Los mares sin olas de Titán

Por Daniel Marín, el 10 julio, 2017. Categoría(s): Astronáutica • Cassini • NASA • Saturno • Sistema Solar • Titán ✎ 20

Poder contemplar cómo rompen las olas en una playa parece algo exclusivo de la Tierra. Al menos si hablamos de olas de agua líquida, porque en Titán también existen lagos y mares, pero compuestos por metano líquido. Ahora bien, ¿hay olas en Titán? La única forma de saberlo hasta que mandemos una nave a los mares de Titán es usar los datos del radar de la sonda Cassini. Y el último análisis de los resultados demuestra que las olas, si es que pueden llamarse así, apenas tendrían un centímetro de altura.

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Perfiles estudiados de los mares de Titán (Grima et al.).

El estudio se ha centrado en los tres mares más extensos de esta luna de Saturno, Kraken, Punga y Ligeia, situados todos ellos en el hemisferio norte (en este hemisferio está el 99% del líquido superficial del satélite). Extraer conclusiones a partir de los datos del radar de Cassini no es nada sencillo y solo ahora el equipo del instrumento RADAR tiene la experiencia suficiente para aprovechar al máximo los resultados de tantos años de observaciones. En el pasado los resultados de RADAR han sido contradictorios o bien han entrado en conflicto con la altura de las olas obtenidas a partir de los datos aportados por el espectrómetro VIMS.

En este último estudio los investigadores dirigidos por Cyril Grima han empleado una técnica conocida como RSR (Radar Statistical Reconnaissance). Las olas de un centímetro de altura ya habían aparecido en otros estudios con datos de Cassini, pero ahora parece que ya podemos decir que son reales. Además, también podemos confirmar que la anchura de dichas olas alcanza los veinte centímetros. Estas pequeñas olas parecen ir en contra de la hipótesis que proponía la aparición de fuertes vientos en la región de los mares del hemisferio norte al llegar el verano en Saturno. No obstante, Grima y su equipo señalan que han detectado algunas zonas que podrían presentar vientos y olas ligeramente más intensos a nivel local. En cualquier caso, sigue sin estar claro cómo cambia el patrón de vientos en Titán de acuerdo con las estaciones y cómo afecta este cambio a los mares y lagos del satélite.

En 2014 el instrumento VIMS detectó reflejos infrarrojos múltiples de la luz solar en el mar Punga, lo que indicaba la presencia de pequeñas olas con una pendiente considerable comparada con la que nos ofrece este estudio. Es posible que los datos de los dos instrumentos no casen por algún motivo desconcocido o, simplemente, que fuimos testigos de un día inusualmente ventoso en Punga. No olvidemos que en la Tierra estimar la altura de las olas a partir del viento es una ciencia más bien empírica, así que extrapolar este conocimiento a Titán es prácticamente imposible si tenemos en cuenta que la presión atmosférica, gravedad, temperatura y composición de los mares es totalmente diferente a la de nuestro planeta.

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Múltiples reflejos en el mar Punga captados por VIMS de Cassini que indican la presencia de olas (NASA).

El resultado es interesante en sí mismo, pero además allana el camino a una futura exploración de los mares titánicos mediante barcos u otras sondas flotantes. De hecho, los estudios que se realizaron de cara a la propuesta de misión TiME —una sonda que debía flotar en los mares de Titán— mostraban que las olas podían alcanzar más de 50 centímetros de altura a mediados de la próxima década. Ahora sabemos que los futuros artilugios humanos no tienen nada que temer de la calma chicha titánica. Y hasta podría usarse esta ventaja para hacer amerizar un pequeño transbordador en la superficie de los mares con el objetivo de desplegar un barco o un submarino. En cambio, parece que podemos decir adiós al concepto de barco de vela en Titán.

Propuesta de sonda TiME (NASA).
Propuesta de sonda TiME a los mares de Titán (NASA).
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Propuesta de submarino para Titán que podría viajar dentro de una lanzadera tipo X-37B (NASA/NIAC).
En los años 70 se realizaron pruebas de amerizaje del shuttle. Un transbordador tipo X-37B podría amerizar en los mares de Titán sin preocuparse por las olas (NASA).
En los años 70 se realizaron pruebas de amerizaje del shuttle. Un transbordador tipo X-37B podría amerizar en los mares de Titán sin preocuparse por las olas (NASA).

Referencias:

  • Cyril Grima et al., Surface roughness of Titan’s hydrocarbon seas, Earth and Planetary Science Letters 474 (2017) 20–24
  • https://www.jsg.utexas.edu/news/2017/07/calm-lakes-on-titan-could-mean-smooth-landing-for-future-space-probes/


20 Comentarios

  1. Qué tal, el sueño de todo velero es poder navegar con viento y sin ola que «moleste » y frene su avance, algo que se produce después de una encalmada y que, al menos en mi entorno y en verano, se produce alrededor del mediodía. Ahora bien, es preferible que haya un poco de ola y que haya viento, si no lo hay mal vamos y la calma puede resultar desesperante cuando se acompaña de calor.

    Con respecto a la posibilidad de vientos locales por zonas, eso es habitual en nuestros mares y en la cercanía de las costas. Éstas ejercen de obstáculo que, como si una corriente de agua se tratara, aceleran, frenan o causan remolinos en lo que algunos llaman «viento sucio». A mayores, y unido a la estabilidad atmosférica, tenemos el terral que se da cerca de la costa y se deja notar con intensidad al anochecer (terral se le llama por ser un viento que sopla de la tierra al mar, un fenómeno motivado por diferencias térmicas).

    Cuesta creer que en esos océanos no haya vientos o sean muy ligeros, perderían bastante gracia y, si, acabaría con el proyecto de ver un velero titánico, ojalá se equivoquen y haya movimientos de masas de «aire» superficiales que nos permitan navegar algún día por allí…

      1. No lo he podido ni ver… pensar, yo, un amante acérrimo de los viajes espaciales, un soñador a ultranza de las naves de la Ciencia Ficción, un creador de naves desde que tenía 4 años… pensar, digo, en una magnífica nave espacial pudriéndose en el fondo de un almacén desvencijado, deteriorándose lenta e irremisiblemente para quedar en nada más que chatarra…

        Me duele hasta en la más íntima fibra de mi corazón…

  2. Se deduce también que enviar un globo sin propulsión, a menos que los vientos a mayor altura sean superiores (seguro que sí), también se puede descartar. Desde luego es mar muy calmada sabiendo que con la escasa gravedad de Titán levantar olas debería ser más fácil.

      1. Bien, la gravedad de Titán es menos de 1/6 de la nuestra (menor aún que la de la Luna) y el metano líquido es la mitad de viscoso que el agua. Parecen buenos ingredientes para que hubiera olas de cierta consideración, si el viento ayudara.

    1. no lo es, es el único que tiene vida en cientos o miles de años luz a la redonda. y no solo vida, sino vida inteligente, una civilización. además de que la cantidad de planetas que tiene es considerable, 8 planetas, 9 si contamos a pluton, y decenas de lunas….

      1. ¿estas seguro que no hay vida microscópica o inteligente cerca del sistema solar?
        ¿como sabes si otros sistemas estelares no tengan mas de 8 planetas, y hasta tenga otra estrella orbitando su estrella principal?

        1. si hubiera vida inteligente cerca del sistema solar, ya la habríamos detectado, y habríamos hecho contacto, llevamos mas de 60 años buscando y la ausencia de respuestas indica que en cientos de años luz a la redonda no hay nadie

          1. Nadie que nosotros sepamos. Hay maneras de explicar porqué no detectamos nada, sin necesidad de grandes filtros.

          2. No hemos encontrado ninguna forma de vida que haya desarrollado una civilización tecnológica que use ondas de radio como medio de comunicación. Es totalmente posible que nuestros «vecinos» estén más atrasados que nosotros, o más adelantados. En cualquiera de los dos casos, no usarían radio.
            De todos modos, SETI es pura especulación.
            Hasta que encontremos algo.
            Puede.

      2. ¡Enhorabuena, Federico González! No conocemos ni siquiera cuántos planetas hay (más fáciles de detectar que la vida inteligente), y has conseguido escudriñar cada uno de ellos para saber si la hay o no. Permíteme, no obstante, añadir dos interesantes hechos para el análisis de tus resultados:
        1) Cada poco tiempo, en la Tierra, descubrimos sociedades humanas primitivas de las que no teníamos conocimiento.
        2) Las señales que hemos enviado al espacio para, simbólicamente, «comunicarnos» con civilizaciones tecnológicamente semejantes a la nuestra no serían reconocidas por nuestra propia civilización. Por ejemplo: un mensaje como el de Arecibo y un sistema receptor como el de la señal WoW.

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Por Daniel Marín, publicado el 10 julio, 2017
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