Prueba del NK-33

Por Daniel Marín, el 5 octubre, 2009. Categoría(s): Astronáutica • Rusia ✎ 4

El pasado 1 de Octubre tuvo lugar un encendido de prueba del mítico motor ruso NK-33 en Samara. Durante 220 segundos se estudiaron los parámetros del motor de cara a su uso en el cohete norteamericano Taurus II.

El NK-33-1 (11D111) es una versión mejorada del famoso NK-33 desarrollado en los años 60 por Nikolái Kuznetsov para la primera etapa del cohete lunar N1, equivalente soviético del Saturno V. Pese a ser una maravillosa obra de ingeniería, jamás fue empleado en ningún lanzador, ya que cuando Valentín Glushkó -el principal diseñador de motores cohete de la URSS- se hizo cargo de la oficina de diseño Energía (por entonces TsKBEM), se deshizo de cualquier motor importante que no fuese creación suya. Tras la cancelación del proyecto N1, Glushkó ordenó la destrucción de cualquier elemento del programa lunar, no sólo movido por un rencor personal hacia el proyecto -que también-, sino debido a que la existencia de este cohete se había convertido en secreto de estado. Sin embargo, un gran número de empleados de Energía desobedeció las órdenes de su nuevo jefe y se negó a desmantelar los motores sobrantes, permaneciendo durante décadas ocultos en un hangar de Baikonur. Serían descubiertos otra vez a principios de los 90 y pronto se estudió la posibilidad de emplearlos en lanzadores actuales. En concreto, se pensó usarlos en distintas versiones del cohete Soyuz.

Aunque el número exacto de unidades operativas aún es motivo de discusión, se calcula que existen unos 70 motores disponibles. Paradójicamente, sería el lanzador privado Kistler K-1 el que se interpuso en los planes de mejora del Soyuz. Efectivamente, este cohete debía usar tres NK-33 en la primera etapa, por lo que se entablaron negociaciones para «acaparar» la producción ya existente de NK-33. Debido a la legislación estadounidense, estos motores debían ser probados o modificados en los EEUU antes de ser empleados en un lanzador de este país. Tras varios movimientos «en la sombra», la empresa Aerojet obtuvo el permiso del gobierno ruso para fabricar bajo licencia el NK-33, bajo el nombre de AJ26-58. Aunque, efectivamente, Aerojet ha realizado modificaciones de este motor y adquirió toda la documentación asociada, ha sido incapaz de crear una línea de producción propia. La muerte del proyecto Kistler K-1 liberó el uso de NK-33 para la industria rusa, aunque poco después Aerojet y Orbital firmaron acuerdos para usar estos motores en el lanzador Taurus II. En los últimos años, la recuperación económica de Rusia ha permitido resucitar la esperanza de una renovada producción del NK-33 en su lugar de origen, por lo que TsSKB Progress ha continuado con sus planes de incorporarlo al Semyorka.

Esta reciente prueba podría marcar el nacimiento de una nueva era para este venerable motor que ha sido tratado de forma tan injusta por la Historia.


NK-33 (izqda.) y NK-33-1 (dcha.)(Novosti Kosmonavtiki).



NK-33-1 (lpre.de).



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Por Daniel Marín, publicado el 5 octubre, 2009
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