Las gigantes de R136

Por Daniel Marín, el 22 julio, 2010. Categoría(s): Astronomía • Estrellas • sondasesp ✎ 7

A los medios les encantan los titulares astronómicos que incluyan las expresiones «el más grande», «el más antiguo» o el «más lejano». Es algo normal, por lo tanto, la atención desmesurada que ha recibido R136a1 en los últimos días, una estrella candidata a ser la más masiva jamás descubierta. Este monstruo podría haber tenido en su momento…¡hasta 400 veces la masa de nuestro Sol!. Pero antes de echar las campanas al vuelo, hay que matizar un par de puntos.

Primero, se suele confundir tamaño con masa. Las estrellas más masivas no siempre son las más grandes. La evolución de una estrella depende de su masa, claro está, pero en este caso hablamos de una supergigante azul (más concretamente, una estrella gigante azul de tipo Wolf-Rayet), es decir, una estrella muy grande (35 radios solares, es decir, unos 48 millones de km de diámetro), pero no tanto como una supergigante roja. R136a1 sería la estrella más masiva conocida, pero de ningún modo la más grande (ese honor le corresponde, por ahora, a VY Canis Maioris). Por otro lado, recordemos que a la hora de hacer un ranking de tamaños estelares la cosa se complica, porque en el caso de las estrellas supergigantes rojas es muy difícil determinar dónde termina la fotosfera de la estrella (superficie visible) y dónde empieza el medio interplanetario.

Segundo, R136a1 parece ser la estrella más masiva -y luminosa-, pero hay que tener en cuenta que la determinación de la masa de una estrella es una tarea muy compleja y no sería la primera vez que una supuesta superestrella se revela como un conjunto de astros más pequeños una vez que se observa con más resolución. En este caso, las observaciones en rayos X del cúmulo donde se aloja nuestra protagonista parecen descartar que R136a1 y otras compañeras muy masivas sean en realidad binarias o sistemas múltiples, pero es muy difícil tener una seguridad del 100% en estos casos, especialmente si tenemos en cuenta la baja resolución espacial de las observaciones de rayos X.

R136a1 pertenece al cúmulo abierto R136, situado en el centro de la Nebulosa de la Tarántula (30 Doradus), en la Gran Nube de Magallanes, a unos 157000 años luz del Sistema Solar. La revelación sobre la masa de esta estrella ha venido de la mano de observaciones realizadas con los telescopios VLT y Hubble. R136a1 tiene una temperatura superficial de unos 53000 K (± 3000 K) -como comparación, el Sol tiene unos 6000 K- y una edad estimada de «sólo» 1,5 millones de años.

Lo verdaderamente sorprendente de R136a1 y sus hermanas es que superan ampliamente las 150 masas solares, el límite máximo para la masa de una estrella según la mayor parte de teorías de formación estelar. Efectivamente, cualquier estrella más masiva debería deshacerse por acción de la presión de radiación. Hace ya muchos años que se sospechaba que R136a1 podía ser una estrella muy masiva, pero a falta de observaciones de mayor resolución algunos pensaban que podía ser un cúmulo cerrado de varias estrellas. Según los nuevos resultados, R136a1 tendría entre 180 y 300 masas solares en la actualidad, siendo 265 masas el resultado más probable. De todas formas, puesto que estas estrellas pierden masa continuamente debido a los intensos vientos estelares -la pérdida de masa en el Sol ocasionada por el viento solar es despreciable-, R136a1 pudo tener al nacer entre 320 y 400 masas solares, todo un impresionante récord.

Además de R136, los investigadores han encontrado estrellas de más de 150 masas solares en otros cúmulos abiertos, como por ejemplo NGC 3603. De confirmarse la naturaleza única de R136a1 y sus amigas, su existencia sería todo un desafío difícil de explicar para muchas teorías de formación estelar.


Características de las estrellas más masivas de R136, incluyendo a1 (Crowther et al.).


Los cúmulos con estrellas muy masivas (Crowther et al.).


Datos de las estrellas más masivas conocidas situadas en varios cúmulos (Crowther et al.).


El cúmulo abierto R136 en la Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes (NASA).

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7 Comentarios

  1. Vaya, con semejante masa, ciertamente en nada tendría que envidiar a las estrellas de Población III.
    Y esto es curioso porque estrellas tan masivas sólo se dieron en edades muy tempranas del Universo cuando éste era muy denso.

    Poder, entonces, estudiar un objeto estelar tan masivo como R136a1 es algo así como estudiar un fósil viviente. Es como si un paleoantropólogo se encontrase con un Austrolepithecus afarensis vivito y coleando.
    En fin, que sin duda la estrella en cuestión será todo un bocado exquisito para los paladares astrofísicos más exigentes.

    Un saludo.

  2. @Carlos V., son objetos muy interesantes, aunque como comenta DarkSapiens, la diferencia con la Población III es la metalicidad.

    @DarkSapiens: buena pregunta. Pues depende de los modelos, pero las estimaciones de metalicidad están en la tabla del paper que adjunto, aunque no como Fe/H, sino como fracción de masa de hidrógeno (Xh). Las estrellas de 30 Doradus tienen una metalicidad tres veces superior a la de la Pequeña Nube de Magallanes.

    Hay que tener en cuenta que a menor metalicidad, mayor luminosidad.

    Saludos.

  3. Daniel, cuanto tiempo de vida le queda a nuestro amigo R136a1 para convertirse en un agujero negro?

    Es probable que ahora ya no exista más? tengo entendido que esas estrellas tan masivas tienen un tiempo de vida muy limitado.

    Con tanta masa, es posible que luego de la explosión surjan nuevas estrellas de los restos de esta estrella?

    Saludos

  4. Pues una estrella de 300 masas solares tiene una vida de unos dos millones de años, así que a R136a1 le queda medio millón de años de vida antes de implotar como hipernova. Por supuesto, estas estimación depende de la masa exacta de la estrella y de el ritmo de pérdida de masa debido al viento estelar.

    Los restos de la estrella se incorporarán al medio interestelar. Aunque no surjan nuevas estrellas directamente de sus restos, las ondas de choque de las supernovas ayudan a formar nuevas estrellas en regiones más densas del medio interestelar cercano.

    Un saludo.

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Por Daniel Marín, publicado el 22 julio, 2010
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