Adiós a la estación espacial china Tiangong 1

Por Daniel Marín, el 2 abril, 2018. Categoría(s): Astronáutica • China ✎ 22

La primera estación espacial china ya es historia. El 2 de abril de 2018 a las 00:16 UTC la Tiangong 1 (天宫一号, «palacio celeste» en mandarín) se desintegraba en la atmósfera terrestre sobre el Pacífico Sur (13,6º sur, 164,3º oeste, a unos 900 kilómetros de Samoa). El pequeño laboratorio orbital fue seguido por los radares del Joint Force Space Component Command, que forman parte del USTRATCOM (U.S. Strategic Command), y por el centro de control chino BACC (Beijing Aerospace Control Centre). Por el momento se desconoce si algún ser vivo, humano o animal, fue testigo visual de los últimos momentos de la nave china.

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Lugar de reentrada de la Tiangong 1 (Marco Langbroek).

La Tiangong 1 fue lanzada el 29 de septiembre de 2011 mediante un cohete Larga Marcha CZ-2F/G en una órbita inicial de 200 x 346,9 kilómetros de altura y 42,75º de inclinación. Se trataba de un pequeño laboratorio espacial de  8,5 toneladas, 9 metros de longitud (10,4 metros con el sistema de acoplamiento) y 3,35 metros de diámetro máximo. Con estas cifras la Tiangong 1 tenía el honor de ser la estación espacial más pequeña jamás lanzada. Las primeras estaciones espaciales soviéticas (OPS y DOS) y estadounidenses (Skylab) eran grandes vehículos con una masa superior a las 20 toneladas. Hasta hace poco China carecía de lanzadores suficientemente potentes para poner en órbita naves de este tipo —ahora ya tiene el Larga Marcha CZ-5—, de ahí las pequeñas dimensiones de la Tiangong.

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Varias estimaciones del lugar de reentrada comparadas con el real (Marco Langbroek).
Estación espacial Tiangong 1 (Xinhua).
Estación espacial Tiangong 1 (Xinhua).

La Tiangong 1 estaba formada por dos secciones, un «módulo experimental» o «módulo laboratorio» (实验舱, shíyàncāng) y un «módulo de servicio» (资源舱, zīyuáncāng). El módulo laboratorio incluía  la sección presurizada con un volumen de 15 metros cúbicos, dos pequeños camarotes para la tripulación y equipo variado, incluyendo instrumentos para realizar ejercicio en órbita. Gracias a la Tiangong 1 China ha podido ganar experiencia en acoplamientos espaciales y sistemas de soporte vital. Entre 2011 y 2013 la Tiangong 1 recibió la visita de tres naves Shenzhou, dos de ellas tripuladas. La Shenzhou 8, sin tripulación, fue lanzada el 31 de octubre de 2011 y se acopló el 2 de noviembre. La nave volvió a acoplarse de forma automática el 14 de noviembre antes de regresar a la Tierra el 16 de noviembre. Con la Shenzhou 8 China se convirtió en la segunda potencia espacial que ha sido capaz de llevar a cabo un acoplamiento espacial totalmente automático (el ATV europeo usaba en parte sistemas desarrollados en Rusia). Con el fin de permitir las uniones con las naves Shenzhou la Tiangong 1 disponía de un único puerto de atraque frontal de 0,8 metros de diámetro con un sistema de acoplamiento andrógino similar al APAS-89 soviético usado en las misiones del transbordador espacial norteamericano con la estación rusa Mir y, posteriormente, con la ISS.

Una nave Shenzhou acoplada a la Tiangong (Xinhua).
Una nave Shenzhou (derecha) acoplada a la Tiangong (Xinhua).
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Tiangong 1 (Giuseppe De Chiara).
TIangong 1 (Xinhua).
TIangong 1 (Xinhua).
Sistema de propulsión principal de la Tiangong 1 (Xinhua).
Sistema de propulsión principal de la Tiangong 1 (Xinhua).

El 16 de junio de 2012 despegó desde el centro espacial de Jiuquan la Shenzhou 10 con Jing Haipeng, Liu Wang y la primera mujer astronauta china, Liu Yang. Se acoplaron con la Tiangong 1 el 18 de junio y regresaron a la Tierra el día 30 del mismo mes. El 11 de junio de 2013 despegaba la Shenzhou 10 con Nie Haisheng, Zhang Xiaoguang y Wang Yaping, esta última la segunda mujer astronauta de China. La Shenzhou 10 se acopló el 13 de junio y permaneció unida con la Tiangong 1 hasta el 26 de junio. Los 15 días de misión de la Shenzhou 10 solo fueron superados en noviembre de 2016 cuando la tripulación de la Shenzhou 11, Jing Haipeng y Chen Dong, permaneció cerca de 30 días viviendo en la Tiangong 2. Mientras las Shenzhou estuvieron acopladas con la Tiangong 1 formaron un complejo orbital de 18 metros de longitud y una masa total de 17 toneladas.

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La tripulación de la Shenzhou 9 dentro de la Tiangong 1 (Xinhua).
Liu Yang, la primera mujer astronauta china, vivió a bordo de la Tiangong 1 en 2012 (Xinhua).
Liu Yang, la primera mujer astronauta china, vivió a bordo de la Tiangong 1 en 2012 (Xinhua).
Wang Yaping, la segunda mujer astronauta china, también vivió en la Tiangong 1 (Xinhua).
Wang Yaping, la segunda mujer astronauta china, también vivió en la Tiangong 1 (Xinhua).

Después de recibir estas tres visitas las autoridades chinas decidieron mantener la estación en órbita para experimentar con la degradación de los sistemas de vuelo de cara al lanzamiento de la Tiangong 2 en 2016. La última maniobra para elevar su órbita tuvo lugar en diciembre de 2015 y poco después las autoridades chinas comunicaron que habían «perdido el control» de la estación, es decir, ya no podían usar el sistema de propulsión principal para efectuar una reentrada controlada. Debido a su inclinación orbital la Tiangong 1 nunca pudo caer más al norte de 42,75º de latitud norte o más al sur de los 42,75º de latitud sur. Durante su vida útil se cree que la nave consumió suficientes reservas de combustible como para reducir su masa hasta las 7,5 toneladas, lo que hizo de la Tiangong 1 la estación espacial más pequeña en realizar una reentrada no controlada.

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La Tiangong 1 vista por el radar del instituto alemán Fraunhofer pocos días antes de su reentrada (FHR).

 

Casi cincuenta objetos más pesados que la Tiangong 1 han reentrado de forma incontrolada en los últimos sesenta años, pero a pesar de todo, y como era predecible, se desató una histeria mediática con motivo de la caída de este pequeño laboratorio orbital. En los últimos días de vida de la Tiangong 1 han sido claves la estimaciones del momento de la reentrada realizadas por aficionados y profesionales a lo largo de todo el mundo (destaca el seguimiento de Itzalpean). Como ya se sabía, el lugar aproximado de la caída solo se pudo determinar pocas horas antes de la reentrada. El legado de la Tiangong 1 todavía vive en su hermana gemela Tiangong 2, que sigue en órbita después de recibir la visita de la nave tripulada Shenzhou 10 y el carguero Tianzhou 1 (después de lo que ha pasado es de suponer que las autoridades chinas intentarán deshacerse de la Tiangong 2 mediante una reentrada controlada). Precisamente los cargueros Tianzhou tienen un diseño parecido a las Tiangong, aunque su masa es mayor (cerca de 13 toneladas), gracias a que son lanzados mediante el nuevo cohete Larga Marcha CZ-7. Los cargueros Tianzhou y las naves tripuladas Shenzhou serán usadas para abastecer la nueva estación espacial china de 60 toneladas. El primer módulo de esta estación, el Tianhe, tendrá una masa de 20 toneladas y despegará en 2020 mediante un Larga Marcha CZ-5.

Módulo Tianhe de 20 toneladas (CCTV).
Módulo Tianhe de 20 toneladas (CCTV).
Vista del nodo frontal del Tianhe (CCTV).
Vista del nodo frontal del Tianhe con cuatro puntos de atraque (CCTV).

Referencias:

 

 



22 Comentarios

  1. Al final la montaña pario un raton.

    Cuantos articulos y espacio en los diferentes medios de comunicacion se ha perdido por no haber caido en tierra. Si se piensa bien, un desperdicio informativo inaceptable. Ahora tocara revolver entre la basura normal de todos los dias.

    Gracias Daniel por tu trabajo.

  2. Finalmente toda la histeria mediática fue al reverendo pedo cayó en el océano Pacífico espero que la próxima ves sea una rentada controlada
    Lo bueno es que con la tecnología de está estación espacial se podrá lanzara un carguero espacial muy avanzado

  3. Se podría calcular cual es la probabilidad aproximada de que caiga sobre la cabeza de alguien, ya que se tiene el tamaño de la estación y el de la superficie de la tierra sobre la que puede caer, no? Seguro que es muchos ceros más improbable ponerse la estación de sombrero que ganar la lotería.

  4. Me alegro de que Mas de Uno te llamase para consultar la noticia. Espero que te llamen siempre a ti a partid de ahora.

    Eso sí, que Alsina se equivoque con la hora todos los día tiene un pase. Pero que te llamase «Martín» no tiene nombre!

  5. Vamos, vamos a ver el siguiente capitulo de la función «como copiar después de 40 años». Vamos animo, una dictadura tiene que justificarse con los logros de otra, Vamos valientes… Y corifeos nunca faltan..

  6. Yo me pregunto por qué planean siempre estos aparatos para que finalmente se conviertan en polvo en la atmósfera…
    Se trata de aparatos muy caros, y la mayor parte de su precio es situarlos en el espacio. ¿No es posible planificar estas misiones para que cuando termine su vida útil se queden en una órbita de aparcamiento?
    Pregunto esto desde la ignorancia… ¿No es posible que en un futuro (aunque lejano e indeterminado) puedan usarse estos aparatos en órbita para conatruir otros? (Aunque sea como simple metal, dado que costará mucho más llevar metal hasta la órbita).

    1. Todo lo que órbita en órbita baja tiene un único destino y es caer de nuevo. A esas allturas la atmośfera es despreciable pero existe, el rozamiento hace caer poco a poco a los satélites. La única forma de mantener la órbita es dándole un empujón de vez en cuando, lo cual necesita un motor y combustible.

      Tarde o temprano el combustible se acaba o el sistema que controla el motor deja de funcionar y poco más queda por hacer que esperar la reentrada.

      Uno podría pensar en llevarlos a órbitas muy lejanas donde la atmósfera sea inexistente, pero ese sería un gasto de combustible inasumible.

      Sobre lo de reciclar el material… tampoco lo veo: el precio de lanzamiento normalmente es una fracción importante del coste del satélite pero no tan elevada como uno pudiese pensar. Por ejemplo, para sondas espaciales el coste del lanzamiento ronda el 10-25% del coste total de la sonda, en lanzamientos comerciales no creo que sea muy superior. Aun no existe tecnología de reciclaje, pero sea como sea, necesitas un vector que vaya a buscar la basura espacial y la procese en el espacio, ahora mismo eso es ciencia ficción y más aun lo es que ese sistema sea económicamente viable.

    2. El problema es que una órbita de aparcamiento estable tiene que ser muy alta. En una órbita de 300km es inevitable que, en un año o así, acabe reentrando cualquier cosa que dejes. Y para mandar un cacharro de 8 toneladas a una órbita de 1000 km o más hace falta MUCHO combustible.

    3. Aparte de lo que te han explicado, si lo dejas en órbita sin posibilidad de maniobrar lo puede acabar chocando contra un trozo de basura espacial y crear una nube de restos.

  7. Tremendo el seguimiento en twitter, y espectacular la habilidad de algunos aficionados, alguno casi acierta el punto de caída (si bien en las últimas órbitas, pero bueno)

  8. Hermoso problema será la caída de la ISS con sus 400 tn. Estimo que deberá ser necesariamente controlada y que se necesitará «quemar» a una Progress exclusivamente para tal objetivo.

  9. 20 horas ántes la vi pasar por aquí Valencia, lo curioso es que tenía una luminosidad mayor que Vega, ya que pasaba cerca de esta estrella, pero al momento bajó mucho su luminosidad. Supongo que sería porque la orientación de sus paneles, hacía que reflejará mucho la luz del Sol, y conforme avanzó, ya no era el ángulo óptimo desde donde yo la veía.

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