50 años de Strelka y Belka

Por Daniel Marín, el 19 agosto, 2010. Categoría(s): Astronáutica • Historias de la Cosmonáutica • Rusia • sondasesp ✎ 27

Laika fue la pionera, pero no debemos olvidar que los primeros seres vivos que regresaron con vida del espacio fueron las perritas Belka y Strelka. Tal día como hoy, hace medio siglo que estas pequeñas heroínas abrieron el camino que poco después seguiría Yuri Gagarin.

Strelka («flechita») y Belka («ardilla» o «blanquita»), al igual que el resto de cosmonautas caninos soviéticos bajo la dirección de Vladímir Yazdovski, eran pequeños animales de apenas seis kilos con un aspecto entrañable. Pese a su delicada apariencia, su misión fue primordial: comprobar que la nave Vostok era apta para el primer vuelo tripulado de la historia. Aunque eran las protagonistas de la misión, no viajarían solas. Dentro de la Vostok 1K (Korabl-Sputnik 2) también se podían encontrar sobre el asiento eyectable doce ratones, hongos, plantas, microbios y hasta trozos de piel humana. Fuera del asiento, pero dentro de la cápsula esférica presurizada, iban otros doce ratones y dos ratas. La nave se había convertido en un pequeño arca de 4,6 toneladas.

Strelka y Belka pudieron haber corrido la misma suerte que Lisichka y Chayka, las dos perritas que murieron en la misión Korabl-Sputnik 1 -la primera Vostok 1K-. El 28 de julio de 1960, 19 segundos después del lanzamiento, el cohete 8K72 sufrió un incendio en una de las cámaras de combustión del bloque G de la primera etapa. Como resultado, el lanzador perdió el rumbo y se desintegró 28,5 segundos después del despegue, ocasionando la muerte de los dos animales. Hasta el mismísimo ingeniero jefe Serguéi Korolyov se mostró desolado por la pérdida. Antes del lanzamiento, era habitual ver a Korolyov jugando con Lisichka en el cosmódromo. La destrucción de la Korabl-Sputnik 1 obligó a la introducción del asiento eyectable como sistema de escape durante el lanzamiento.

El 19 de agosto de 1960, a las 11:44 hora de Moscú, nuestras protagonistas despegaron desde Baikonur rumbo al espacio, donde deberían permanecer un día entero. En occidente, la misión sería bautizada a posteriori como Sputnik 5, aunque la denominación oficial soviética sería Korabl-Sputnik 2 («nave-satélite»), un nombre anodino que intentaba esconder su verdadera naturaleza. El control de tierra pudo seguir las aventuras de los canes gracias a dos cámaras de televisión diseñadas por el instituto NII-380. En un principio, los controladores observaron horrorizados como las perras permanecían inmóviles en gravedad cero, temiéndose lo peor. Por suerte, empezaron a desperezarse poco después, aunque pronto empezaron a ladrar y a mostrar movimientos espasmódicos. Pese al entrenamiento, los animales intentaron liberarse de sus arneses en repetidas ocasiones y Belka llegó a vomitar durante la cuarta órbita. A resultas de la experiencia se decidió restringir la duración del vuelo de Gagarin a una sola órbita -una hora y media-, ya que todavía persistían demasiadas incógnitas sobre los efectos de la ingravidez en el cuerpo humano. Tras permanecer un día y dos horas en el espacio, la cápsula Korabl-Sputnik 2 reentró con éxito en la atmósfera terrestre y las perritas aterrizaron sanas y salvas dentro del asiento eyectable en la región de Orsk, Kazajistán. La Korabl-Sputnik 2 fue la primera nave que regresó del espacio con seres vivos en su interior. Pocos días antes, los Estados Unidos habían recuperado la cápsula de la Discoverer 13, desarrollada dentro del marco del programa militar secreto CORONA, por lo que la Korabl-Sputnik 2 fue sólo la segunda cápsula en regresar de una pieza desde la órbita.

Las perritas se convirtieron en auténticas estrellas después de su logro. Khruschov regaló a Jacqueline Kennedy un cachorro de Strelka durante una conferencia en Viena. La perrita, bautizada Pushinka, creció y vivió en la Casa Blanca, no sin antes pasar por el escrutinio del servicio secreto norteamericano. Los servicios de seguridad realizaron numerosas radiografías del perro, temerosos de que los soviéticos hubiesen escondido en su interior micrófonos o algún artefacto malicioso. A pesar de todo, Pushinka tuvo varios cachorros con Charlie, otro perro de los Kennedy. Hoy en día, Belka y Strelka se pueden contemplar disecadas en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú.

Belka y Strelka fueron las primeras, pero entre agosto de 1960 y marzo de 1961 seis perros serían asignados a distintas misiones espaciales, aunque con diversa suerte. El 1 de diciembre despegó la Korabl-Sputnik 3 con las perras Pchelka y Mushka. Tras una misión sin contratiempos, la nave fue destruida por el control de tierra tras comprobar que la cápsula aterrizaría fuera de las fronteras de la URSS. El 22 de diciembre, las perritas Kometa y Shutka también perdieron la vida durante el lanzamiento de la última nave de la serie 1K. El 9 de marzo de 1961, Chernushka («negrita») regresaría con éxito del espacio a bordo de la Korabl-Sputnik 4 (la primera Vostok 3KA) junto con el maniquí «Iván Ivánovich». El 25 de marzo, Zvyozdochka («estrellita») también completaría con éxito su misión en la Korabl-Sputnik 5.

Después de esta misión, se decidió no mandar más perros al espacio. La Vostok 3KA estaba lista para su objetivo. El siguiente sería Gagarin.


Belka (izqda.) y Strelka.


Belka y Strelka después de su regreso con el entrenador Oleg Gazenko.


Belka en el espacio dentro de la Korabl-Sputnik 2.


Strelka con su prole.


Algunas cosmonautas caninas soviéticas: a la izquierda vemos a Strelka rodeada por varios de sus cachorros. En el centro y detrás está Zvyozdochka. Chernushka es visible a la derecha, con Belka detrás.


Nave Vostok 1K.


Nave Vostok 3KA.


El cohete Vostok, basado en el misil R-7.

El asiento eyectable de la Vostok con el compartimento para los perros (Novosti Kosmonavtiki).


Los canes dentro de la cápsula.


Las perritas se pueden ver hoy en día disecadas en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú.

Hasta hay una serie de animación sobre las perritas:



27 Comentarios

  1. Habiendo llegado aquí un tanto por casualidad (y muy tarde) no me resisto a comentar un par de cosas a este –por lo demás– correcto artículo.

    Se dice al comienzo que estas perritas fueron «los primeros seres vivos que regresaron con vida del espacio». Conviene tener presente que esto solo es cierto si por «espacio» aceptamos que se habla de «órbita». Desde 1947 hubo muchos otros animales –y no solo mamíferos– que fueron al espacio y volvieron en trayectorias balísticas, aunque no permaneciesen en órbita (también otros que murieron, normalmente por impacto). Pero me interesa más comentar a propósito de la última frase, que podría dar a entender el fin del uso de perros en los estudios biomédicos espaciales.

    En realidad, uno de los objetivos programados para los vuelos de los Voskhod (que siguieron a los Vostok) eran las estancias prolongadas en el espacio, con vistas al estudio de su viabilidad con cosmonautas. Y con este fin se siguió experimentando en años posteriores al vuelo de Gagarin con perros. De hecho, el 22 de febrero del 66 se lanzó el Cosmos 110 (una nave Voskhod, en realidad), que estuvo 22 días en órbita con las perritas Veterok y Ugolyok a bordo (una marca de permanencia no superada hasta la primera misión tripulada del programa Skylab estadounidense, siete años después…). Antes, en tierra se habían llevado a cabo en 1965 experimentos prolongados sobre los efectos de la radiación en otros 330 perros. Más héroes caninos, estos anónimos, para recordar [mencionado en «Cold War Celebrity and the Courageous Canine Scout: The Life and Times of Soviet Space Dogs», de Amy Nelson, capítulo 6 del libro «Into the Cosmos: Space Exploration and Soviet Culture», University of Pittburgh Press, 2011].

    1. Hola Carlos, gracias por tu comentario. La historia de los perros espaciales soviéticos es muy prolija y obviamente es cierto que hubieron perros lanzados en trayectorias suborbitales antes que Strelka y Belka. Técnicamente, los primeros perros en alcanzar el espacio y volver con vida fueron Tsigan y Dezik, lanzados en 1951. Aquí escribí sobre ello:

      http://danielmarin.blogspot.com.es/2011/03/los-cosmonautas-de-stalin.html

      Y además de la misión Kosmos 110, no nos podemos olvidar de los perros suborbitales chinos, los grandes olvidados de la historia espacial perruna. Tengo una entrada preparada sobre los perros espaciales listando todos y cada uno de ellos, a ver si la publico esta semana o la siguiente. Es un tema muy interesante.

      Saludos.

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Por Daniel Marín, publicado el 19 agosto, 2010
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