Descubiertos los primeros exocometas

Por Daniel Marín, el 24 agosto, 2017. Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas ✎ 17

Una de las posibles explicaciones para el anómalo comportamiento de la famosa Estrella de Tabby (KIC 8462852) es la presencia de nubes gigantes de cometas a su alrededor. Pero por el momento no se ha podido confirmar esta hipótesis, ni tampoco que las variaciones de brillo se deban a estructuras alienígenas. Evidentemente, detectar un cometa alrededor de otra estrella no es tan fascinante como descubrir megaestructuras extraterrestres, pero no deja de ser un logro impresionante. Y mientras esperamos noticas de la Estrella de Tabby parece que al fin podemos exclamar ¡eureka! con respecto a los cometas extrasolares, porque un equipo de investigadores con Saul Rappaport a la cabeza ha anunciado el descubrimiento —provisional, como suele pasar siempre— de los primeros exocometas (no conjuntos de cometas o cinturones de Kuiper en otras estrellas, sino exocometas solitarios).

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Exocometas alrededor de una estrella (NASA).

El descubrimiento se ha llevado a cabo, como no, analizando los datos de la misión primaria del telescopio espacial Kepler de la NASA. La estrella donde se encuentran estos exocometas es KIC 3542116 (KIC viene de Kepler Input Catalog, un catálogo de referencia de las estrellas que están en el campo de visión del telescopio), una estrella de tipo espectral F2 más grande —en un 47%— y brillante que el Sol. Durante la misión primaria de Kepler, entre 2009 y 2013, la estrella sufrió seis tránsitos, o sea, ‘algo’ pasó por delante en seis ocasiones. Los tránsitos más profundos bloquean entre el 0,12% y el 0,15% de la luz de la estrella, pero puesto que no se hallan equiespaciados en el tiempo y su profundidad no es igual no puede tratarse de un planeta.

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Los seis tránsitos de KIC 3542116 (Rappaport et al.).

Y si no es un planeta, ¿qué es? Rappaport y sus colegas interpretan las extrañas curvas de luz de estos tránsitos como cometas con largas colas que pasan por el disco de la estrella. Las formas de las curvas de luz coinciden con los modelos teóricos de exocometas, así que estaríamos ante seis cometas distintos. Para explicar los tránsitos observados la cola de cada cometa debe tener una masa mínima de 1013 kg de polvo. La velocidad de cada cometa alrededor de la estrella estaría entre 35 y 50 km/s para los tránsitos más profundos (lo que implica periodos que van desde unos pocos días a 300 días) y entre 75 y 90 km/s para los cometas de los tránsitos menos llamativos. Cometas con una masa superior a los 3×1014 kg podrían explicar los tránsitos, lo que entra dentro de lo factible teniendo en cuenta que esta es más o menos la masa del cometa Halley. La hipótesis cometaria se ve reforzada gracias a que Rappaport y su gente ha encontrado otra estrella, KIC 11084727, con un tránsito similar a los seis de KIC 3542116, así que estaríamos hablando de siete exocometas en total.

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Curvas de luz de los seis tránsitos cometarios de KIC 3542116 (Rappaport et al.).
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Curva de luz del único tránsito descubierto en KIC 11084727 (Rappaport et al.).

A diferencia de la mayoría de estrellas observadas por Kepler, KIC 3542116 y KIC 11084727 son estrellas relativamente brillantes (de magnitud 10), lo que ha permitido que sean estudiadas por los observatorios UKIRT y Keck de Hawái. Gracias a estas observaciones se ha podido descartar que los tránsitos sean ruido instrumental del telescopio Kepler. No obstante, no ha sido posible eliminar completamente la posibilidad de que sean el resultado de algún tipo de actividad estelar anómala, de ahí que el descubrimiento no sea totalmente firme.

De confirmarse, yo diría que lo más llamativo no es el descubrimiento en sí, sino el escaso número de exocometas detectados por Kepler. Efectivamente, el equipo de Rappaport ha filtrado todo el catálogo de estrellas observadas por este telescopio, unas 200.000, pero solo ha conseguido descubrir indicios de exocometas en dos estrellas (¡solo dos de doscientas mil!). ¿Por qué? No está claro. KIC 3542116 no muestra exceso infrarrojo en los datos del telescopio WISE, lo que indica que no tiene un disco protoplanetario grande a su alrededor. A poca distancia de KIC 3542116 hay otra estrella, KIC 3542117, que podría estar físicamente relacionada y quizás su influencia gravitatoria explique la presencia de esta ‘lluvia’ de cometas. En cuanto a la Estrella de Tabby, Rappaport ha intentado aplicar su modelo cometario a los tránsitos de este astro, pero sin éxito. Las variaciones de la curva de luz de la Estrella de Tabby son uno o dos órdenes de magnitud mayores que las vistas en KIC 3542116 y KIC 11084727 y además ninguno de los tránsitos es acorde al que cabe esperar si estuviese causado por cometas.

Kepler había detectado previamente planetas rocosos que están siendo vaporizados por sus estrellas (KIC 12557548b, KOI 2700b o K2-22b, por ejemplo), por lo que técnicamente esta no es la primera vez que vemos una ‘cola’ cometaria alrededor de otra estrella. Además, múltiples observaciones a lo largo de las últimas décadas han revelado la existencia de cinturones de Kuiper en otras estrellas, o lo que es lo mismo, grandes aglomeraciones de cometas. Pero, si finalmente el equipo de Rappaport está en lo cierto, esta es la primera vez que podemos ver exocometas individuales. ¿Es o no es un logro maravilloso?

Referencias:



17 Comentarios

  1. Los exocometas se detectan con espectroscopia desde antes de que se detectase el primer exoplaneta (la serie de artículos de Ferlet et al. 1987). Incluso hay detectadas varias familias de exocometas distintas en torno a BetaPic (Kiefer, 2014).
    Por supuesto, es muy interesante detectar estos objetos también en fotometría, pero no es ni la primera vez que se observan, ni la primera estrella que los muestra.

      1. ¿No podrían ser basura espacial de algún cuerpo que este entre nosotros y la estrella?. No necesariamente en el sistema de la estrella misma.

  2. Que seria de esta página sin el kepler..
    Es increible que todos estos hallazgos sean en nuestra propia galaxia (y solo en la pequeña parte que apunta). Dada las probabilidades de seguro ni siquiera estamos solos en NUESTRA galaxia. Ni que hablar vecindario

  3. Uff ahora lo falto lo que debió decir la inquisición cuando galileo dijo el la tierra giraba al rededor del sol «traelo pa’qe yo vea»Bueno al menos es un explicación logica sobre las perturbaciones extrañas, ya se flipaban con una esfera de dyson o dios levantando el dedo de enmedio y sobre por que tan pocas, cuestión de perspectiva y momento temporal, un cosa es que tengamos unos poco telescopios orbitales a un enjambre de ellos.

  4. Supongo que el bajo índice de detección de exocometas también se puede deber a que de los 200.000 planetas observados por Kepler, la mayoría no se encuentran en el mismo plano y por lo tanto no se pueden detectar por el método del tránsito, además de que si ya es complicado detectar exoplanetas y dificilísimo detectar exolunas pues los cometas ya ni te cuento, en cuanto a la estrella de Tabby vamos a confiar en los chicos de Coffee Break que estoy seguro que van a contribuir a desenredar su misterio…

    1. Yo creo que también se debe a que los cometas ocurren cuando ocurren. El Kepler podría detectar tres tránsitos de un planeta en una órbita como la terrestre, porque son eventos que suceden todos los años. Así que se a lo que has dicho le sumas la falta de periodicidad, yo lo veo más claro.
      Hay que tener en cuenta que si los planetas son lejanos, las posibilidades de que pasen por delante de su estrella son pequeñas y por tanto menor probabilidad de detección. Un cometa que transitara a la distancia de Júpiter solo sería visible en un caso de cada mil (o diez mil, ya no recuerdo bien). Tengo la impresión de que estos cometas se han detectado más fácilmente por su tamaño, por el mayor tamaño de la estrella y porque han transitado relativamente cerca (hablan de periodos de en torno a 300-500 días, así que la foto es relativamente cercana)

  5. Este tipo de descubrimientos deberían animar a los estados en invertir en nuevas tecnologías de propulsión que nos «acerquen» a otras estrellas en vez de plantear el volver a la Luna o viajar al desierto marciano.

  6. Me llama muchísimo la atención que las curvas de estos exocometas y la del principal tránsito en Tabby están invertidas. Estas de hoy empiezan con caídas bruscas y salidas suaves del tránsito. En el caso del evento más importante es exactamente al revés, primero va cayendo suave la curva y en cambio la salida es más rápida y brusca.
    Mi cabeza es incapaz de asimilar estas geometrías.

  7. El descubrimiento se efectuó al estudiarse un tipo durante 5 meses las 200.000 curvas de luz del Kepler, a ojo: 2.000 curvas al día, durante 5 horas diarias, 10 segundos por curva.
    Esto significa que sólo pueden detectarse tránsitos evidentes; como los aquí vistos. Más adelante harán una búsqueda con algoritmos, así que aparecerán más eventos de este tipo, incluso con menor huella fotométrica.

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