Confirmados los lugares de alunizaje de las sondas Chang’e 4 y 5

Por Daniel Marín, el 8 junio, 2017. Categoría(s): Astronáutica • China • Luna • Sistema Solar ✎ 21

China lanzará el 29 de noviembre de este año la sonda lunar Chang’e 5 (嫦娥五号) para traer muestras de la superficie lunar. Será la primera vez que una nación intente algo así desde que la misión soviética Luna 24 hizo lo propio en 1976. Posteriormente, a finales de 2018 la sonda lunar Chang’e 4 se convertirá en el primer artefacto humano en posarse sobre la cara oculta de nuestro satélite. Ahora ya sabemos los lugares precisos de alunizaje de ambas sondas.

La sonda lunar Chang'e 4 y el satélite retransmisor que usará para las comunicaciones (chinaspaeceflight.com).
La sonda lunar Chang’e 4 y el satélite retransmisor que usará para las comunicaciones (chinaspaeceflight.com).

La Chang’e 5, que despegará desde el centro espacial de Wenchang mediante un cohete Larga Marcha CZ-5, aterrizará cerca del Mons Rümker, en el Océano de las Tormentas (Oceanus Procellarum), una zona situada bastante al noroeste de la cara visible de la Luna. De esta forma se aprovechará la peculiar arquitectura de misión de la Chang’e 5, que permite acceder a casi toda la superficie lunar (las sondas automáticas soviéticas Ye-8-5 de retorno de muestras estaban limitadas a un rango determinado de longitudes lunares, mientras que las misiones Apolo aterrizaron no excesivamente lejos del ecuador lunar).

Zona de aterrizaje de la
Zona de aterrizaje de la Chang’e 5 en el Océano de las Tormentas (gbtimes.com).

La sonda Chang’e 5 está formada por dos partes principales, un orbitador con la cápsula de muestras y el módulo de maniobra para colocarse en órbita lunar, y un aterrizador con el módulo de descenso y el módulo de ascenso encargado de recoger las muestras de la superficie y devolverlas a la órbita. A diferencia de las sondas Ye-8-5, la Chang’e 5 utilizará una arquitectura de misión de tipo LOR (Lunar Orbit Rendezvous), es decir, la sonda con las muestras no retornará directamente a la Tierra desde la Luna, sino que se acoplará al orbitador con el fin de pasar las muestras a una cápsula —en realidad una versión a escala de una cápsula tripulada Shenzhou— que será la encargada de devolver las muestras a nuestro planeta.

Las dos partes de la sonda Chang'e 5 ().
Las dos partes de la sonda Chang’e 5 (@ProfChrisWelch).
Esquema de la misión Chang'e 5 (@ProfChrisWelch).
Esquema de la misión Chang’e 5 (@ProfChrisWelch).

El módulo de descenso de la Chang’e 5 está basado en el de la exitosa sonda lunar Chang’e 3, que alunizó el 14 de diciembre de 2013 con el rover Yutu y que todavía sigue enviando datos desde la superficie de la Luna. Por su parte, el diseño de la cápsula y la técnica de doble reentrada (skip reentry) fueron probados con éxito en octubre de 2014 durante la misión experimental Chang’e 5-T1. La zona de alunizaje de la Chang’e 5 está situada entre las latitudes 41º y 45º norte y las longitudes 49º y 69º oeste, aunque el sitio preferido es una región más pequeña dentro de este área situada en la latitud 43º norte y la longitud 55º oeste.

Elementos del orbitador Chang'e 5 (@ProfChrisWelch).
Elementos del orbitador Chang’e 5 (@ProfChrisWelch).
Maqueta de los módulos de descenso y ascenso de la Chang'e 5 (chinaspaceflight.com).
Maqueta de los módulos de descenso y ascenso de la Chang’e 5 (chinaspaceflight.com).

Al aterrizar en un mar lunar como es el caso del Océano de las Tormentas, se espera que la Chang’e 5 traiga las muestras de la Luna más jóvenes recogidas hasta la fecha, con una edad estimada desde la órbita —gracias a los datos de la sonda india Chandrayaan 1— de 1.330 millones de años (como comparación la edad media de las muestras del Apolo era de entre 3.000 y 4.000 millones de años. Al igual que en anteriores misiones lunares chinas, la Chang’e 5 contará con el apoyo de las estaciones de seguimiento de la ESA, incluyendo la estación de Maspalomas (Gran Canaria, España).

El módulo de ascenso y descenso de la Chang'e 5. En primer plano se aprecia el taladro para recoger muestras (CCTV).
El módulo de ascenso y descenso de la Chang’e 5. En primer plano se aprecia el taladro para recoger muestras (CCTV).
La cápsula de muestras de la Chang'e 5 (CCTV).
La cápsula de muestras de la Chang’e 5 (CCTV).

Pero los planes lunares chinos no terminan con la Chang’e 5. A finales de 2018 despegará desde Xichang la sonda Chang’e 4 (嫦娥四号) mediante un Larga Marcha CZ-3B. Gemela de la Chang’e 3 y, por lo tanto más pequeña que la Chang’e 5, esta sonda aterrizará en la cara oculta de la Luna. Desde hace años se sabe que los investigadores chinos querían alunizar en la cuenca de impacto Aitken del polo sur lunar, una de las mayores del sistema solar y que también es una de las prioridades de la comunidad científica, incluida la NASA. Esta estructura de impacto guarda la clave para entender cómo se formó la Luna y la solución de muchos de sus misterios actuales (por ejemplo, ¿por qué la corteza de la cara oculta es más gruesa que la de la cara visible?).

Sonda Chang'e 4.
Sonda Chang’e 4 para estudiar la cara oculta de la Luna.
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Satélite retransmisor de la misión Chang’e 4 (chinaspaceflight.com)
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Esquema del lanzamiento del satélite retransmisor (chinaspaceflight.com).

La Chang’e 4 alunizará en la zona de la cuenca Aitken situada a 45,5º de latitud sur y 178º de longitud este, en el cráter Von Kármán. La sonda incluirá un rover basado en Yutu e once instrumentos científicos, algunos construidos en colaboración con otros países (Holanda, Alemania, Suecia y Arabia Saudí). Holanda contribuirá con un radiotelescopio de baja frecuencia, con antenas situadas tanto en la Chang’e 4 como en el satélite retransmisor, mientras que Alemania participará con un detector de neutrones y un dosímetro. Para garantizar las comunicaciones con la Tierra desde la cara oculta en junio de 2018 despegará el satélite retransmisor LRS (Lunar Relay Satellite) mediante un Larga Marcha CZ-4B. El LRS se situará en una órbita de halo alrededor del punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Luna (EML-2), desde donde tendrá una visión permanente tanto de la Tierra como de la sonda en la superficie lunar.

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Zona de aterrizaje de la Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna (chinaspaceflight.com).

Con estas dos misiones China pretende revolucionar el estudio de la Luna. Las tecnologías puestas en práctica con la misión Chang’e 5 servirán también para la misión de retorno de muestras de Marte que el país pretende llevar a cabo a finales de la próxima década.

Referencias:

  • http://news.xinhuanet.com/english/2017-06/07/c_136346632.htm
  • http://gbtimes.com/china/china-confirms-landing-site-change-5-moon-sample-return
  • https://www.chinaspaceflight.com/satellite/Deepspace/CE-4/CE-4.html

 



21 Comentarios

  1. Desde luego suena impresionante, sobre todo la parte de ir a la cara oculta. ¿No es más complicado el enviar las muestras a órbita lunar y de allí a la tierra que enviarlas directamente aquí como los rusos en su tiempo?

    1. Si que es mas complicado, pero permite ahorrar bastante combustible y/o traer mas cantidad de muestras. El motivo es porque asi no necesitan aterrizar y despegar de la Luna la capsula de muestras con su escudo termico, que suele ser bastante pesado, y el combustible para regresar a la Tierra, que no es poco.
      Saludos

  2. Una noticia magnífica, que obliga al resto a no vivir de rentas y glorias pasadas, y a ponerse las pilas.

    Cuanto se gasta China en su programa espacial?

        1. China ya gasta más que la Unión Europea en I+D. Pero saber cuánto gasta este país en investigación espacial es un ejercicio de estimación, ya que las cifras que da el gobierno chino no son muy creíbles.

          Según informaciones oficiales, el presupuesto de la CNSA es de 500 millones de dólares anuales, pero eso no se lo cree nadie porque se sabe que buena parte de las actividades de esta agencia están controladas por el Ejército Popular.

          Una estimación de Asia Times (página de la Wikipedia sobre la CNSA) sitúa el presupuesto en unos 1.300 millones de dólares, pero otra estimación estadounidense (recogida en alphr.es/ciencia/cuanto-gastan-los-gobiernos-en-ciencia-espacial/) sitúa el presupuesto anual en 2.000 millones de dólares.

          Pero dudo mucho que esas estimaciones sean correctas. Por ejemplo, la JAXA de Japón tiene un presupuesto de 1.400 millones de dólares (lo mismo que la ISRO de la India) y la ESA de 6.000 millones, por no hablar de la NASA, que anda por los 19.000 millones de dólares.

          Es por eso que creo que la estimación contenida en un artículo de 2016 de «The Guardian» (en la dirección: theguardian.com/science/2016/aug/28/china-new-space-superpower-lunar-mars-missions) se acerca mucho más a la realidad: 6.000 millones de dólares anuales.

  3. Imagino que la tecnología empleada en la Chang’e 5 para un LOR también puede ser empleada en una misión tripulada, ¿no? Nadie me quita de la cabeza que, por muchas ventajas que tenga una arquitectura LOR para el retorno de muestras, el verdadero fin de esta misión es ensayar una misión tripulada cuando dispongan del Larga Marcha 9.

      1. Eso no es nada comparado con el enorme cagadón de unos periodistas peruanos cuando hace unos meses la sonda estadounidense Juno llegó a Júpiter.

        Decían que la nave iba tripulada:

        «Periodistas de la televisión peruana creen que la sonda que ha llegado a Júpiter es tripulada»
        elmundo.es/f5/2016/07/06/577d2c14e5fdeaeb4c8b466c.html

        El video es genial…

  4. Qué voy a decir… Me encanta esta misión, me entusiasma. Espero que tengan un 100% de éxito.

    Está claro que además de una misión de recogida de muestras, estamos ante un ensayo a escala de un alunizaje tripulado chino en la Luna. Todas las fases están ahí. Solo les falta el cohete gigante y los trajes espaciales.

    No deja de ser paradójico que el «revival» del interés popular por la exploración espacial venga de la mano de China, una potencia supuestamente comunista (en realidad, un sistema autoritario de inspiración confuciana en la mejor tradición china) y de una empresa privada estadounidense (SpaceX).

    Y mientras tanto, la NASA y la ESA a por uvas…

    1. Y, por cierto, ya era hora de que alguien se decidiera a enviar un módulo de aterrizaje (o alunizaje) a la cara oculta de la Luna. Y han tenido que ser los chinos, claro.

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Por Daniel Marín, publicado el 8 junio, 2017
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