Medio siglo del lanzamiento del primer Saturno V, el cohete que nos llevó a la Luna

Por Daniel Marín, el 13 noviembre, 2017. Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Luna • NASA ✎ 112

El 9 de noviembre de 1967 a las 12:00 UTC despegaba el mayor cohete jamás construido por el hombre. La inmensa máquina de 111 metros de alto alzó el vuelo desde la rampa 39A en la misión conocida como AS-501 (Apollo Saturn 501), aunque pasaría a la historia como Apolo 4. Las vibraciones fueron tan intensas que el despegue de la bestia pudo sentirse a decenas de kilómetros a la redonda. El lanzamiento tuvo lugar nueve meses después de la tragedia del Apolo 1 en la que murieron los astronautas Grissom, White y Chaffee y supuso un paso adelante fundamental para un programa que necesitaba un éxito sonoro para seguir adelante. Y vaya si lo fue. El gigantesco Saturno V era sin duda el elemento clave para poner un hombre en la Luna antes de 1970 y solo se realizaron dos vuelos sin tripulación de este monstruo —Apolo 4 y Apolo 6— antes de llevar a cabo una misión con astronautas en la que también debía probarse el módulo lunar en órbita terrestre. Además, y aunque la misión Apolo 4 no viajó a la Luna, el módulo de mando CSM Apolo Block I (CSM-017) tenía que alcanzar una velocidad de reentrada atmosférica de 11 km/s con el fin de probar por primera vez el escudo térmico en condiciones similares a las de un viaje lunar.

El primer Saturno V camino a la rampa 39A (NASA).
El primer Saturno V camino a la rampa 39A (NASA).

El Saturno V era una maravilla de la ingeniería. Había sido diseñado a principios de los años 60 por los ingenieros del Centro Marshall de la NASA liderados por el equipo del mítico Wernher von Braun, el creador del misil balístico A-4 (V-2), que dio origen a la carrera por el espacio. En su primera etapa S-IC incorporaba cinco F-1 —de ahí el nombre Saturno V— de queroseno y oxígeno líquido, los motores de combustible líquido más potentes de la historia hasta la entrada en servicio del RD-170/171 de los lanzadores Energía y Zenit soviéticos. La tercera etapa S-IVB era criogénica —o sea, usaba hidrógeno y oxígeno líquidos— y podía encenderse varias veces gracias a su motor J-2, menos potente que el F-1, pero que en su momento supuso un desafío tecnológico equiparable.

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Primeros modelos de cohetes Saturno (NASA).

Entre 1960 y 1962 el Centro Marshall investigó varios modelos de lanzadores pesados a los que denominó Saturno. El origen del nombre se debía simplemente a que el anterior lanzador de los chicos de von Braun bajo el control del ejército se había llamado Júpiter. Dentro de la familia Saturno se agrupaban dos tipos de lanzadores diferentes, unos que usaban una primera etapa que agrupaba varios cohetes Redstone modificados (Saturno C-1 y C-2, que finalmente derivarían en el Saturno IB) y otros que hacían uso de los poderosos F-1 en la primera etapa (C-3, C-4 y C-5). Estas últimas versiones eran capaces de situar 40, 100 y 120 toneladas en órbita baja, respectivamente, unas cifras que a día de hoy siguen siendo impresionantes, pero que en esa época eran casi de ciencia ficción. También se estudiaron configuraciones más pesadas, como el Saturno C-8, con ocho motores F-1, y capaz de colocar en órbita cerca de doscientas toneladas.

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Saturno C-3, con dos motores F-1 en su primera etapa (NASA).
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Motor F-1 (NASA).

Cuando comenzó el desarrollo del Saturno V no se conocía qué método emplearía el Apolo para alcanzar la Luna, de ahí los múltiples diseños. En el momento que Kennedy anunció el desafío de poner un hombre en la Luna antes de 1970 el método favorito de la NASA era el ascenso directo, lo que requería un cohete gigantesco que pudiera lanzar entre cien y doscientas toneladas a la órbita baja. Este tipo de lanzador se denominó genéricamente Nova, aunque bajo este nombre se concibieron muchas familias de vectores, incluyendo algunas versiones del Saturno V. El centro Marshall de von Braun apostaba sin embargo por la técnica EOR (Earth Orbit Rendezvous), que requería cohetes mucho más pequeños (con el Saturno C-4, con una capacidad de cien toneladas, bastaba). Pero ante la duda la NASA decidió aprobar en febrero de 1962 el desarrollo del Saturno C-5 (luego rebautizado como Saturno V porque el cinco en números romanos era considerado más elegante y acorde con el nombre del programa Apolo), que tenía cinco motores F-1 en la primera etapa, cinco J-2 en la segunda y un J-2 en la tercera. El Saturno V incorporaba además una Unidad Instrumental (IU) a cargo de IBM con toda la aviónica y sistemas de vuelo que garantizaba una redundancia extra con respecto a los sistemas de guiado y navegación del CSM Apolo (y, de paso, permitía lanzar misiones de carga que no llevasen esta nave).

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Partes del Saturno V (NASA).
La etapa S-IC con cinco motores F-1 de un Saturno V que no llegó a volar (Eureka).
La etapa S-IC con cinco motores F-1 de un Saturno V que no llegó a volar (Eureka).

En julio de 1962 la NASA anunció que finalmente Apolo usará el método LOR (Lunar Orbit Rendezvous) para ir a la Luna. Esta técnica permitía aumentar considerablemente la carga útil del lanzador, a cambio eso sí de introducir un vehículo nuevo (el módulo lunar), y maniobras de acoplamiento en órbita de la Luna, por entonces un procedimiento que se consideraba muy arriesgado. Este método había sido el favorito de varios expertos, pero principalmente sería el Centro Langley de la NASA con John Houbolt a la cabeza su valedor más importante. Al equipo de von Braun el sistema LOR no le gustaba en absoluto. El Saturno V parecía ser ahora un cohete demasiado potente —y caro— para esta técnica. De hecho, el Saturno V terminó poseyendo una capacidad de carga superior a las 120 toneladas, unas cifras similares a las versiones más pequeñas del Nova. Esta capacidad extra, lejos de ser un inconveniente, se convertiría en una bendición cuando el módulo de mando CSM y el LM no pararon de engordar a medida que se acercaban a su diseño final.

La apuesta más arriesgada del Saturno V era el empleo de tecnología criogénica no solo en la tercera etapa, relativamente pequeña, sino también en la segunda (para la primera se descartó esta opción por varios motivos, pero principalmente porque el hidrógeno líquido es muy voluminoso y entonces el Saturno V habría tenido unas dimensiones aún más descomunales). Por aquella época la industria aeroespacial estaba aprendiendo por las malas las dificultades inherentes a esta tecnología de propulsión, muy eficiente, pero también increíblemente compleja. Para mitigar este problema se decidió que la tercera etapa S-IVB, construida por Douglas, volaría antes como segunda etapa del Saturno IB, permitiendo así depurar esta díscola tecnología. Así, cuando el Apolo 4 despegó de la rampa 39A en Florida, la S-IVB ya había volado tres veces. Mientras, Boeing pudo concretar el diseño de la potente primera etapa S-IC —que equivalía a casi la mitad del cohete en altura y masa—, y North American se hizo cargo del ‘muerto’ que supuso la segunda etapa S-II. Casi todos los márgenes de peso se los habían tragado las etapas S-IC y S-IVB, que comenzaron su desarrollo antes, así que North American no solo tuvo que lidiar con el desafío de construir una gran etapa criogénica con cinco motores muy potentes, algo que nunca se había hecho antes, sino que además tuvo que usar todo tipo de trucos para aligerar el peso de la etapa. Y no nos olvidemos de que, por si fuera poco, al mismo tiempo esta empresa estaba desarrollando el CSM Apolo. Además, la compañía encargada de los F-1, Rocketdyne, era una filial de North American.

Contratistas del Saturno V (NASA).
Contratistas del Saturno V (NASA).
Varias etapas S-IC en la planta de Michoud de Boeing (NASA).
Dos etapas S-IC en la planta de Michoud de Boeing (NASA).

En la Unión Soviética la respuesta al Saturno V fue aprobada por el gobierno soviético demasiado tarde. Efectivamente, no sería hasta 1964 cuando el N1 de la oficina OKB-1 de Serguéi Koroliov recibió el visto bueno de las autoridades. Este lanzador había sido diseñado originalmente con una capacidad de ochenta toneladas en órbita baja para misiones a Marte usando el método EOR. Como respuesta al desafío estadounidense se decidió emplear el N1 en vuelos lunares usando la técnica LOR de modo similar a la NASA. Como consecuencia fue necesario rediseñar el vector para aumentar su capacidad de carga hasta las 95 toneladas. Una cifra imponente, pero que estaba lejos del Saturno V. El N1 contaba con un presupuesto irrisorio en comparación con el Saturno V, lo que sumado a las limitaciones de la tecnología soviética de la época, obligó a que el equipo de Koroliov tomase la decisión de usar kerolox en todas las etapas del N1.

La menor eficiencia de estos propergoles, combinada con la elevada latitud del cosmódromo de Baikonur, provocó que, pese a su diferencia en capacidad de carga, el N1 generase más potencia al despegue que su homólogo estadounidense. En el primer vuelo del N1 en 1969 —dos años más tarde que el Apolo 4— también se debían probar todas las etapas de golpe, pero, a diferencia del Saturno, la OKB-1 (TsKBEM por entonces) no tenía ni tiempo ni dinero para realizar las numerosas pruebas de los componentes del lanzador por separado que había hecho la NASA con el Saturno (aunque parezca increíble, nunca se realizó una prueba de los treinta motores NK-15 de la primera etapa funcionando al mismo tiempo). Como era de esperar, las cosas no salieron bien. Tras el fracaso de los cuatro primeros vuelos se decidió usar etapas superiores criogénicas y un esquema EOR para poner un cosmonauta en la Luna, pero ya era demasiado tarde y el programa N1 fue cancelado.

El Saturno V del Apolo 4 en la rampa (NASA).
El Saturno V del Apolo 4 en la rampa (NASA).
El CSM del Apolo 4 (NASA).
El CSM del Apolo 4 (NASA).
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Órbita y fases de la misión Apolo 4 (NASA).
Perfil de la misión AS-501 (NASA).
Perfil de la misión AS-501 (NASA).

Pero volvamos al Apolo 4. Después de un despegue que hizo templar el suelo de Cabo Cañaveral, las tres etapas del Saturno V se comportaron perfectamente, incluyendo la crítica maniobra de separación de la S-IC que prácticamente implicaba ‘partir’ el cohete en dos. Con el objetivo de simplificar una misión de por sí muy difícil, el Apolo 4 no llevaría un módulo lunar, sino que su lugar lo ocuparía un simulador de masa e inercia denominado LTA-10R de 13,4 toneladas. La tercera etapa con el CSM se situó en una órbita baja de 190 kilómetros de altura, una órbita que sería elevada posteriormente gracias a un segundo encendido de la S-IVB hasta lograr una órbita elíptica con un apogeo de 17.209 kilómetros. A continuación el CSM, de 30,4 toneladas, se separó de la S-IVB. En su interior los sillones y paneles de mando para la tripulación habían sido sustituidos por instrumentos de medida.

Interior de la cápsula Apolo 4 (NASA).
Interior de la cápsula Apolo 4 (NASA).
El modelo del módulo lunar LT
El modelo del módulo lunar LTA-10R (NASA).

El CSM-017 realizó dos maniobras usando su poderoso motor SPS. La primera transcurrió sin incidentes y elevó el apogeo hasta 18.092 kilómetros, pero la segunda ignición duró trece segundos más de lo previsto. Como resultado el módulo de mando entró en la atmósfera a una velocidad de 11,14 km/s en vez de los 11,07 km/s previstos, lo que a su vez se tradujo en una carga térmica un 22% superior a la esperada. Durante su órbita, el CSM-017 había permanecido orientado de tal forma que las temperaturas en la base de la cápsula fuesen las más bajas posibles para crear un contraste más fuerte con las temperaturas de la reentrada y, de esta manera, poner a prueba el escudo térmico de ablación. La entrada atmosférica tuvo lugar 8 horas y 19 minutos después del despegue y la cápsula ejecutó la maniobra en dos partes, una técnica conocida como skip reentry. La nave entró en la atmósfera y salió antes de volver a descender definitivamente como si fuera una piedra rebotando en un estanque.

Así se lograba reducir la aceleración al mismo tiempo que aumentaba la precisión en el descenso. No había otra forma de regresar de la Luna en una cápsula y mantener las fuerzas g por debajo de un límite aceptable. En la primera parte de la reentrada la cápsula experimentó 7,3 g, mientras que en la segunda alcanzó 4 g (curiosamente, valores inferiores a las aceleraciones previstas). Nada que no pudiera aguantar un astronauta bien entrenado. El amerizaje tuvo lugar en el océano Pacífico y la cápsula fue recogida por el buque USS Bennington. Después de esta misión exitosa la Luna estaba mucho más cerca para la NASA. Si el Apolo 4 hubiera fallado —bien el cohete, bien la nave CSM— todo el programa habría sufrido un retraso considerable y, probablemente, el Apolo 8 no hubiera podido viajar a la Luna en diciembre de 1968.

Lanzamiento del Apolo 4 (NASA).
El fuego de Apolo en la Tierra: el lanzamiento del Apolo 4 (NASA).
La bestia en vuelo (NASA).
La bestia en vuelo (NASA).

Paradójicamente, el primer vuelo del Saturno V coincidió con la decisión política de restringir su cadena de montaje. Ese mismo año la NASA decidió que solamente se construirían quince cohetes Saturno IB y otros quince Saturno V. Si posteriormente el gobierno optaba por seguir adelante con las misiones lunares debería aportar fondos necesarios para resucitar las partes de la línea de producción que iban a ser ‘congeladas’. A raíz de esta decisión la NASA se vio forzada a realizar una única misión de prueba adicional del Saturno V sin tripulación en vez de las dos previstas para ahorrarse uno de estos costosos lanzadores y acelerar el programa. En esta ocasión la prueba, que sería la misión Apolo 6, no salió tan bien. Pese a que el lanzador no reunía los requisitos de seguridad actuales para un vuelo tripulado, la NASA optó por lanzar el siguiente Saturno V con astronautas a bordo. No solo eso, sino que decidió cambiar de planes y lanzarlo a la Luna de forma totalmente imprevista para así cortar de raíz cualquier posible intento soviético de circunnavegar nuestro satélite. Afortunadamente la apuesta salió bien. Eran otros tiempos y se consideraba que el riesgo merecía la pena.

El chamuscado CM del Apolo 4 (NASA).
El chamuscado CM del Apolo 4 a su regreso (NASA).

Sin embargo, finalmente dos de los Saturno V no se usarían en misiones lunares y hoy en día permanecen expuestos en distintos puntos de EEUU como si fueran fósiles de un pasado casi olvidado. Medio siglo después la NASA lleva casi siete años desarrollando el cohete SLS, capaz de colocar 70 toneladas en órbita baja en su versión Block 1 y 130 toneladas en la versión Block 2. Siete años para crear un lanzador que inicialmente tendrá casi la mitad de capacidad de carga que el Saturno V. ¿Qué habría pasado si la línea de montaje de este gigante no se hubiera cerrado?

La Tierra vista desde el Apolo 4 (NASA).
La Tierra vista desde el Apolo 4. Imagen tomada desde la ventanilla central (la del piloto del módulo de mando) (NASA).



112 Comentarios

  1. Ahhh que tiempos aquellos, todo parecia posible, me encanta leer estas entradas, por cosas como estas es que uno entra en este mundo de la astronautica y nunca se va 🙂

  2. Muy buena entrada Daniel. Una verdadera tragedia que la línea de montaje haya sido congelada en alguno de sus tramos y que hoy, 50 años después, aún estemos en LEO desde el 72.
    Si mal no recuerdo, creo haber visto el reporte en vivo del lanzamiento donde el reportero dice algo asi como «Dios mio, pareciera como si todo el estado de Florida se hubiese hundido diez pies» impresionado por la fuerza del despegue. Tengo la duda si fue en ese lanzamiento pero creo que si. Saludos.

    1. Oi ese comentario también. Alguien que conocí en Austin, Texas me dijo que tenía una cinta de audio con Walter Cronkite narrando exitado el lanzamiento de Saturno V. Cronkite comentaba que le pareció mas impresionante el lanzamiento de un Saturno V que una detonación nuclear que había presenciado en los años 50.

      1. Ese lanzamiento fue realizado sin el sistema de supresión de vibraciones por agua, por lo que las vibraciones fueron tremendas aún a kilómetros de distancia de la plataforma. Uno de los cristales de los palcos de observación desde donde estaba Walter Cronkite se rompió y parte de la escenografía se cayó. A raíz de esto y de los daños que sufrió la plataforma, se implementó ese sistema que posteriormente se usaría para los transbordadores espaciales.
        Aquí la narración de Walter Cronkite, visiblemente afectado y emocionado por tan tremenda demostración de potencia:
        https://youtu.be/1uoVfZpx5dY

  3. Cada vez me choca más ver la expresión «el hombre» en publicaciones, especialmente espaciales, en pleno 2017. El ser humano, señores. El hombre es sólo la mitad de nuestra especie. Dejemos de ignorar a la otra mitad, tan importante, capaz y necesaria para la exploración humana del espacio como la de los hombres. Y bueno, después de esta crítica gratuita (y constructiva, o esa es la intención), decir lo mucho que me apena y entristece que estos monos cubiertos de trozos de tela no hayan sido capaces de volver a la superficie del satélite natural de la Tierra, o de haber hecho alguna otra hazaña del mismo calibre. Los astronautas del programa Apolo que vieron la Luna de cerca y los que ayudaron a hacerlo posible se nos están yendo, por esa mala costumbre de la muerte de llevarnos cuando llevamos apenas 70-80 vueltas alrededor de la estrella madre. Saber que esos astronautas y personas de élite van a irse de la Tierra sin volver a ver a un humano pisando u orbitando a nuestra querida Luna es francamente deprimente. No les hacemos justicia. Nos superaron en todo, pero especialmente en actitud. Esas personas que llevaron al ser humano a la Luna soñaron (y seguramente sigan soñando) en grande. Ignoraron los peligros y riesgos de llevar a cabo esas misiones con una tecnología aún demasiado primitiva para acabar llevándose el gato al agua, vidas del Apolo 1 perdidas aparte. No sabría decir a ciencia cierta si es un problema de actitud, de valor, de capacidad o del maldito poderoso caballero. Aunque creo que debo descartar que sea problema de capacidad. Sabemos más y tenemos mejor tecnología a día de hoy. Casi diría que es un asunto 60% valor – 40% dinerito. Mira, a mí ya a estas alturas, con que veamos una estación orbital alrededor de la Luna en menos de 15 años, casi que me doy por satisfecho.

        1. Claro que hay, y toda la millonada que se gasta EE.UU. en defensa, etc, etc …
          Pero no intetesa gastarlo en el espacio. No hay dinerito en definitiva para esto.
          Saludos

        2. Dinero que no rinde ni sirve. No sirve ni a quienes los poseen. Lee Iacoca (ex presidente de Ford y Chrysler) escribió que si alguien quiere tener más de 10 millones de dolares, además de un hijo de puta, era también un estúpido. Está lleno de ambos no? Y la ciencia que se joda.

    1. Del diccionario de la RAE:
      Hombre: 1. m. Ser animado racional, varón o mujer.
      La expresión está perfectamente bien empleada, que el exceso de corrección política actual esté haciendo creer lo contrario es diferente.

    2. La palabra hombre proviene del latín Homo que también significa humano. Simplemente a la especie a la que pertenecemos se le denomino ser humano u hombre y eso es indistintamente del sexo de la especie. Es la palabra que define al individuo de nuestra civilización o la humanidad en general.
      Asi que si es correcto denominar a la raza humana también como hombres, como por ejemplo cuando uno utiliza una frase como esta: “El hombre era nómade y se trasladaba para buscar alimentos”.

      1. El lenguaje es lo que les humanes quieren que sea. Si dichos seres no quieren que el lenguaje cambie, no cambiará. Si desean hacerlo en pos de la evolución, el progreso y una mayor igualdad entre todos los individuos, así lo harán no sin antes entrar en debates, discusiones, enfrentamientos o incluso agresiones. La sociedad se dividirá pues en dos grupos, el de los individuos que abogan por el paso adelante y el cambio, haciendo honor a la naturaleza de la especie, y los que optan por quedarse inmóviles, no cambiar ni reflexionar si hay cosas que se deberían cambiar. Con esto quiero decir que, diga lo que diga la RAE, la expresión «el hombre» no es nada beneficiosa en estos días, en especial para las mujeres. Es una expresión que debería caer en desuso, o incluso cortada de raíz al cambiar su significado como especie general. Se trata simplemente de ir cambiando cosas que se han convertido en piedras en el camino, por pequeñas que sean. Considero que las personas que viven mirando a las estrellas deben darse cuenta de este tipo de cosas, darse cuenta de que somos todos seres bajo el mismo sol y que hay invenciones humanas que evitan que nos demos cuenta. Claro que, igual, la culpa es mía, por esperar más de mis congéneres de lo que debería.

        1. Tanto «el hombre» como «el humano» son palabras de género masculino (no así su significado) si no te vale una, no debería valer la otra y se tendría que buscar otra palabra. La verdadera igualdad se consigue con hechos, no con palabras, recordemos que el idioma inglés no tiene género y no pasa nada, hay que dejar de perder el tiempo en entelequias inútiles y aplicar realmente las medidas necesarias para que la igualdad se haga realidad, no sobre un papel…

        2. No quiero parecer impertinente, pero dedícate a algo productivo y deja esas soberanas tonterías. La corrección política desvía recursos financieros, políticos y humanos a un proyecto marxista cultural de «progreso social» que solo nos llevará a la decadencia.

          Los Hombres (porque además, fueron mayormente HOMBRES) que hicieron posible lo del artículo simplemente quería llegar más allá, aspiraban al infinito, al progreso real (el técnico-científico) y de cierto modo, a la trascendencia, no discutir sobre la transexualidad, el feminazismo o cómo alimentar a continentes que tampoco tienen demasiada voluntad de prosperar. Si hoy no se hacen estas cosas es porque que alguien haga un comentario racista o machista parece más importante para la opinión pública que, por ejemplo, la estación espacial que se quiere construir en órbita lunar.

          Roma también sufrió algo parecido. Se olvidó de llegar más allá, y se dejó carcomer desde dentro. Espero que no acabemos como ellos.

          1. Te felicito por tu comentario. Estoy de acuerdo con lo que dices pero, independiententemente de estar o no de acuerdo, hay que reconocer que es un comentario valiente, hablas con claridad y no se aprecia tono de superioridad moral que si se aprecia en los que dicen lo contrario que tu. Es triste que personas a las que doy por sentado su inteligencia sean tan dogmaticas como para creer que el progreso social necesariamente tiene que ir en una direccion y no en otra (y lo creen porque es lo que siempre han oido en los medios controlados masivamente por el «marxismo cultural»).

          2. Tus comentarios son errados a fuerza de una simpleza bizarra. Las ciencias sociales y políticas también son muy complejas. Pero la derecha siempre hace simplificaciones como las tuyas. Estás reaccionado ante los cambios y añoras un pasado franquista. En el que imperaban el orden y la estupidez. El miedo y la cobardia y la sumisión al poder.
            Nunca los sumisos, los cobardes y los estúpidos hicieron historia. Ni la mujer Hipatia de Alejandria, ni el musulmán al-Juarismi, ni el judio Einstein eran sumidos, cobardes y estúpidos.

          3. Los progres, cuando os quedáis sin argumentos, recurrís al Francomodín, con el que al hacer sentir «facha» y culpable al otro, pretendeis anularlo como interlocutor.

            Conmigo no funciona.

            No soy ni siquiera cristiano, pedazo de merluzo. Creo en Dios -Espíritu, Inmaterial, no falsable porque lo espiritual es subjetivo, como la propia existencia- y en el Demiurgo -cuya obra, la Materia, la madre del Dolor, la Ignorancia, el Hambre y la Escasez, es falsable y objetiva, y objeto de estudio de la Ciencia- como su oponente. Soy más cercano a la Hipatia de la que dices estar de lado -Stalin, Mao o Mahoma eran lo contrario al espíritu, a la forma de ser grecolatina- que tú mismo.

            Y de cobarde tengo poco, pero seguro que lo soy más que los hombres que se lanzaron al Cosmos buscando la trascendencia y el progreso técnico-científico al que tú, como llorica intransigente, moralista de pacotilla e inútil por propio mérito, intentas ralentizar o destruir con tus tonterías, haciendo que la Ciencia se detenga a revisarse incontables veces a sí misma y a poner en duda su propio propósito (la búsqueda de la Verdad material a través del Método científico, y la destrucción de la Ignorancia) a causa de los escrúpulos sin sentido de los progres y no se dedique a cosas realmente grandes.

            Y ahora, calentito, te vas a dormir.

        3. El lenguaje es un acuerdo entre emisor y receptor acerca de como se transmiten los significados. Este acuierdo se establece sobre la base de un protocolo (reglas gramaticales y sintaxis) para que el mensaje emitido sea entendido correctamente. Mientras mas comun sea el protocolo, mas personas pueden participar en la comunicacion.

          Tergiversar el lenguaje, resulta en una jerga que es solo compartida por unos pocos, aquellos que conocen el nuevo protocolo.

          Su error es asumir que se puede modificar el lenguaje a voluntad, descartando su origen, desarrollo y construccion para aplicarlo en un particular numero de personas. Destruye usted asi un lenguaje para crear una jerga. Lo que es peor, es una destrucccion sin sentido pues cualquier otra persona puede, a voluntad, crear su propia jerga.

          Afortunadamente el lenguaje es lo bastante flexible para que el hablante reconozca los errores. Sin embargo, no es tan velado como para que uno no reconozca la estupidez del emisor.

          3.- Trata de modificar un llenguaje usando una ideoliogia. Con ello introduce

    3. Pues…., en lo que respecta a los vuelos a la Luna, ni el Hombre ni los Seres Humanos.

      Los que allí fueron plantaron la bandera estadounidense, … y hasta ahora. No llevaron la bandera de la ONU ni nada similar.

      1. … seria como querer cambiarle el nombre al planeta Tierra porque a alguien no le gusto ese nombre por tener una connotación femenina, cosa que no tiene sentido debatir, en este caso no se porque comentaristas como ‘SpX RlS’ se amargan la vida por una cosa sin importancia pues cuando hablamos del hombre, hablamos de especie.

        1. He leído las respuestas, y me siento aún más obligado a mantenerme en mi postura, es algo urgente y necesario. Estamos los que hemos decidido deconstruirnos y reconstruirnos de manera más humana y evolucionar, y los que piensan que cambiar es de tontos y de «nenazas» (he leído por ahí «feminazismo», no hay más preguntas señoría, dicho sujeto se ha delatado a sí mismo a voces). No quería ofender a los señores caballeros, perdonen ustedes. Saludos.

          1. Que creas tener la razon no significa que realmente la tengas, es bueno ser consciente de eso en todos los ámbitos de la vida para no ser un plasta que intenta pontificar su opinión como la verdad incuestionable a la primera oportunidad que le brinde un hereje que no comulgue con sus ideas.

            O dicho de otra manera, que a ti te parezca superimportante y lo correcto, es una OPINIÓN tan valida como los que piensan que es una chorrada.

          2. SpX RIS, te desviaste totalmente del tema, aquí se habla de la grandeza y de los logros alcanzados en esa época, no tiene nada que ver con formas de sentimentalismo machista o feminista en tu caso. Creo que te equivocaste de lugar, cuando se dice «el hombre» se entiende por ello a la raza humana (la mayoría así lo entendemos). Sería ideal que inicies una reforma cultural para que estos eventos históricos se etiqueten como «la mujer» para tu mayor satisfacción, Disfruta el post, no lo eches a perder, #SaludosGrandes.

        2. Jx, no hablamos del mismo asunto. «El hombre» se refiere a la especie, mientras que «la Tierra» es una palabra que se refiere al planeta. Esto no trata de que las palabras sean todas femeninas o masculinas, sino de rechazar y no usar las que ponen a los unos por encima de las otras. El idioma (y todos los que, más o menos, conozco), está repleto de expresiones y frases hechas que ponen lo masculino por las nubes mientras denigran lo femenino. Se podría haber buscado o inventado otra palabra distinta a la latina «Homo», como se hizo con «mujer» (que, curiosamente, proviene del latín «mulier», palabra latina que significaba «blando» o «débil»). Pero no. El hombre es el centro de la creación, según las «sagradas escrituras» (hombre y hombre, en los dos sentidos), por lo que, para qué vamos a buscar otra palabra cuando ya tenemos una que nos pone en un pedestal tanto como especie como género, ¿no? Lo siento, pero es hora de cambiar cosas, como he dicho, y aunque parezcan inocuas y absurdas, pueden ser muy dañinas. Por poner un ejemplo, «Puta» es sólo una palabra, pero provoca tras de sí todo un torrente denigrante y de odio insoportable, tanto contra las mujeres que ejercen la prostitución como contra las que ejercen su natural derecho a la diversión y esparcimiento sexual. No existe ninguna palabra que signifique lo mismo para referirse a un hombre, por razones que todos conocemos y que no voy a enumerar, pues los hay de piel fina. Todos conocemos las hazañas y andanzas sexuales de nuestro grupo de amigotes con pelos y señales. Todo lo contrario ocurre con nuestras amigas. Era sólo un ejemplo, pero que explica lo que quiero dar a entender. Le pido perdón a Daniel por haber abierto en este blog, sin pretenderlo, todo un portal interdimensional hacia un debate que, en principio, no tiene nada que ver con la exploración espacial. Y sí, he dicho en principio. Ahí voy a dejarlo.

          1. Es la eterna contradicción del erudito literario :-), no hay que cambiar nada por que lo que me han enseñado es perfecto, así esta escrito y cambiarlo es pecado, pero luego se les hinchan los lobulos cerebrales de orgullo porque su idioma es de los mas ricos gracias a que la plebe ha incorporado infinidad de irregularidades a lo largo de su ignorante historia. en fin…

    4. SpX RIS: Para la Real Academia Española la primera acepción de «hombre» es «ser animado racional, varón o mujer», siendo «varón (persona del sexo masculino)» la segunda. Vamos que usar el término «hombre» para referirse a los seres humanos de manera genérica, es totalmente correcto en nuestro idioma.

      En cuanto a la razón por la que EEUU no ha vuelto a la Luna creo que se debe, sobre todo, al cambio de modelo económico -EEUU pasó del capitalismo industrial y la prosperidad económica generalizada al actual capitalismo financiero y la desigualdad económica creciente- y al hecho de que la carrera espacial estuvo fuertemente ligada a la Guerra Fría y más concretamente a la carrera armamentística nuclear, que llegó a su apogeo precisamente a finales de los años 60.

      1. Gabriel, que sea correcto no quiere decir que sea ético ni conveniente. Además, la RAE no es precisamente el colectivo de personas al que le pediría opinión en temas igualitarios.

        En eso tampoco estoy de acuerdo. Un país que gasta 600 BIllones en sus ejércitos y sus batallitas puede, de sobra, financiar un programa para llevar astronautas a la Luna de nuevo, aunque sea corto. Otra cosa claro, es que quieran. Y con el señor golfista de presidente puede pasar cualquier cosa. No me sorprendería demasiado si mañana despertásemos con diez tuits suyos exigiendo exaltado que la NASA lleve humanos al centro de la Tierra.

        1. «Con el señor golfista de presidente puede pasar cualquier cosa».
          Si estuviese el anterior presidente -premio nobel de la paz (jaja)- ni siquiera se mencionaria la Deep Space Gateway; seria una utopia. Y no digamos de la Europa Clipper y otras. Seamos honestos y reconozcamos las cosas.

    5. <>
      ¿Y qué ha pasado con las monas?!! Otra vez ocultando el papel femenino…. Jijiji

      Creo que la raíz latina hommo para humano y hombre no deja lugar a dudas. Quizá tu reivindicación esté más en el uso de la palabra «varón» en lugar de «hombre» cuando se refiera en exclusiva a alguien de género masculino.

      1. me apena y entristece que estos monos cubiertos de trozos de tela no hayan sido capaces de volver a la superficie del satélite natural de la Tierra

        No sé por qué no ha salido arriba. Ahora no tiene gracia. 🙁

      2. Por este tipo de gilipolleces es por el que dejé de leer la web de la Planetary Society. Y eso que la leía sin falta cada semana y a veces incluso donaba algo para sus campañas. Un día, muy listos ellos, anunciaron que dejarían de usar ‘human’, ‘manned’ y similares para usar ‘crew’, ‘piloted’ y demás. Y yo me dije «hasta aquí hemos llegado, que os vaya bonito». Y hasta la fecha no he vuelto a entrar. Lo siento, pero no aguanto a los gilipollas.

    6. «Hombre» se está empleando en el texto como genérico. Precisamente equivale a decir «Ser humano» o «género humano». Precisamente, cuando se usa «hombre» para designar al individuo de género masculino, sería más apropiado decir «varón».

    7. este postureo me enferma… a ver si vemos la rae por su segunda acepcion de la palabra… ocurren muchas injusticias realmente graves antes quee sta solidaridad de sillon:

      hombre.

      (Del lat. homo, -ĭnis).

      1. m. Ser animado racional, varón o mujer.

      2. m. varón (‖ ser humano del sexo masculino).

      3. m. Varón que ha llegado a la edad adulta.

      4. m. Grupo determinado del género humano. El hombre europeo El hombre del Renacimiento

      5. m. Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza. ¡Ese sí que es un hombre!

      6. m. U., unido con algunos sustantivos por medio de la preposición de, para designar al que posee las cualidades o cosas significadas por tales sustantivos. Hombre de honor, de tesón, de valor

      7. m. coloq. marido.

      8. m. p. us. Persona que en ciertos juegos de naipes dice que entra y juega contra los demás.

      9. m. p. us. Juego de naipes semejante al tresillo, de origen español, que se extendió por Europa en el siglo XVI.

  4. Tuve la suerte de estar en Yorktown el portaaviones recovery de la Apolo 8 que fuera la primera nave que fuera a otro cuerpo celeste, y humanos que lo vieran de cerca, fue y volvió a la luna. En su cubierta ví una réplica o la original CM. Saludos Danny.

  5. Gran frase final que invita a la reflexión, si se hubiesen mantenido en producción estos cohetes, aplicándole las mejoras tecnológicas correspondientes, economizando el diseño, y ajustando el número de lanzamientos al mínimo indispensable, aunque sean uno o dos lanzamientos al año, la NASA tendría un caballo de batalla listo para cualquier cosa, a una fracción del precio que llevan gastados y con nada mas y nada menos que 50 años de experiencia en el mismo lanzador con su correspondiente fiabilidad.

    No habrían dilapidado tantos cientos de miles de millones en el programa Shuttle, en el Constelation y ahora en el SLS, nunca habrían perdido su acceso al espacio, y seguramente no habrían muerto tantos astronautas.

    Supongo que en ese mundo paralelo, habría una base lunar, existiría Gateway, y Marte y Venus habrían sido visitado al menos en la órbita. En cuanto a la base marciana creo que tampoco existiría, pero el panorama seria significativamente mejor,,:P

    1. Más cierto imposible aunque tiene también que ver la época de la Guerra Fría. En ese universo habría seguramente pasado lo de este y al cerrarse el grifo del dinero los proyectos también.

      Que tiempos esos hasta los 90 en los que se pensaba a lo grande, exploración no tripulada incluida. Muchos de esos proyectos hoy serían ciencia-ficción por dinero y/o otras consideraciones (proyecto Orión)

    2. Realmente el problema no es no haber mantenido la línea de producción sino no haber mantenido el espíritu de la época, la forma de hacer las cosas. La NASA de hoy en día nada tiene que ver con la de entonces, por desgracia, y por eso lleva medio siglo en LEO, no por una simple línea de producción.

    3. Más razón que un santo, en efecto. Lo jodido es que la NASA estuvo, de hecho, lanzando un equivalente del Saturn V durante décadas, más de una vez al año, a pesar de todos los pesares. Ciento treinta y pico lanzamientos de un cacharro con un peso en rampa y prestaciones muy, muy similar.

      El único problema era que desperdiciaban ochenta de las cien toneladas en órbita, en llevar unas alas allí arriba y reutilizar los motores principales. 😉

  6. Vamos Daniel, no nos dejes así, respondenos tu miso un poco esa última pregunta. ¿Qué habría pasado si la línea de montaje de este gigante no se hubiera cerrado?

    1. Despues del lanzamiento numero 32 del Saturn V que explotaria en orbita, fragmentos de este caerian en China, matando el presidente del momento. Tras una serie de relaciones internacionales catastroficas estallaria la tercera guerra mundial. El fin de la humanidad.

      El futuro es dificil de predecir 😉

  7. Hace cosa de un par de meses tuve la oportunidad de ver uno de esos últimos 2 Saturno V que aún existen en la actualidad, en concreto, la unidad que se encuentra en Houston, Texas, que es la única que queda donde las 3 etapas son artículos que se fabricaron para vuelo (la S-IC del SA-514, que hubiera sido el cohete para el Apolo 19; la S-II del SA-515, que hubiera sido el lanzador del Apolo 20 y la S-IVB del SA-513, que hubiera volado la Apolo-18, el resto del cohete se usó para lanzar la estación Skylab) además del CSM-115 que quedó a medio fabricar que hubiera sido la cápsula del Apolo 19.
    Es simple y sencillamente impresionante ver todo ese hardware, cuesta trabajo creer que podría levantarse del suelo. Verlo vertical y volando sobre los cielos de Florida debió ser un espectáculo impagable. Tecnología de hace 50 años que aún es superior a cualquier cosa que vuele en la actualidad, recuerdos de una época en donde todo parecía ser mejor.

    1. Yo también lo vi el año pasado. Es simplemente impresionante. Y la emoción que produce estar en ese hangar es indescriptible.
      Puedes saber mucho de Saturno V pero nada te prepara para verlo «en persona».

      1. Es correcto. Y pensar que todavía hace 10 años estaba ahí a la intemperie pudríendose por los elementos (de hecho si notaste, el hangar es una construcción temporal, a la espera de una futura campaña de recolección de fondos para hacerle uno permanente como ya están haciendo para restaurar las consolas del MCC del Apolo). Uno lee en blogs tan increíbles como este sobre el tamaño, el peso, la capacidad de las turbobombas, pero cuando estás cara a cara frente a ese gran monumento al ingenio humano te quedas sin aliento. De hecho esas piezas ya estaban fabricadas y listas para volar (la unidad de control está en el Smithsonian, también tuve oportunidad de verla, está justo encima del transbordador Discovery), solo faltaba el dinero para operar la misión: combustible, apoyo logístico, para entrenamiento etc, etc, etc… el que está en Florida tiene una etapa «dummy» y el de Hunstville, Alabama es una maqueta tamaño 1:1. Me pasé muchos minutos soñando despierto frente a ese armatoste imaginando que si hubiera sido posible lanzarlo. Quizás nos habríamos privado de una pieza de museo impresionante, pero habría valido la pena.

    2. Yo también lo vi el año pasado. Es simplemente impresionante. Y la emoción que produce estar en ese hangar es indescriptible.
      Puedes saber mucho del Saturno V pero nada te prepara para verlo «en persona».

  8. Ese que hubiese pasado de no cancelar las lineas de produccion del Saturno … ese es el que me lleva a soñar.

    Esta estupenda entrada me dice que estamos en otra epoca, entonces con menos recursos tecnicos, se lograron hitos que resonaran por siglos. Solo SpaceX y BlueOrigins se acercan a algo de aquello.

  9. Desde mi admiración por los héroes que volaron en esa «carrera de los cohetes locos», pienso que el tiempo, con cási 50 años de parón, ha demostrado que esa, la de los cohetes gigantes desde la Tierra, no es la forma correcta de viajar al espacio.

    No sé cual será la forma correcta, pero yo apostaría por empezar desde la Luna, con pequeños robots y con recursos de allí. Llevaría muchos años establecer una base de lanzamiento lunar, quizá con un rail magnético, pero sería un avance hacia algo sostenible. Y no creo que se tarde tanto cómo desde la última misión tripulada.

    1. ¿Ein? Lo que prueba es justo lo contrario, ésa era la forma correcta de hacer las cosas, y el haberla abandonado es lo que nos tiene anclados en la órbita baja medio siglo (y lo que le queda).

      1. Lo del proyecto Apolo fue una machada en una competición entre la URSS y EEUU. No se esperaba, ni se podía obtener entonces ningún retorno científico ni colonizador, porque no había tecnología para vivir de la Luna, ni se puede quedar en propiedad la Luna una potencia contra otra. Y si no se espera nada, no se da nada, así que ese proyecto no se podía seguir financiando.

        Creo que ahora sí que hay tecnología, sobre todo robótica, para colonizar la Luna, sin necesidad de enviar la enorme masa que precisan los seres humanos para sobrevivir, y de usarla como base para viajes más largos. Además, parece que hay muchas más posibilidades de cooperación internacional para esa colonización.

        1. Estás cambiando totalmente de tema. En tu comentario inicial el problema era haber usado cohetes gigantes y ahora de repente el problema es la falta de guerra fría.

          1. No es que cambie de tema, es que explicarlo todo puede ser insultante. Pero por si no he sido claro: Lanzar cohetes gigantes es un derroche y una agresión al entorno que sólo se puede justificar en tiempo de guerra.

  10. Solo con imaginarse la ISS que podría haberse construido en un par de años y con tres o cuatro lanzamientos de un Saturno V (por no hablar de varias «Skaylab» acopladas) vemos el tremendo error que fue el programa Shuttle.

    Los EEUU a principios de los 70 lo tenían ya todo: un lanzador pesado con capacidad para seguir creciendo (Saturno V) y un lanzador más pequeño para lanzar cápsulas tripuladas Apolo a la órbita terrestre (el Saturno IB, que fuese usado por última vez en la misión Apolo-Soyuz de 1975).

    Si en vez de malgastar miles de millones en el programa Shuttle (o si hubiesen optado por un avión espacial más pequeño para sustituir a las Apolo en sus vuelos a la órbita terrestre) hubiesen seguido desarrollando y mejorando el Saturno V, estoy convencido de que a estas alturas del siglo XXI tendríamos al menos una base en la Luna, una gran estación espacial ocupada por más de una docena de personas, grandes rovers recorriendo las arenas de Marte (es decir, rovers MAS grandes que los actuales), ya se habría realizado la misión de retorno de muestras marcianas, entre otras cosas.

    Pero no, los de la NASA y sus responsables políticos fueron tan listos que decidieron que era mejor tirarlo todo por la borda y creerse a pies juntillas un proyecto (el Shuttle) que era un disparate desde el mismo momento de su concepción.

    1. No creo que las cosas fuesen tan sencillas.
      El programa Apolo y el Saturno V estuvieron condenados desde el momento en que Neil Armstrong puso el pie en la Luna.

      Al fin y al cabo, todo el programa Apolo era una carrera contrareloj para llegar a la Luna antes que los soviéticos. Esa competición (y no otra cosa) fue la que destinó los fondos y recursos oportunos.

    2. El programa Apolo no tenía futuro porque desafortunadamente cuando se concretó su objetivo quien ocupaba la Casa Blanca era Nixon. Apolo era el programa espacial de Kennedy, y si alguien en este mundo odiaba rabiosamente a Kennedy ese era Nixon, que si no canceló antes todo es porque ya estaba bien encarrerado el asunto. Nixon quería su nombre atado a algo similar y por eso dio luz verde a algo como el Shuttle, que ya vimos todos todo lo bueno y lo malo que acarreó.

  11. Pero ¿quién canceló realmente el Saturno V? ¿la NASA por iniciativa propia o presionada directamente por Nixon? Si al final fue Nixon, no le echéis la culpa a la NASA.

    1. Efectivamente, fue la administración Nixon, aunque la NASA, con Paine a la cabeza, tuvo parte de culpa al llevar a cabo un juego de todo o nada con el fin de presionar a Nixon (grave error). La NASA quería el shuttle, una estación gigante en LEO, remolcadores nucleares y, en el futuro, bases en la Luna y viajes a Marte. Como mínimo se contentaban con el shuttle y una misión a Marte con motores nucleares térmicos. Ahí es nada. Ese nivel de financiación (o sea, el del Apolo o superior) después de ganar la carrera por la Luna y en plena guerra de Vietnam era simplemente imposible de sostener a partir de 1969. La NASA se empeñó… y perdió el órdago, así que se tuvo que contentar con las migajas, usease, el shuttle. La cuestión es qué habría pasado si la NASA hubiera ofrecido a Nixon mantener la cadena de montaje del Apolo y continuar con un programa combinado de misiones a LEO con estaciones tipo Skylab y, de tanto en cuanto, misiones lunares. Nixon se oponía frontalmente a esta opción, pero si la NASA hubiera insistido en ella en vez del shuttle y los viajes a Marte, quién sabe…

      1. También hubo una parte de lo que se suele llamar ‘morir de éxito’. Como se cumplía la ambición de pisar la Luna, la motivación política del programa Apollo se desvanecía. De hecho, antes de que Armstrong y Aldrin aterrizasen en la Luna, ya se estaban dando hachazos al presupuesto.

      2. «Ese nivel de financiación (o sea, el del Apolo o superior) después de ganar la carrera por la Luna y en plena guerra de Vietnam era simplemente imposible de sostener a partir de 1969.»

        En realidad no. Es verdad que la financiación de todo eso que quería la NASA era muy cara, pero ni era del nivel del Apolo (sino muy superior) ni la financiación posterior era inferior a la del Apolo (sino similar). La financiación de la NASA ha sido bastante constante a lo largo de su historia, en dólares ajustado a la inflación, que no en porcentaje del PIB estadounidense.

        Si se hace la media del presupuesto anual de la NASA durante todo el programa Apolo (1961-1973), el resultado no es muy superior al de cualquier año posterior: https://en.wikipedia.org/wiki/Budget_of_NASA#Annual_budget

          1. Bueno, pues en ese caso puedes ver el gráfico que tú mismo has puesto y ver que el nivel de financiación de la NASA en la segunda parte de la década de los 60 y comprobar que en esa época el nivel de financiación (del Apolo) fue muy superior a años posteriores: https://en.wikipedia.org/wiki/Budget_of_NASA#/media/File:NASA-Budget-Federal.svg
            De todas formas, yo he dicho en este mismo blog más o menos lo mismo y estoy de acuerdo en que se ha exagerado el nivel de financiación del Apolo. En cualquier caso, repito, lo importante es que Paine pedía mucho, mucho más dinero del previsto. También hay que separar el programa tripulado del resto de la NASA.

  12. Las misiones Apollo demostraron a todo el mundo que con determinación, dinero y agallas la ingeniería es capaza de cosas increíbles incluso en el plazo de pocos años.
    En los 60 pudieron lograr esa hazaña con una capacidad de computación mediocre, sin programas de simulación de dinámica de fluídos, sin impresión 3D, sin miniaturización electrónica, sin fibra de carbono ni nanotubos.
    ¿De que se sería capaz hoy en día con la mitad de la determinación, el dinero y las agallas que las de entonces? Estoy seguro que una base permanente en la superfície de la Luna o incluso en Marte sería pan comido en 5 o 6 años máximo.

      1. No lo dudaba!!
        Daniel, una sugerencia para el blog, es si se pudiera poner sobre la derecha, algo así como «últimos comentarios», digo esto, para evitar comentar en el post mas reciente, cosas que se trataron 3 o 4 post atrás.
        Una idea nomás.
        GRACIAS POR TODO!

  13. Sin conocer las cifras, parecería más lógico resucitar un cohéte como el Saturno V y actualizarlo al siglo XXI sabiendo que es un diseño que funcionaba, a construir un cohéte como el SLS de cero con el riesgo de que te salga rana y se cancelé tras 3 o 4 lanzamiento fallidos.

    Los motores F1 eran americanos, Kerolox, eficientes. ¿Se comieron los planos? o ¿eran muy complejos de fabricar?
    La industria aeroespacial es un única derrochando recursos.

  14. Muy buena entrada Daniel, me impresiona la cantidad de empresas que participaron del proyecto…que desafío para el management en una época sin email ni internet!
    Qué importantes son las personas en los proyectos (astronautas, ingenieros, científicos, etc). Queda demostrado por el hecho de que, con toda la documentación del Saturno V y las mejores técnicas y materiales de nuestra época, no pueda la NASA reproducir esa máquina… Pasan los años y esas personas se van llenado, y se llevan sin querer el «know how»…habremos aprendido?
    Slds

  15. No sé si es políticamente correcto decir esto, pero creo que la propia naturaleza de la guerra fría obligaba a ambas potencias a mantener una competición constante donde los límites de recursos económicos pasaban a un segundo plano, por ejemplo con el propio programa Apolo.

    Ambas potencias se «realimentaban» y se obligaban a esa carrera interminable, y ese contrapeso provocaba a su vez que la balanza no se inclinase totalmente hacia un lado.

    Al terminar aquella «guerra fría», la competición dejó de tener sentido y me temo que la carrera espacial fue (y sigue siendo) una de las facetas más perjudicadas. Ya no hay competición.

    Y lo más paradógico de todo esto es que en los años 80, quien tenía mejor posición cara al futuro y disponía de un programa tripulado más sólido (con diferencia) fue la potencia que colapsó. Creo que Daniel lo ha comentado más de una vez. El cohete Energía terminado. La lanzadera Buran. La estación MIR y la MIR 2 proyectada… Todo se fue al garete…. salvo la ISS.

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Por Daniel Marín, publicado el 13 noviembre, 2017
Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Luna • NASA