60 años del Sputnik

Por Daniel Marín, el 4 octubre, 2017. Categoría(s): Astronáutica • Historias de la Cosmonáutica • Rusia ✎ 32

A las 22 horas, 28 minutos y 34 segundos del 4 de octubre de 1957 un joven teniente soviético de 24 años llamado Borís Chekunov acciona la llave de lanzamiento de un misil intercontinental R-7 Semiorka desde un búnker en el polígono de Tyura-Tam (actualmente Baikonur). Era noche cerrada —las 01:30 hora local— y nadie fuera de la Unión Soviética sabe que la historia está a punto de cambiar para siempre. Porque no se trata de un misil R-7 normal. Este cohete, denominado 8K71PS, ha sido modificado para llevar una carga distinta a la habitual. En vez de un modelo de cabeza nuclear transporta una pequeña esfera de 83,6 kg bautizada con el anodino nombre de PS-1, Prosteishi Sputnik, es decir, ‘satélite simple’. Pero pasará a la historia simplemente como Sputnik.

asa
Koroliov acompaña al R-7 hasta la rampa de lanzamiento.

El lanzamiento del Sputnik supuso una revolución para nuestra civilización. Puede que sesenta años después no tengamos bases en la Luna o en Marte, pero dependemos totalmente de una flota de satélites meteorológicos, de comunicación o navegación. En estas seis décadas los observatorios espaciales nos han revelado todo tipo de secretos del Universo observando luz de longitudes de onda que no podemos ver desde la superficie terrestre y decenas de sondas han explorado el sistema solar desde Mercurio a Plutón. Y, además, seis miembros de nuestra especie viven permanentemente en una estación espacial alrededor de nuestro planeta.

Gran parte de estos logros se deben directa o indirectamente a la carrera espacial entre superpotencias que siguió al lanzamiento del pequeño Sputnik. Visto en retrospectiva llama la atención la poca importancia que la cúpula soviética dio al proyecto. Solo la obstinación de Serguéi Koroliov y sus numerosos contactos políticos le permitieron conseguir la aprobación para lanzar un misil R-7 con el Sputnik. Para la mayor parte de gerifaltes soviéticos y, especialmente, los militares, el lanzamiento del Sputnik era una pérdida de tiempo y recursos inaceptable. La prioridad era poner a punto el primer misil intercontinental (ICBM) de la historia, no alcanzar el cosmos. Solo la determinación de Koroliov logró arrancar un compromiso del gobierno por el que se autorizaba el lanzamiento del Sputnik después de lograr dos lanzamientos exitosos consecutivos del R-7.

Para Koroliov alcanzar el espacio significaba hacer realidad su sueño de juventud. Koroliov, junto con su amigo y colega Mijaíl Tijonravov, había trabajado seriamente en varios proyectos de satélites desde principio de los años 50. Koroliov y Tijonrávov sabían que al otro lado del Atlántico sus rivales también pretendían usar misiles para situar satélites en el espacio. En 1955 el gobierno de EEUU anunció su intención de lanzar un satélite en el marco del año geofísico internacional (IGY) entre 1957 y 1958. Mucho se ha hablado de el rumbo que pudo tomar la historia si el equipo de ingenieros alemanes dirigidos por Wernher von Braun se hubiera adelantado a Koroliov. El 20 de septiembre de 1956 un misil Júpiter C —básicamente un Redstone modificado— despegó desde la rampa número 5 de Cabo Cañaveral. El misil describió una trayectoria que llevó a las etapas superiores a alcanzar la increíble altura de 1.100 kilómetros. Nunca antes ningún objeto humano estuvo tan cerca de situarse en órbita.

Como es sabido, von Braun no tenía el permiso del gobierno estadounidense para poner en órbita un satélite, ya que ese honor debía corresponder al proyecto Vanguard, una iniciativa teóricamente civil que usaba la tecnología de programas de cohetes de la armada de EEUU. Por ese motivo se vio obligado a añadir un lastre con arena al Júpiter C para evitar que pudiese alcanzar la órbita, aunque fuese por error. El ejército, para el cual trabajaba von Braun, y la fuerza aérea, que también tenía entre manos el proyecto de ICBM Atlas, no debían interferir con el Vanguard. Sin duda, si los Estados Unidos hubiesen unificado sus programas de misiles en uno solo habrían adelantado a la Unión Soviética. Pero no lo hicieron, y eso a pesar de que el Vanguard estaba muy verde comparado con el misil Redstone de von Braun y sus chicos de la ABMA.

Naturalmente, nadie en su sano juicio pensaba que la Unión Soviética les iba a adelantar. Se creía que la tecnología de misiles soviética estaba muy atrás de la norteamericana, una creencia absurda teniendo en cuenta que la URSS ya había demostrado con su programa nuclear que era capaz de avanzar rápidamente cuando se trataba de proyectos militares estratégicos. En todo caso, Koroliov también pudo haber ahorrado tiempo en su proyecto de satélite usando el misil de alcance medio R-5, comparable al Redstone, en vez de usar el enorme y complejo R-7. De hecho, la apuesta por el R-7 fue muy arriesgada y, de no ser por los continuos retrasos del Vanguard y los éxitos del Semiorka en el verano de 1957, bien pudo salir mal.

asa
Sputnik (RKK Energía).

Uno de los muchos motivos por los que Koroliov no optó por el R-5 es porque quería lanzar un satélite pesado (1,3 toneladas) con varios instrumentos científicos, el llamado Objeto D, y la capacidad orbital de este misil era muy pequeña. Por entonces nadie parecía reconocer el papel simbólico y propagandístico de un satélite, por pequeño que fuese. Paradójicamente el Objeto D sufrió retraso tras retraso y Koroliov y Tijonrávov se vieron forzados a diseñar rápidamente el pequeño satélite PS-1 ante la perspectiva de que los estadounidenses se adelantasen. El PS-1 debía tener originalmente forma cónica para adaptarse al extremo del cohete R-7, pero Koroliov insistió en que fuese esférico para facilitar su construcción y visibilidad desde la superficie terrestre.

Por otro lado, debemos recordar que el 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética puso en órbita tres satélites: el PS-1, la cofia del satélite y la enorme etapa central del cohete Semiorka. Este bloque central sería el satélite más grande durante muchos años y la mayoría de los miles de personas que dijeron ver el Sputnik en realidad lo que vieron fue esta etapa (el Sputnik propiamente dicho tenía una magnitud de 6, apenas visible a simple vista, mientras que la etapa central del Semiorka alcanzó magnitud 1).

Por último, un pequeño homenaje. En los artículos de astronáutica no suele aparecer el nombre de los encargados de construir el primer satélite de la historia, pero vale la pena recordarlos en este aniversario. Sus nombres son: Mijaíl Khomiakov (encargado general del proyecto), V. I. Petrov y A. P. Frolov (encargados del diseño general), O. V. Surguchev (sistema de control de temperatura), M. V. Krayushkin y Yu. A. Bogdanovich y N. A. Kutyrkin (diseño de antenas), F. V. Kovalev, B. G. Shumakov, Yu. S. Karpov y V. K. Shevelev (sistema eléctrico), B. M. Popov y A. M. Sidorov (presurización), V. V. Molodtsov (instalación) y V. P. Kuzmin (sistema de separación). Junto con Koroliov y Tijonrávov ellos abrieron el camino de la humanidad hacia las estrellas.

asa
Monumento al Sputnik junto a la rampa de lanzamiento de Baikonur (Eureka).


32 Comentarios

  1. 60 años…. Es mucho y al mismo tiempo no es nada por todo lo que ha habido…. Apollo, Salyut, Mir, Shuttle, ISS, innumerables sondas y satélites. Invirtiendo solo un pequeño % del presupuesto cada año, y con infinidad de proyectos quedándose a medio camino en esos 60 años…

    Desconocía que el equipo de Von Braun hubiera tenido que lastrar con arena el Jupiter C. Me imagino un saco de arena atado con cinta a ultima hora estilo Looney Tunes.
    Por la tozudez de querer que el primero en llegar a la órbita fuera el Vanguard… al final fue un cohete soviético.

  2. Daniel, tienes un articulo sobre los detalles tecnicos del Sputnik? , siempre nos enseñan de que este fue el primer satélite artificial, pero nunca sus detalles, bien puedo buscarlos en internet, pero mejor me fio de ti.

        1. No lo había leído.
          Efectivamente, es oro puro.
          Entiendo mejor como se ha ganado el prestigio este blog. Espero encontrar tiempo para bucear en sus artículos.
          Gracias Daniel.

  3. Tengo entendido que Sputnik en ruso significa «compañero de viaje». Al pobre Von Braun lo limitaron bajo el pretexto que pudiera causar un incidente si el lanzaba por parte de los militares norteamericanos el primer satélite.
    Creo que la ventaja inicial de los rusos se debio que ante no poder miniutarizar una cabeza nuclear, ellos desarrollaron sus Icbm mas poderoso para llevar las pesadas cabezas nucleares al otro lado del globo. Koroliov quizas aprovechó esto para venderle a Poliburo Sovietico que era posible poner un objeto en órbita como mecanimos de propaganda.

    1. El problema no fue la miniaturización… que consiguieron, esto fue bastante antes, la cuestión fue que cuando hicieron los cálculos preliminares, los expertos calcularon mal y recomendaron unas capacidades de cohete enormes, dando como resultado el R7 Semiorka. Y sí, Koroliov aprovechó esos cálculos iniciales para convencer a sus contactos políticos y militares y así desarrollar sus cohetes con doble objetivo, aunque luego ya se iba viendo que no necesitarían tanto jejeje pero bueno, fue listo.

      1. A lo que hay que sumar que cuando el desarrollo del R-7 Semiorka fue aprobado en 1954, Gueorgui Malenkov era líder de la Unión Soviética (hasta 1955).

        Malenkov era fuertemente antimilitarista y antinuclear por lo que censuró el despliegue misiles nucleares de medio y corto alcance en cualquier otro país que no fuera la URSS (así como el desarrollo de submarinos SSBN para ponerlos frente a las costas occidentales) al considerarlo un acto previo a una guerra; que quería fuertemente evitar. Pero, a su vez, sin dejar de lado ese sentimiento, daba a la URSS la posibilidad de disuadir y responder a EE.UU. con misiles nucleares capaces de alcanzar Washington desde la Unión Soviética (bastante visionario para su época). Lo que llevó a la solitud y promoción del desarrollo de ICBMs y bombarderos estratégicos (como los Myasishchev M-4, algunos de los cuales, modificados, llevarían al transbordador soviético Buran en los años 80) en la URSS entre 1953 y 1955.

        Programas que eran incomodos a Kruschev en 1955 cuando echó a Malenkov del poder (como los de este para Breznev cuando echó Kruschev en 1964, lo que complicó las cosas después a Chelomei y su OKB-52). No obstante, estos programas estaban tan avanzados y habían dado sus frutos, por lo que no fueron cancelados. Si bien pasarón a tener problemas para ser atendidos (Korolev supo gestionar bien esto gracias a su habilidad y contactos), dado que el nuevo Politburó le interesaban más los MRBM (como el R-12 de la crisis de los misiles de Cuba) y los SLBM (y los submarinos SSBN para portalos, en los cuales llevaban mucho retraso por la doctrina Malenkov y se intentó acelerar su desarrollo a costa de la seguridad de la naves y sus tripulaciones (incidente del K-19)) aportados por oficinas como la OKB-52 o la OKB-586; con el fin de igualar a EE.UU. en su despliegue armas nucleares en Turquía y en la Alemania Occidental, y la botadura de los submarinos SSBN clase George Washington.

        Si Malenkov no hubiera liderado la URSS entre 1953-1955 el R-7 nunca hubiera existido al no existir la necesidad a cubrir, o al menos, la historia sería muy distinta.

        1. Las necesidades, prioridades y exigencias de cada momento mueven el desarrollo de la técnica.

          Acaso el régimen nazi no continuó el desarrollo del «Projekt Amerika» en 1944, pasado hasta entonces a un segundo plano por la prioridad de los A4 «V2»; cuando EE.UU. tenía superioridad naval y aérea, y la capacidad de la Alemania Nazi de alcanzar territorio estadounidense era nula.

          No lo podían haber hecho antes, claro que sí, lo necesitaban o lo deseaban de manera imperiosa, la respuesta es no.

          Mismo caso del R-7 respecto al R-5, el cual, en su versión modificada R-5M de 1956, cumplia y cumplió con los deseos de MRBMs de Kruschev; quien hubiera querido el R-7 entonces.

          1. Y sin el despliegue del R-7, qué hubiera sido del Atlas estadounidense, la Vostok, la Voskhod, la Gemini o la Soyuz…

  4. Ola, una efemérides que nos recuerda el gran mérito soviético al sacar adelante ingenios como éste, que todavía hoy nos maravillan, después del esfuerzo humano y material que supuso su Guerra de Liberación Nacional.

  5. Es prácticamente una vida desde el lanzamiento del Sputnik hasta hoy, y aunque se haya llegado muy lejos no se ha llegado tanto cómo habríamos podido, sobre todo en lo referido a exploración espacial tripulada.

  6. Esta celebración es agridulce , nos coloca en la cruda realidad de la exploración espacial que prima mas el interés económico y político que el científico ,aun asi como dice Daniel hemos llegado a unos hitos importantes pero que llegado el 2017 , se esperaba mucho mas . No obstante , viendo a la Cassini , New Horizon , Curiosity , etc realizar sus misiones , uno se alivia .

  7. Recuerdo los enormes titulares en los periódicos para destacar la hazaña de la U.R.S.S. que se adelantó a E.E.U.U.
    Cuando vi por primera vez el R7 por debajo, con sus 32 toberas (20 principales y 12 auxiliares), empecé a explicarme la supremacía espacial de Rusia en aquellos años. El Vangüard o el Júpiter C, solo tenían una tobera.

  8. monte seleya, permíteme añadir a esta incompleta lista al Hubble y a Rosetta y Philae 😉

    La humanidad ha logrado mucho en estos 60 años pero sin duda uno se pregunta cuánto más habríamos logrado con más financiación y apoyo político.

    Gracias por la entrada Daniel.

      1. Desde luego, desde luego, decía incompleta porque es imposible nombrarlas todas pero no quería dejar de comentar tres de mis naves favoritas 🙂

        1. conformándonos con los powerpoints de ahora , seria interesante saber entre los espaciotranstornados la opinión de ¿Cuál fue la misión mas transcendental , tripulada o no en estos 60 años? .

  9. «Por otro lado, debemos recordar que el 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética puso en órbita tres satélites: el PS-1, la cofia del satélite y la enorme etapa central del cohete Semiorka. Este bloque central sería el satélite más grande durante muchos años y la mayoría de los miles de personas que dijeron ver el Sputnik en realidad lo que vieron fue esta etapa (el Sputnik propiamente dicho tenía una magnitud de 6, apenas visible a simple vista, mientras que la etapa central del Semiorka alcanzó magnitud 1).»

    No conocía este interesante dato!!!

  10. Daniel, una pregunta después de leer también el artículo de 2012. ¿Cuánto tiempo esperó Koroliov antes de informar a Jruschov? ¿El lanzamiento fue a las 22:28 y llamó a las 11 pm o esperó los 96 minutos de una órbita?

  11. Una fecha señalada para todos los que sueñan con falos gigantes voladores.

    60 años desde que el Sputnik 1 fue eyaculado en órbita.

    ¡Feliz Aniversario a todos los espaciotranstornados!

Deja un comentario