Las cosmonautas olvidadas

Por Daniel Marín, el 11 febrero, 2017. Categoría(s): Astronáutica • Historias de la Cosmonáutica • Rusia ✎ 51

Esta entrada es la contribución de Eureka al día de la mujer y la niña en la ciencia organizado por la ONU #diamujeryciencia #Cientificas11F

Todo el mundo conoce el nombre de Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio. Pero hubo otras mujeres que nunca alcanzaron la fama y, sin embargo, jugaron un papel pionero en la historia de la cosmonáutica. Cuando las autoridades soviéticas y el Ingeniero Jefe Serguéi Koroliov decidieron mandar una mujer al espacio lo hicieron en buena medida para anular una posible misión de la NASA con una mujer astronauta. Corría la Guerra Fría y la competencia entre las dos superpotencias era el motor tras la carrera espacial. Cuando Gagarin viajó al espacio en 1961 Tereshkova era una humilde y anónima trabajadora del sector textil apasionada por el paracaidismo y la aviación. Dos años después era una de las mujeres más famosas del mundo. A diferencia de sus colegas masculinos, las candidatas a cosmonautas sufrieron un riguroso proceso de selección y entrenamiento que no sobrepasó los ocho meses.

Valentina Ponomariova (derecha) e Irina Solovyovva, segunda y primera suplente de Tereshkova en la Vostok 6. 
Valentina Ponomariova (derecha) e Irina Solovyovva, segunda y primera suplente de Tereshkova en la Vostok 6. Solovyova pudo ser la primera mujer en realizar un paseo espacial casi veinte años antes que Savítskaia.

Solo cinco mujeres pasaron el filtro final: Valentina Tereshkova, Zhanna Yórkina, Tatiana Kuznetsova, Irina Solovyova y Valentina Ponomariova. Mientras Tereshkova recibía la atención del mundo, sus suplentes en la misión Vostok 6, Irina Solovyova y Valentina Ponomariova, permanecieron en la sombra. Y, sin embargo, cualquiera de las dos pudo haberse convertido en la primera mujer en órbita.

Solovyova había nacido en 1937, como Tereshkova, era miembro del equipo de paracaidismo de la Unión Soviética y había estudiado en el Instituto Politécnico Ural. Ponomariova, nacida en 1933, era paracaidista y había aprendido a volar en el famoso MAI (Instituto de Aviación de Moscú). Al igual que el resto de candidatas pertenecía a la DOSAAF, una asociación de voluntarios civiles que colaboraban en actividades del ejército soviético. Puesto que por entonces las mujeres no podían pilotar aviones de alto rendimiento en el ejército, la DOSAAF era el único sitio donde se podían encontrar mujeres con una formación adecuada para el programa Vostok (la insistencia en que fueran paracaidistas se debía a que los cosmonautas de las Vostok tenían que eyectarse en paracaídas durante el descenso).

De las tres, Ponomariova era la mejor preparada físicamente, pero Nikolái Kamanin, encargado de la selección de cosmonautas, siempre favoreció a Tereshkova, más afable y de orígenes más humildes. El díscolo carácter de Ponomariova hizo que quedase relegada a segunda suplente de Tereshkova, mientras que Solovyova jugaría el papel de primera suplente. De haberle ocurrido algo a Tereshkova antes del vuelo, hoy en día todo el mundo conocería el nombre de Irina Solovyova en vez del de Tereshkova.

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Ponomariova (izquierda) y Solovyova.
asa (Iván Rivera y Laura Morán).
La cápsula original de la Vostok 6 en la que viajó Valentina Tereshkova (Iván Rivera y Laura Morán).

Durante un tiempo se consideró la opción de lanzar dos mujeres cosmonautas al mismo tiempo, del mismo modo que la Vostok 3 y 4 habían volado simultáneamente. Al final se decidió que la Vostok 5 estuviese tripulada por un hombre, Valeri Bykovsky, y la Vostok 6 por Tereshkova. Después de la misión de Tereshkova surgió una nueva oportunidad para que las cosmonautas volviesen al espacio, en esta ocasión dentro del programa Vosjod. Este programa consistía en realidad de naves Vostok modificadas para llevar a cabo misiones con alto impacto mediático. Una de estas misiones habría estado tripulada por dos mujeres, una de las cuales habría efectuado un paseo espacial. De esta forma la misión, prácticamente una repetición en femenino de la Vosjod 2, se habría convertido en la primera tripulada exclusivamente por mujeres. La comandante de la misión, que sería posteriormente apodada como ‘Vosjod 5’ en Occidente, sería Ponomariova, mientras que Solovyova viajaría como piloto y realizará la actividad extravehicular. Durante la misma, Solovyova debía usar una unidad de maniobra extravehicular con su escafandra Berkut para facilitar sus movimientos.

Sistema de maniobra orbital para paseos espaciales desarrollado por NPP Zvezdá.
Sistema de maniobra orbital para paseos espaciales desarrollado por NPP Zvezdá.

La decisión de llevar a cabo una misión Vosjod con mujeres fue tomada por Kamanin el 2 de abril de 1965 tras hablar con Koroliov. El Ingeniero Jefe no se pronunció al respecto, pero Kamanin siguió presionando para que la misión se llevase a cabo. Los suplentes de Ponomariova y Solovyova serían todos hombres: Yevgueni Jrunov, Víktor Gorbatko y Dmitri Zaikin. Pero prácticamente la totalidad de cosmonautas masculinos, con el mismísimo Yuri Gagarin a la cabeza, se opusieron a la misión Vosjod femenina por considerar que con ella se desperdiciaba la oportunidad de mandar hombres cualificados que se habían entrenado durante años. El 24 de noviembre de 1965 Koroliov anunció que, de producirse, en esta misión no se llevaría a cabo ninguna EVA por su elevado riesgo.

La misión se convirtió entonces en un vuelo de larga duración de 15 a 20 días. Ponomariova y Solovyova seguían siendo los tripulantes principales, pero ahora sus suplentes serían Zhanna Yórkina y Tatiana Kuznetsova. Ambas suplentes habían sido elegidas durante el proceso de selección para buscar una tripulante de la Vostok 6, pero su excesiva juventud y falta de experiencia provocaban el recelo de Kamanin. Lamentablemente, el 14 de enero de 1966 Koroliov falleció de forma inesperada y el programa Vosjod fue cancelado com la misión de Ponomariova y Solovyova. Como anécdota, la oficina de diseño encargada de fabricar las escafandras, Zvezdá, se resistió firmemente a la manufactura de trajes extravehiculares para mujeres por considerarlo una ‘pérdida de tiempo’.

Zhanna Yorkina.
Zhanna Yorkina.

La desaparición de Koroliov significó la desbandada del grupo de mujeres cosmonautas. Solovyova continuaría trabajando en el centro de entrenamiento de cosmonautas (TsPK) como psicóloga y llegó a formar parte de una expedición a la Antártida. Ponomariova también seguiría en el TsPK hasta 1988. Sus nombres permanecerían en el anonimato durante muchos años. Puesto que los norteamericanos no mostraron ningún interés de verdad en lazar una mujer al espacio, la URSS tampoco seleccionó más mujeres cosmonautas hasta 1978, cuando la NASA anunció el nuevo grupo de astronautas que volaría en el transbordador y entre los que se encontraban varias mujeres (incluida Sally Ride, que terminaría por ser la primera mujer estadounidense en el espacio)

La iniciativa de la NASA provocó una respuesta inmediata en la Unión Soviética. Valentín Glushkó, a cargo de la oficina de diseño NPO Energía, maniobró hábilmente para mandar al espacio una segunda mujer cosmonauta y, posteriormente, una nave Soyuz con una tripulación totalmente femenina. Parecía ser una repetición de la participación femenina en el programa Vostok y Vosjod de los sesenta, aunque Glushkó esperaba que fuese más firme y duradera. No en vano, muchas mujeres científicas e ingenieras soviéticas habían protestado en repetidas ocasiones por la falta de mujeres en el cuerpo de cosmonautas después del histórico, pero aislado, vuelo de Tereshkova. Como resultado en 1980 diez mujeres serían seleccionadas como candidatas a cosmonauta: Irina Pronina, Svetlana Savítskaia, Yekaterina Ivanova, Galina Amelia, Yelena Dobrokvashina, Natalia Kuleshova, Larisa Pozharskaia, Irina Latisheva, Tamara Zhakarova y Olga Klyushnikova.

La elegida para responder al ‘desafío’ de Sally Ride sería Svetlana Savítskaia, piloto, paracaidista e hija del mariscal de la URSS Yevgueni Savitsky. Savítskaia, tan comprometida con su trabajo como seca en el trato con los medios, se convirtió en la segunda mujer en el espacio a bordo de la Soyuz T-7 el 19 de agosto de 1982 junto con Leonid Popov y Aleksandr Serebrov. El trío vivió varios días a bordo de la estación Salyut 7, donde ya se encontraban Anatoli Berezovoy y Valentín Lébedev. Durante el entrenamiento Savítskaia tuvo que aguantar muchos comentarios machistas de algunos de sus compañeros y superiores, los cuales no veían ninguna ‘ventaja’ en el hecho de que una mujer viajase al espacio. Muchos pensaban además que una mujer solo traería mala suerte en una nave espacial de acuerdo con una vieja y absurda superstición de marineros.

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Savítskaia (derecha) a bordo de la Salyut 7 con Lébedev (centro) y Serebrov.
La Salyut 7 con la Soyuz T-14 acoplada.
La Salyut 7 con la Soyuz T-14 acoplada.

En la Salyut 7 Savítskaia fue recibida con unas flores de plantas arabidopsis por ser mujer, pero lo más humillante fue que sus compañeros le dieron un delantal para la primera comida en órbita a bordo de la estación. La ‘broma’, que obviamente no sentó nada bien a Savítskaia, era doblemente denigrante porque en la cultura rusa regalar un delantal a una mujer joven significa que se valoran más sus dotes de ama de casa que su aspecto físico. Para colmo, sus colegas se quejaron de que Savítskaia pasaba demasiado tiempo en la Soyuz ‘arreglándose y poniéndose guapa’. Savítskaia se llevaba especialmente mal con Serebrov, aunque tampoco despertó las simpatías de Berezovoy. Pero finalmente logró hacerse valer gracias a su duro carácter e indudable valía.

La suplente de Savítskaia, Irina Pronina, correría una suerte análoga a la de Solovyova y Ponomariova dos décadas antes. Aunque la Guerra Fría se había relajado y el mundo llegó a conocer su existencia, Pronina apenas tuvo la oportunidad de salir en los medios. No fue elegida para la Soyuz T-7, pero esta joven ingeniera que trabajaba en NPO Energía no perdió la ilusión de volar al espacio. En principio tenía que haber volado en la siguiente misión, la Soyuz T-8, con el objetivo de estar en órbita al mismo tiempo que Sally Ride (en esta misión Savítskaia sería su suplente). No obstante, pocos meses antes del vuelo fue retirada fulminantemente de la misión, aparentemente por la oposición del entonces ministro de defensa soviético, Dmitri Ustínov. Los rumores dicen que el viejo mariscal veía con muy malos ojos que la Salyut 7 se quedase a cargo de una mujer mientras sus dos compañeros estaban fuera efectuando un paseo espacial (finalmente la Soyuz T-8 solo estuvo dos días en órbita al no poder acoplarse a la estación). Fue un duro golpe para Pronina, que tampoco logró hacerse con una plaza en la siguiente misión reservada a una mujer.

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Irina Pronina con el resto de la tripulación suplente de la Soyuz T-7.

Las autoridades soviéticas decidieron lanzar al espacio otra cosmonauta en 1984 en la misión Soyuz T-12 con Vladímir Dzhaníbekov e Ígor Volk para que realizase un paseo espacial y evitar así que astronauta de la NASA Kathryn Sullivan se convirtiese en la primera mujer en efectuar una EVA. Finalmente decidieron escoger otra vez a Savítskaia, dejando a Pronina a un lado. De esta forma Savítskaia también sería la primera mujer en volar dos veces al espacio, otro récord que le arrebataría a Sally Ride. La suplente de Savístkaia en esta misión fue Yekaterina Ivanova, una ingeniero de 30 años procedente el Instituto Mecánico de Leningrado.

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Ivanova y la tripulación suplente de la Soyuz T-12.

En diciembre de 1984 comenzó el entrenamiento de una misión totalmente femenina a la Salyut 7 formada por Svetlana Savítskaia, que obviamente sería la comandante, Yekaterina Ivanova y Yelena Dobrokvashina. Pronina se había quedado embarazada y, por lo tanto, se quedó fuera. La misión había sido aprobada oficialmente, pero contaba con muchos enemigos dentro del TsPK y la cúpula militar soviética. Como botón de muestra, los suplentes de las tres cosmonautas eran todos hombres, una señal de que la misión no tenía una alta prioridad. Todo estaba listo para que la Soyuz T-14 despegase en noviembre de 1985 con las tres cosmonautas, pero la pérdida de control de la Salyut 7 en febrero de ese mismo año provocó la cancelación de todas las misiones en curso (de hecho, la estación fue rescatada in extremis por la tripulación de la Soyuz T-13, Dzhanibekov y Savinij).

Una vez salvada la estación las tres mujeres debían haber volado en marzo de 1986 a bordo de la Soyuz T-15. Pero no pudo ser y la mala suerte se cebó una vez más con la misión, que tuvo que ser cancelada tras el regreso imprevisto de la tripulación de la Soyuz T-14 por culpa de la infección de próstata que sufrió Vladímir Vasyutin. Después del regreso de la Soyuz T-14 se tomó la decisión de abandonar la Salyut 7 en favor de la Mir, pero en cualquier caso ya se había perdido el impulso político para llevar a cabo la misión totalmente femenina, por lo que la tripulación acabó por disolverse. De las diez cosmonautas elegidas en 1980, solo Savístkaia voló al espacio.

Hubo que esperar a 1994 para ver a la tercera mujer cosmonauta en el espacio, Yelena Kondakova, quien también se convertiría en la primera mujer en realizar un vuelo de larga duración en el espacio. Tras Kondakova no veríamos otra cosmonauta en órbita hasta que Yelena Serova voló a la ISS en 2014. Solo podemos imaginar las dificultades y obstáculos que todas estas pioneras tuvieron que superar para hacerse un hueco en un mundo de hombres. Debemos evitar que su esfuerzo caiga en el olvido.

Svetlana Savítskaia durante  la primera EVA realizada por una mujer.
Svetlana Savítskaia en el exterior de la Salyut 7 durante la primera EVA realizada por una mujer.


51 Comentarios

    1. Y que el único comentario a esta gran entrada, aparte de solitario y escueto, sea un chiste sobre mujeres… Lo que me hace pensar: ¿dónde están las lectoras del blog? Mi enhorabuena a Daniel por su particular homenaje.

      P.D: sí, el chiste es bueno. Pero es que he echado de menos más aportaciones con la calidad acostumbrada justo cuando más falta hacía…

      1. Estimado Juanan:

        Entiendo que el Sr. Julio no pretendía hacer ninguna aportación de calidad técnico-política ni ser políticamente correcto; creo que solo quiso distendernos con un poco de humor… La humorada me pareció ingeniosa y fina.
        El sentido del humor y la inteligencia están muy asociados entre si. Los totalitarios odian a los humoristas por ser peligrosos desestabilizadores…

        Larga vida y prosperidad para todos los que se ríen cuando pueden y se ponen serios cuando es necesario sin importar su sexo, género, y todas la demás causas de discriminación negativa.

        P.D.: coincido con Juanan: las entradas de Daniel no tienen precio y ¿dónde están las lectoras del blog? me da la impresión de que hay pocas mujeres por ahí en el espacio del blog…

        1. Se ve que pillé la entrada recién hecha y sin más comentarios y no me pareció justo… Ahora que veo que no es así puedo decir que el chiste es muuy bueno . Gracias por comentar.

  1. Curioso como llegaron ahí por un absurdo record; lo cual no quita que se lo merecieran y que estuvieran a la altura de las circunstancias. Toda esa época se resume en records y rivalidades… ir a la Luna mismamente lo era, y no por ello dejó de ser importante y útil. Muy buena entrada, y fantásticas fotos como siempre! 🙂

  2. Excelente homenaje a aquellas pioneras y valerosas mujeres.
    Me quedo con tu última frase » Solo podemos imaginar las dificultades y obstáculos que todas estas pioneras tuvieron que superar para hacerse un hueco en un mundo de hombres. Debemos evitar que su esfuerzo caiga en el olvido»
    Y tu Daniel estás contribuyendo para que no las olvidemos, gracias.

    1. Totalmente. ¿Y para cuándo mujeres en la Luna? ¿No sería buena cosa que la próxima misión tripulada a la Luna, de quien sea y cuando sea, marcara un auténtico punto de inflexión en todos los sentidos?

      1. Que les parece si la tripulación fuese así: Yelena Serova piloto del módulo lunar, Summita Wiliams Comandante de la misión y Wang Yaping piloto del módulo de mando.
        Esto si fuese con el estilo Apollo.

    2. Probablemente todo lo contrario sus compañeros sufriesen esa basura llamada discriminacion positiv(ordenes de arriba) para que ellas ocupasen un asiento en el despegue.

      1. Lo dudo mucho: de aquella no había discriminación positiva, así que me juego la dentadura a que todas esas mujeres eran, como mínimo, igual de buenas que los mejores hombres del grupo. A fin de cuentas, a los hombres les disculpaban cosas que jamás le perdonarían a una mujer, porque «ese no es un trabajo de mujeres», y cualquier excusa sería adecuada para dejarlas en tierra. Si llegaron hasta ahí es que tenían unas credenciales intachables.

      2. Sr. FRN:

        Tenga a bien revisar a la «discriminación positiva» como el concepto en si mismo que es; si lo hace, en ese marco de reflexión conceptual, puede llevarse un par de sorpresas …
        El machismo existe y existió en la Rusia soviética y en la actual al igual que en el resto del planeta Tierra. La basura y las órdenes de arriba son otra cosa…
        Le deseo a Ud. salud y larga vida.

  3. No sé el motivo, pero sí sé que es una realidad. Hay más hombres en las carreras técnicas y de ciencias que mujeres. La estadística nos dice que el 70% de los estudiantes de ingenierías son hombres y el 80% en carreras de Ciencias Puras. ¿El por qué? No lo sé.
    También observo que, la mayor parte de los «espaciotrastornados» son hombre. Sólo hay que acudir a una convención o una exposición sobre la carrera espacial y ver que la mayoría son tíos. ¿El por qué? Ni idea, pero es la realidad.
    Parece que a las mujeres les atrae otras cosas: Copan las carreras de medicina, psicología, derecho… Parece que les va más las carreras con mayor «contacto humano».
    Otra prueba: los poquitos comentarios de mujeres que hay en este fantástico blog. Este blog no es machista, es bastante educado y se aprende mucho, y aun así… no interesa. Cuando intento hablar de estos temas con las mujeres de mi entorno, me quedo sólo.
    Es una pena, pero es la realidad

    1. Si desde pequeñas les quitas el taladro porque «se pueden hacer daño», y cosas así, es inevitable. Recuerdo un vídeo donde se intentaba incentivar que las mujeres se dedicasen a las ciencias y mostraban precisamente ese tipo de detalles: se veía a una niña de unos once años cogiendo conchas y peces en tarros, y la madre le decía «cuidado, no te ensucies». Luego una niña de doce o catorce años con un niño de la misma edad construyendo algo, y en un momento dado ella coge el taladro para agujerear algo y el padre, que lo está viendo, le dice que mejor deje que lo haga el chico. Y así una y otra vez a lo largo del vídeo. Obviamente, cuando muestra a la chica de 18 años, ya ha interiorizado que «la ciencia no es para las mujeres».

      Y bueno, si encima las campañas oficiales se hacen con vídeos tan horrorosos como éste, pues apaga y vámonos…

      https://www.youtube.com/watch?v=zj–FFzngUk

    2. Se debe a la educación machista. Cualquier juguetería habla bien claro acerca de lo que «es de chicos» y lo que «es de chicas», y muy especialmente con los juguetes que hablan del futuro. Las pocas mujeres que estudian «cosas de chicos» y los pocos hombres que estudian «cosas de chicas» tienen resultados similares a los del otro sexo, lo que demuestra que el conocimiento no entiende de sexos.

      Y luego también está la presión social. Salvo que haya vocaciones, incluso quienes no son machistas escogen «cosas de su sexo», porque así se hacen la vida más fácil. Me explico: si eres médico cobras tanto o más que como ingeniera, pero recibirás muchas menos zancadillas.

    3. El motivo es el machismo patriarcal endémico del ser humano. Hay que entender que ellas, desde que nacen, viven recibiendo mensajes desde todas direcciones que les indican que «lo suyo» es la sensibilidad, el hogar, los cuidados, las cosas «fáciles», ser delicadas y pasivas. Mientras que nosotros todo lo contrario, para nosotros los coches, las naves, las herramientas, el deporte, el sudor macho. No es que «les atraigan otras cosas». Eso es terrible y cruelmente falso porque pone el foco y la culpa sobre ellas. Son humanas, exactamente igual que nosotros, están hechas para lo mismo que nosotros.

    4. Hola! Aquí una mujer que estudia ingeniería y que le interesa muchísimo la ciencia.
      Que no comentemos no significa que no estemos.
      Un saludo! 🙂

  4. Ola, es durísima la lucha de la mujer por alcanzar la igualdad con el hombre. Persisten prejuicios enraizados culturalmente que desbordan incluso los ideales políticos y no digamos religiosos. Si hace 20 años alguien me hubiera dicho que iba a tener una novia futbolista, pensaría que me estaban tomando el pelo, en cambio hoy día procuro no perderme un partido suyo e intento asesorarme para ayudarla cuando trae alguna mazadura o golpe (la pobre trae a veces los tacos «tatuados» en los muslos). Que las chicas jueguen al «júrgol» (como le digo yo) es algo que vamos viendo con naturalidad, como tendría que serlo que vayan al espacio u ocupen tantas carteras ( o más) que los hombres en los consejos de ministros. Es una lucha por la igualdad lenta en la que todos con nuestra actitud, y hasta con nuestros votos, debemos colaborar, no participando, por ejemplo, de la idea de que hay actividades para hombres y otras para mujeres porque «le son propias», todo a base de pequeños pero importantes pasitos.

    1. Lo siento. No estoy de acuerdo. Suponte que no hubiera ninguna traba (que no las hay) o incluso que la sociedad ayudase a la conciliacion familiar y que las mujeres tuvieran la plena libertad social y cultural para hacer lo que quisieran. Aún así se decantarían por ciertas ramas de la ciencia en vez de otras. Millones de años de evolución son los causantes de esto. No somos ni peores ni mejores, pero si diferentes. Las diferencias morfológicas entre géneros influyen en las preferencias vitales. No, no es una barrera sociológica, son tendencias naturales.
      ¿Por que escandalizarnos de que las mujeres no les interese el espacio (en términos genersles) y no nos escandalizamos de que a los hombre (en términos generales) no les guste la psicologia.
      Por último, jamás dejaría una cuestión como el libre albeldrio a la responsabilidad de los políticos. Pueden pertreñar leyes injustas solo por un rédito electoral

      1. Tienes toda la razón, menos mal que las mujeres son diferentes a nosotros, no me imagino enamorándome de una que sea igual que un hombre.
        Por otro lado siempre a favor de la igualdad de derechos, faltaría mas.

      2. En efecto, no estamos de acuerdo en absoluto. Eso de «ni mejores, ni peores», «es que la evolución…», » si tuvieran plena libertad…», suena a concesiones patriarcales que no van conmigo. Igualdad es igualdad, punto. Supongo que esta diferencia de opiniones es producto de una visión ideológica y cultural completamente distinta, en fin, cada uno con lo suyo.

      3. Sí hay trabas, Falcon. No trabas legales, pero la cultura importa. Cuando se legalizó el divorcio, muchas parejas seguían aguantando. Pero es que claro, una cosa es que no venga la policía a tu casa y otra que tus vecinos te miren mal. Igual con los homosexuales, cuando muchos siguen en el armario cuando legalmente no lo necesitan.

        Me resulta muy curioso que hables de la evolución biológica para justificar esas cifras, porque esas carreras y, en general, el conocimiento científico no lleva «millones de años» con el homo sapiens. Es una creación social en la que participaron muchas mujeres, a pesar de las trabas que sí existieron la mayor parte del tiempo para ellas. No obstante, me gustaría que me expliques en qué facilita la adaptación de la especie humana a su entorno la, por decirlo de alguna manera, divergencia de capacidades o cualidades mentales según el sexo.

  5. «Curiosa especie esta, que se empeña en desaprovechar, en gran medida, las capacidades y talentos de la mitad de sus individuos». Supongo que es una reflexión que bien podría hacerse una inteligencia extraterrestre que nos visitara. No es para menos, a la vista de las dificultades con las que la mujer se ha encontrado para desarrollar sus capacidades en cualquier esfera de la vida sobre la que pongamos la lupa, y especialmente en la ciencia o la técnica. Aunque haya menos mujeres entusiasmadas con la conquista del espacio, resulta muy oportuno recordar los obstáculos a los que, también en este campo, se enfrentaron.
    Enhorabuena y gracias, una vez más Daniel, por este excelente y oportuno trabajo.
    Ahora que se habla del «antropoceno», quizá también con la plena incorporación de la mujer a la tarea científica ( y, en general, a los procesos de diseño y decisión sobre el futuro de nuestra especie), estemos al comienzo de una nueva era. Y no sé muy bien por qué, pero no me cabe duda que redundará en positivo.

    1. Había leído que el motivo fundamental (y extraoficial) de no mandar mujeres al espacio era que hasta el transbordador espacial no hubo un baño con puerta. En las mercury ya tenían de sobra con los datos de las seis misiones que se hicieron, y en las gemini y apollo hacían sus necesidades fisiológicas «a la vista del resto de la tripulación». En los años 60 y 70, meter a una mujer bajo esas condiciones era, sencillamente, inaceptable bajo la moral imperante.

    2. Imposible.
      Uno de los requisitos era que los candidatos poseyeran un elevado numero de horas de vuelo en aviones militares de altas prestaciones (jets), y en aquella época, no había mujeres que cumplieran esos requisitos.
      Bueno, imposible del todo igual no…. En el grupo NASA 4 se elegieron científicos para misiones espaciales, entre ellos Harrison Schmit, que voló en Apolo 17 en 1972. Si el geólogo elegido hubiera sido una mujer…. pero no lo veo tampoco.

      Carlos

  6. Por alusiones (por la parte que me toca):

    La ciencia y la tecnología, como cualquier otro ámbito de la vida, no deja de formar parte de la sociedad. Si los comportamientos de la sociedad en general son machistas, no podemos esperar que esos comportamientos en ciencia y tecnología sean muy diferentes por mucho que queramos vernos a nosotros mismos como «más educados y más conscientes ante esta problemática» que el conjunto de la sociedad a la que pertenecemos.

    Hace pocas semanas leía una entrada en cierto blog de psicología en el que se comentaba un estudio que se había hecho con niños y niñas de muy corta edad a los que se les había pedido que dibujaran a una «persona muy inteligente» (como sinónimo de científico), en los niños más pequeños (de menos de seis años de edad) el dibujo reflejaba a una persona del mismo sexo que el niño en cuestión, pero a medida que la edad de los niños estudiados aumentaba (a partir de los seis años más o menos), la figura que dibujaban la MAYORÍA de los niños y niñas era masculina (siento no localizar ahora el enlace).

    Estudios similares replican ese tipo de resultados, «las matemáticas (podéis poner aquí cualquier otra disciplina científica o técnica) no son cosa de chicas porque son muy difíciles» o no se perciben como «ocupaciones femeninas».

    Eso no tiene nada que ver con la capacidad innata de la chavalería estudiada, tiene que ver con el contexto social en el que hacemos crecer a las futuras generaciones.

    No nos autoengañemos, los sesgos y barreras más insidiosos son los más sutiles, los que apenas se notan. Y están ahí fuera por todas partes.

    Mientras la totalidad de la sociedad no perciba como un despilfarro el hecho de educar a las niñas para que huyan como de la peste de la ciencia y la tecnología y decididamente enderece el rumbo, seguiremos en las mimas. Esto no se arregla sólo gastando suela de zapato en manifestaciones en la calle.

    Salu2 a toda la comunidad,

    Marian.

    1. Marian, me gustaría que alguno tomara nota de tus palabras. Sostener que «la evolución» es la que hace provoca que sean diferentes nuestras tendencias, actividades o roles en la sociedad es profunda y dolorosamente machista y ya ves que algún comentarista piensa así, reflejo, seguramente, de cómo piensa un sector de la sociedad. Ese experimento con niños y niñas de menos de 6 años y su evolución al pasar el tiempo es muy revelador. Gracias por el aporte.

      Un saludo.

      1. Por alusiones (veladas)
        Yo no creo que haya barreras. Soy miembro de una extensa familia en la que mis hermanas han elegido la carrera que han querido. No han tenido ni la educación ni la presión que las impida elegir la carrera. Sólo una de cinco ha elegido una ingeniería.
        Hace 50 años podríamos decir: Sí es la sociedad, pero ahora…
        Amigo mío, que la ideología que profesas no te haga no ver la realidad. La realidad es que tenemos los mismos derechos, deberíamos tener las mismas posibilidades, pero no… no somos iguales.
        Ya veo que no crees en la evolución (quizá sera creacionistas jejeje …. es broma) pero te aseguro que hay estudios sobre la influencia en el desarrollo cerebral de los millones de años de nuestra especia.
        Que en el futuro las mujeres se interesen más por la ciencia, es posible. ¿Por qué no? Pero estás conmigo que la realidad hoy en día es lo contrario y no tenemos ninguna manera de saber que eso cambiará. Lo que sí te digo es que las barreras sociales (invisibles) tienen menos influencia que la tendencia natural de las personas.
        Y no, no creo que haya actividades de mujeres o de hombres (excepto las que la fortaleza física filtra como la minería) pero sí que creo que hay tendencias.
        Buenas rachas del mistral.

        1. Ahora podemos aún decir que es la sociedad, te guste o no. No olvides que «la sociedad» no es un ente etéreo, sino que somos tú, yo, la vecina… Personas con una historia, una cultura y una educación determinadas. Es cierto que en niveles económicos medio-altos la discriminación es mucho menor, pero en niveles bajos no es así.

          Y, por otro lado, aún tenemos cierto «estigma»: si vemos un juguete de tipo tecnológico, enseguida pensamos en nuestros sobrinos, pero no se nos pasan tanto por la cabeza nuestras sobrinas. Lo mismo si vemos un campamento tecnológico: es más probable que se lo propongamos a nuestros hijos que a nuestras hijas. Por eso, por ejemplo, sí estoy a favor de campamentos tecnológicos «sólo para niñas»: por una parte no se van a encontrar con que son las únicas mujeres que han ido, y por otro (y esta es la parte más importante) se incita a los padres a proponérselo a sus hijas, y si ven que les gusta, es más probable que cuando en el futuro vean otros campamentos de ese estilo se lo comenten, aunque no sean «sólo para niñas».

    2. Marian, muchas gracias por tu post, el cual suscribo punto por punto. En cuanto a la entrada que mencionas, me parece que ha aparecido esta semana en Scientific American.

      1. Es un encuadre de medio cuerpo, idéntico al que usan la mayoría de youtubers masculinos. Lo que pasa es que los pechos masculinos no tienen la misma connotación que los femeninos.

  7. La cuestión es si por naturaleza las mujeres les interesa mas o menos la tecnología, y por extensión (en deferencia a este blog) el espacio. Pienso que no y si me permitís voy a poneros mi propio ejemplo.

    Tengo un chico y una chica de 14 años que me vinieron a la vez (si una oferta 2×1…que pasa soy así de chulo). En casa nos encanta la ciencia, la tecnología , las pelis de ci-fi (Sobre todo Star Trek). Bueno a mis dos retoños les gustan esas mismas cosas, mi hija juega al igual que su hermano a «Star Trek on line», y se le dan muy bien las mates; se ha leído los 3 libros de la serie «la clave secreta del Universo» de los Hawking (Padre e hija) y les encanto y maravillo la peli Interestelar.

    Pero cuando eran muy, muy pequeños cuando íbamos a una tienda de juguetes no tenia que indicarles que mirar: mi hijo se iba a los juguetes diseñados para niños y mi hija a los de niña. Y cuando pedían los pedían conforme a lo que son. ¿No es eso alguna indicación de que en la genética interior algo nos dice lo que somos? Pero ¿significa eso que las mujeres sean peores? En absoluto…son tan o mucho mas capaces que los hombres (de nuevo me remite a la comparación entre mis hijos, mi hija en muchos aspectos le da varias vueltas a su hermano, aunque ambos son muy buenos estudiantes)

    1. No, es una indicación de los mensajes machistas que ven POR TODOS LADOS. Tiendas, televisión, series, películas, libros, cuentos, etc etc etc. Todo enseña qué «debe ser» una niña y qué un niño. Incluso hoy, que las marcas se cuidan muy mucho de comercializar cosas machistas, se siguen viendo los pasillos de juguetes mitad azul mitad rosa. Con las cajas de los bebés muñecos, cocinitas, etc etc con niñas jugando con el respectivo juguete. Incluso kits de limpieza en cajitas rosas, como un tweet que se hizo viral hace muy poco. Mientras que al revés pasa igual. Coches, motos, playmobils, arcos, pistolas, etc etc etc, llevan en sus cajas a niños y no a niñas. Y esto empieza desde la tv, cuando ven los anuncios y quién juega con cada tipo de juguete. Y como el ser humano es un ser que se adapta, pues las niñas se adaptan al rol que les endosamos y los niños igual. Y de ahí sale lo que sale, la misma m1erda de sociedad machista y dividida arbitrariamente. ¿Genética? A otro perro con ese hueso. Eso de la genética es un cuento machista. Los humanos somos iguales, mujeres y hombres existimos para procrear, porque eso de ser hermafroditas se ve que era demasiado complejo hasta para la naturaleza.

        1. Eso es lo que intento explicar en mi anterior comentario. A mis hijos les encantaban los playmobil (para mi mujer y a mi siempre serán los clicks) y cada uno elegía lo que se supone que es para cada sexo…pero luego en casa jugaban tanto con los de uno como los de la otra.

          Y bueno los hombres y las mujeres somos distintos, en fisiología (diferencias evidentes y apreciadas) como en la forma en que funcionan nuestra mente. Un hombre no puede gestar, ni dar a luz. Por lo general el hombre es mas fuerte físicamente, pero la mujer es mas longeva. Sin embargo esas diferencias no son óbice para que existan discriminaciones ni considerar a la mujer inferior, hombres y mujeres con los mismos derecho y obligaciones y diferentes entre si

  8. Estas desigualdades tan arraigadas solo pueden combatirse desde la insistencia y el fomento de la paridad en todos los ámbitos. A quienes lo consideran discriminación positiva, pero creo que es la única manera de invertir esta polarización. Insistir, insistir y más insistir para que algún día no se vea normal que a unas niñas les regalen la cocina con delantal y a los niños el traje de guerrero con la espada. Ya quedaron muy atrás esos roles. Es mucho más enriquecedor y productivo un ambiente mixto y ¡¡nos lo estamos perdiendo!!

    1. Estoy totalmente de acuerdo con la igualdad de derechos y oportunidades, no solo en el tema de sexo sino tambien de raza, edad, nacionalidad, etc.
      Pero creo que la discriminacion positiva es un parche, no una solucion. Es mi opinion.

  9. Es triste saber que durante toda la historia humana se ha desperdiciado el 50% del intelecto humano al relegar a las mujeres. De no haber sido así quién sabe hasta dónde hubiésemos avanzado…

  10. En el programa espacial ruso, heredero del antiguo programa soviético, hay actualmente una sola mujer en activo, Anna Kikina. Yelena Serova abandonó el cuadro de cosmonautas no hace mucho, para dedicarse a la política.
    Rusia/URSS nunca estuvo muy a favor de la mujer en el programa espacial tripulado, y mas de una acabó abandonando el cuerpo ante la falta de perspectivas de vuelo: la última Nadezhda Kuzhelnaya.

    Carlos

  11. Daniel una pregunta la Nasa nuca tuvo planes de enviar a una mujer a la luna si las misiones Apollo no hubiesen sido canceladas también tengo entendido que una ves se habló de enviar una misión de un trasbordador compuesta exclusivamente por mujeres

  12. Mis felicitaciones a todas las mujeres que hacen ciencia y en particular a las que se animan a enfrentear las barreras de una sociedad machista y logran cumplir sus sueños.
    Saludos!

  13. Se está empezando recién a hablar de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres…pero a la hora de presentar un CV al buscar trabajo, debiera no llevar sexo ni fotografía…y recibir todos el mismo sueldo para un mismo trabajo, con la misma calificación, con los mismos estudios…¿no creen ustedes?
    Es muy probable que actualmente haya menos mujeres en estudios y en tareas científicas, porque ella saben que tienen menos oportunidades de ser contratadas si compiten con hombres.
    Aún es muy pronto para ver resultados en cuanto a educación en igualdad…desde la familia a la escuela…

  14. Qué gran artículo lleno de cosas que no conocía de nada. Gracias.

    Qué difícil debe ser para una mujer destacar en un mundo tan ultramasculinizado. Las del Mercury 13 saben de primera mano lo que es ser discriminadas únicamente por ser mujeres. Y que si delantales, que si tampones, que si idioteces de maquillaje. Humillación constante y gratuita que aún hoy, en 2020, no ha desaparecido. Una mujer que ha estudiado como quien más y que cumple con todos los requisitos físicos de sobra, es tratada, como mínimo, con condescendencia y burla, como si tuviera 7 añitos y dijera que de mayor quiere ir al espacio. Si eso nos frustra a nosotros, que somos tíos que además tenemos asumido que no nos van a seleccionar para una misión, imaginemos cómo tiene que ser para la mujer que se queda en tierra porque a algún tío no le gustaba que no sonría nunca, o que te regalen un ramo de flores en una puñetera estación espacial, o lo que le ocurrió a Judith Lapierreen en Mars500, que sería el culmen hasta la fecha en machismo nivel cavernícola. En fin, doble mérito, y ojalá casos como el de Peggy Whitson, Sam Christoforetti o Christina Koch, que están sentando precedentes y rompiendo récords, no sólo femeninos, sino tambien absolutos, se conviertan en algo tan normal que vivamos el día en que la gente no piense que las mujeres salen «solas» al espacio (nominación al titular de mierda, aquél) y se vean como personas preparadísimas trabajando por el progreso y el futuro de la humanidad.

    Una pregunta. Según tengo entendido, un rover lunar soviético, el Lunokhod 2 (Luna 21), al parecer dibujó un gran número 8 en referencia al día 8 de marzo de 1973. ¿Se sabe si había alguna mujer en el equipo (en Tierra, claro) que lo pensó o lo dibujó controlando la máquina?

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