El pasado 10 de febrero Oleg Korabliov, subdirector del famoso IKI (Instituto de Investigaciones Espaciales), hizo pública una propuesta de misión rusa a Europa -la luna de Júpiter, se entiende, no el continente-. Las declaraciones tuvieron lugar con ocasión del Europa Lander Workshop celebrado en Moscú los días 9-13 de febrero. Ahora que la NASA ha decidido que su próxima misión flagship, JEO (Jupiter Europa Orbiter), vaya a Europa, las presentaciones de este congreso toman especial relevancia. JEO no incluirá ninguna nave que aterrice en este interesante mundo, pues todavía desconocemos muchas cosas sobre él, pero en este congreso se han discutido numerosas propuestas para un aterrizador «europeo» (¿europeano?). Sin duda, la estrella de las presentaciones fue la correspondiente al IKI, en la que pudimos ver un concepto de misión rusa. La sonda estaría formada por un orbitador y un aterrizador, ambos con RTGs. Sería lanzada por un Protón M/Briz M y, o bien podría realizar asistencias gravitatorias con Venus o la TIerra, o usar un módulo de propulsión iónica (parecido al propuesto para la misión TSSM) para acortar su tiempo de vuelo. Tras su inserción en órbita joviana, realizaría varios sobrevuelos de los satélites galileanos para llevar a cabo observaciones científicas y efectuar asistencias gravitatorias que permitan a la sonda evitar los mortales cinturones de radiación de Júpiter antes de entrar en órbita polar alrededor de Europa. El aterrizador, con 60 kg de instrumentos científicos, utilizaría un sistema de propulsión con un sólo propelente (hidracina) para posarse en la corteza de hielo de la luna. En teoría este sistema permitiría reducir la contaminación en la superficie, algo importante a la hora de estudiar las posibilidades biológicas que tiene este mundo.

Las probabilidades de que Rusia lleve a cabo en solitario esta misión son en la actualidad prácticamente nulas, pero no se puede descartar una colaboración entre la ESA y Roskosmos de cara a la futura misión JGO (Jupiter Ganymede Orbiter). Una participación en la JEO de la NASA es mucho más complicada, ya que el diseño de esta sonda deja poco margen para colaboraciones internacionales.

En fin, ¿veremos alguna vez una nave rusa en los planetas exteriores?

La sonda rusa a Europa. El sistema de propulsión se separaría una vez en órbita de Europa (IKI/Lavochkin).

Maniobras de la sonda rusa en el sistema joviano (IKI/Lavochkin).