (con una masa de 21,3 toneladas) ha sido diseñada para misiones en órbita baja (LEO). Una Orión que viajase al punto EML-2 tendría que incluir un escudo térmico preparado para soportar una reentrada atmosférica a 11 km/s y sistemas de soporte vital avanzados, lo que implicaría más gastos y posiblemente limitar la tripulación a dos personas.

En definitiva, se trata de una misión sencilla de realizar -una vez que tengamos una Orión operativa, claro está-, pero en modo alguno «gratis». Por otro lado, aunque es cierto que el punto EML-2 se encuentra un 15% más lejos que la órbita lunar, no sé si la opinión pública se mostraría muy entusiasmada ante la reedición de esta especie de «Apolo 8 2.0». Pero, por supuesto, que conste que me presento como voluntario para ir en esta misión. ¿Alguien se anima?


Nave Orión.



26 Comentarios

  1. @Monsieur: se me escapó contestarte a tu anterior pregunta. Un satélite en EML-2 no estaría situado exactamente en ese punto, sino en una órbita de halo, lo que le permitiría estar en línea directa con la Tierra y la cara oculta de la Luna al mismo tiempo.

    @Sobrino: la definición que doy en el post sobre los puntos de Lagrange es algo simple, lo sé (no es el tema central de la entrada), pero no está desencaminada. Por otro lado, creo que has confundido los puntos de Lagrange del sistema Tierra-Luna con los del sistema Tierra-Sol. El SOHO está en el L1 del Sistema Tierra-Sol, la Luna no tiene nada que ver.

    @Carlos: preciosa imagen de la isla de Devon. En Canarias tenemos un lugar que se parece mucho a Marte: la cumbre del volcán Pico Viejo, en el Teide.

    Un saludo.

  2. Un humanoide con un rover en la luna, sería un paso adelante hacia los viajes tripulados. Se verían resultados, además si nos queremos quedar en la superfície, los robots son la clave para llevar la carga de la mayor parte del trabajo.

    Además con el poco delay que hay en la luna, la tele operación ofrece una facilitación del trabajo estupenda. A ver el Atlantis sale ya! Me muero por ver al robonaut andando por la estación.

  3. Hola Daniel, se me habia ocurrido que esa misión tripulada podria servir para transportar un radiotelescopio con una gran antena desplegable. Todo depende de que el punto L2 se encuentre dentro del «cono» de sombra radioelectrico.
    Otro cantar es si el cohete portador de la Orion tiene carga util extra, o bien la tiene el cohete que lanza la etapa Centaur ( mas una etapa adicional de combustible solido si va a quedarse corto).
    Que los astronautas puedan servir para despelgar con exito esa antena me parece mas interesante que dirigir un robot, pues como ya han dicho con gran acierto, es mejor mandar una mision robotica para eso.

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Por Daniel Marín, publicado el 25 noviembre, 2010
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