40 años del Apolo 11 (1): el CSM

Por Daniel Marín, el 16 julio, 2009. Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Luna • NASA ✎ 14

¿Qué contar sobre el programa Apolo que no se haya dicho ya mil veces en innumerables libros, revistas, páginas web, blogs, podcasts, programas de radio, películas y series de televisión?

A estas alturas sería difícil, por no decir imposible, descubrir nada nuevo. Pero a pocas horas de que se cumplan 40 años del comienzo de la mayor aventura espacial del siglo XX vale la pena repasar algunos detalles de esta misión histórica. Las primeras entradas de este pequeño homenaje fotográfico sólo podrían estar dedicadas a las protagonistas tecnológicas de la hazaña: las naves Columbia y Eagle.

Hoy recordaremos al módulo de mando y servicio nº 107 (CSM-107), más conocido como Columbia.







Montaje del CSM-107 (NASA).



El CSM y la torre de escape (LES)(NASA).







El CM (NASA).


Protección térmica del CM (NASA).


Las cinco ventanas del CM (NASA).


Instalación de los asientos en el CM (NASA).



Escotilla del módulo de mando Block II (NASA).


Cómo dormir en el CM (NASA).



Panel de control del CM (NASA).


Sistemas de telecomunicaciones en el CM (NASA).


Detalle de los motores de giro y las válvulas para expulsar la orina y el agua sobrante (en blanco)(NASA).





El SM (NASA).


Sistema de células de combustible del módulo de servicio para generar electricidad (y agua potable)(NASA).


Sistema de control de reacción del CM (sólo usado en la reentrada) y el SM (NASA).


Tanques de combustible del RCS del SM (NASA).


Un motor de reacción de uno de los quads del RCS del SM (NASA).


RCS del CM (NASA).


Paracaídas y sistema de aterrizaje del CM (NASA).



Puntos de atraque de los paracaídas y las estructuras colapsables de la zona de impacto (NASA).


Los distintos elementos del ordenador del módulo de mando (NASA).


DSKY (NASA).


Conexiones del CM con el SM (NASA).



Umbilicales entre el SM y el CM (NASA).


Antenas en el CSM y el LM (NASA).




Sistema de acoplamiento (NASA).



14 Comentarios

  1. Todo lo de los viajes espaciales está muy bien, lo de llegar a la Luna e incluso a otros planetas, también. Pero, por ahora, sólo como un sueño inalcanzable.
    Y no por falta de ganas ni de dinero, sino de tecnología.
    Por qué no se dice, de una vez, que ningún ser humano ha rebasado la barrera de los cinturones de Van Allen (800km. de distancia).
    Y que incluso la amalgama de artefactos, satélites y demás ingenios creados por el ser humano, han sido presa de las radiaciones que ejercen dichos anillos, convertiéndolos más de una vez en pura chatarra; y todo a raíz del flujo de electrones y protones que llegan hasta nosotros bajo la forma de viento solar y creando una barrera infranqueable para la vida (radiaciones superiores a 10 MeV).
    Por ahora con lo único que nos podemos conformar es con las estaciones espaciales (orbitas protegidas), y poco más.
    A mi también me gustaría que fuese de otra forma, que el progreso espacial en el que se nos cuenta que estamos inmersos fuera cierto; pero hay que ser realistas.
    No hay más que verlo, reflexionen: en pleno siglo XXI como despegan, todavía, los cohetes de la Tierra.
    En fin, el propósito de este comentario no es de ninguna forma ofensivo, el fin es exclusivamente hacernos pensar, que falta nos hace.
    ¡¡¡GRACIAS!!!

  2. Este anónimo es un genio. Sólo le ha faltado decir que el ser humano, fuera de la tierra sólo ha viajado a Raticulín. (bueno, he estado en algún que otro sitio, que no voy a nombrar, que tampoco parece de este mundo).
    Tomate unas cervezas, que yo las pago.

    Carlos Ruiz 😉

  3. Aparte del comentario de anónimo, ejem, sigo pensando que el gran público le da demasiada importancia a la exploración humana.

    ¡A la Luna ya se había llegado!, naturalmente con sondas automáticas. Yo creo que el camino correcto es enviar laboratorios robóticos cada vez más sofisticados.

    Saludos.

  4. Pues yo me he echado unas risas leyendo el primer comentario de «Anonimo» que me hacían mucha falta estos días y se lo agradezco.
    Evidentemente se trataba de un chiste muy divertido de otro modo tendría que pensar que necesita a un profesional.

  5. El comentario de «anónimo» es interesante, indpendientemente de si es cachondeo o no (por el bien de su salud mental espero que sea lo primero), porque pone de relieve la versión «hardcore» de la conspiranoia, aquella que dice que los cinturones Van Allen impiden a la gente viajar más allá de la órbita baja. A lo que yo me pregunto: ¿cómo hemos ido entonces a Raticulín? 😉

    En fin, un magnífico ejemplo de cómo la característica principal de los «excépticos» es rechazar el consenso de la comunidad internacional científica y abrazar la primera teoría disparatada que propone alguien. Una pena.

    La verdad está ahí fuera, amigos.

  6. Lo de Raticulín es de España, si.
    Si no recuerdo mal era un supuesto planeta imaginario con el que se comunicaba un mentecato de primer orden que salía en la TV Española allá por los 90.
    Se llamaba Carlos Jesús o algo asi…en fin, uno de esos frikis televisivos de aquella época.

  7. Raticulín fue divulgado por Crónicas Marcianas….y era un enviado del planeta un tal Carlos Jesís…pero bueno hay que verlo para entenderlo jejejejjeje

  8. el hombre llegó a la luna.
    basta. , ya no se que creer , la idea puede ser la de ese pais para controlar y decir fuimos los primeros, digan la verdad.se los ruego

  9. Estoy totalmente de acuerdo con Anónimo. El hombre nunca ha estado en la Luna. Es todo un montaje. De hecho, otra gran consipración del siglo XX es la de las bombas atómicas.

    EEUU jamás lanzó bombas contra Japón. eso es una invención de la propaganda soviética y de los llorones de los japoneses. hay pruebas que lo demuestran:

    – En las imágenes de las dos bombas estallando no se ve ninguna ciudad debajo d ela explosión. No hay nada que indique la altitud del hongo. Pudo grabarse en un estudio de cine del desierto con una carga enorme de explosivos u gas y desde un avión para hacer creer que el hongo es muy alto.
    – En la explosión supuesta de Hiroshima se ve cómo el hongo se queda por debajo de las nubes. Los pilotos contaron que ese día había nubes bajas. ¿cómo pudo ser tan «baja» la explosión?
    – Se dice que hubo radiación y heridos por ello, pero la verdad es que hasta los años 60 no se hizo ninguan medición con contadores Geiger. ¿Quién dice que lo que esos contadores midieron no era una cantidad «normal» debida a causas naturales? ¿Alguien ha visto un mapa geolñogico de la zona? Lo mismo es rica en Torio y a eso se deben los cánceres y la radiación un poco más alta que hay hoy día.
    – Cmo prueba se enseña un edificio quemado en lo que fue el centro de la explosión. Hubo edificios en Alemania que quedaron en peor estado por bombas incendiarias. No cuela.
    – Se enseñan fotos de sombras dejadas por la gente incinerada. Sin embargo los bordes de esas figuras son demasiado definidos. Si hubiera habido calor en el ambiente los bordes no estarían tan definidos poruqe el cuerpo no apantallaría del todo. Está claro que esas fotos están trucadas y que esas «sombras» se pintaron.
    – Se enseñan objetos derretidos. También en Dresde hubo objetos derretidos por el calor. Una tormenta de fuego puede hacer eso.
    – En 1945 EEUU no tenia ordenadores para hacer los cáculos de diseño de la bomba. Hoy día se tarda cuatro años con ordenadores en diseñar una bomba nueva. Está claro que no tenían tecnología para ello. los mejores ingenieros de la época eran los alemanes y no fueron capaces de desarrollar la bomba. Los yanquis ni de lejos.

    Por estas y otras razones, lo de las bombas atómicas sobre Japón es una burda mentira y jamás sucedió. O bien es un montaje soviético para calumniar a EEUU o un montaje de EEUU para asustar a la URRS.

    Por cierto. En la conferencia de Yalta, Truman le dió la noticia de la existencia de al bomba a Stalin, y según testigos presenciales éste ni se inmutó. ¿por qué? La URRS tenñia un gran servicio de espionaje, y está muy claro que Stalin sabía que era una mentira.

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Por Daniel Marín, publicado el 16 julio, 2009
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