Al final la sonda europea SMART-1, lanzada en 2003, cumplió con su misión e impactó con la superficie lunar. Esta misión tenía como objetivo principal probar la propulsión con motores iónicos, aunque naturlamente ha aportado muchos datos sobre nuestro satélite.
Aquí podemos ver la torta.
¿Por qué este impacto? Bueno, últimamente las agencias espaciales han cogido la manía de destrozar sus sondas contra los mundos que estudian (sea la Tierra, la Luna o Júpiter). Los motivos son varios, pero el principal es el presupuestario: cuando una misión ha logrado ya su objetivo, al destruirla los políticos se aseguran que ese proyecto no va a seguir recibiendo fondos «innecesarios». Además, las agencias pueden pedir así presupuesto para otras misiones. Naturalmente, cuando se lleva a cabo un impacto de este tipo no se menciona esta causa y nos cuentan otras historias, que son también ciertas, faltaría más: en el caso de la Galileo, se dijo que se lanzaba contra Júpiter para evitar que en un futuro chocase con el satélite Europa y lo contaminase con las bacterias que podría llevar, pues la Galileo no fue esterilizada y en Europa podría haber vida. En el caso de la SMART-1 nos han dicho que de esta forma pueden estudiar la materia eyectada por la colisión (como en el caso del Deep Impact) y el comportamiento del motor iónico. Pos fale.
Pues, aunque la Smart-1 haya hecho grandes contribuciones al saber lunar, lo cierto es que me parece una forma bastante bárbara y despreocupada de terminar con las misiones espaciales; creo que es una costumbre demasiado habitual y preocupante en los últimos años.
Digo yo que por ahorrarse unos euros (¿»qué más dará» mil millones que mil cien?) podrían imaginar un sistema de destrucción o de desconexión más respetuoso con los mundos del Sistema Solar, que a fin de cuentas nos están proporcionando inmensos saberes.
Mira que somos insensibles… .
Un saludo.
Por fin Europa llega a la luna y a su regolito. Hemos creado un crater alli. Celebrémoslo.