Un nuevo tipo de mundo terrestre: los planetas granates

Por Daniel Marín, el 12 enero, 2017. Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas ✎ 47

De los más de 3500 planetas extrasolares descubiertos hasta la fecha apenas sabemos nada sobre ellos más allá de su órbita, su masa aproximada o su tamaño. Solo en unos pocos casos conocemos al mismo tiempo la masa y las dimensiones, un requisito necesario para determinar la densidad. Con este dato ya podemos comenzar comparar los exoplanetas con los planetas de nuestro sistema solar con el fin de encontrar las semejanzas y diferencias con respecto a los mundos ya conocidos. Y uno de los descubrimientos más importantes de estos últimos años es que planetas con la misma densidad pueden ser radicalmente distintos. ¿Por qué? Pues porque aquí entra en juego la composición química.

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Izquierda, posible composición interna de un planeta del sistema Kepler 102, con una proporción de silicio similar al Sol. A la derecha, un planeta granate alrededor de Kepler 407 (Robin Dienel, Carnegie DTM).

La proporción de elementos que encontramos en el sistema solar es más o menos universal, pero pequeños cambios en la abundancia relativa de algunos de ellos pueden dar como resultado planetas muy distintos y fascinantes. Quizás el caso más famoso es el de los planetas de carbono, mundos exóticos con mantos de diamante que podrían existir en sistemas donde la proporción entre el carbono y el oxígeno es mayor que la encontrada en el sistema solar. Más recientemente varios astrónomos han sugerido la posibilidad de que existan mundos granate, o lo que es lo mismo, planetas con una mayor proporción de silicio que la solar.

Veamos cómo es esto posible. La mayor parte de los minerales de la corteza y manto de los planetas terrestres del sistema solar son agrupaciones de óxidos de silicio. Pero evidentemente no todos son iguales. En la Tierra los minerales más abundantes que podemos encontrar pertenecen al grupo de la olivina, pero esto no tiene que ser así en todos los planetas de tipo terrestre, independientemente de que su densidad sea similar a la Tierra. En exoplanetas terrestres con una mayor proporción de silicio los minerales más abundantes podrían pertenecer a la familia del granate. ¿Y qué implicaciones tiene esto? Pues muchas. Los minerales como el granate son más rígidos que los relacionados con la olivina, por lo que sería más difícil mantener una tectónica de placas activa durante mucho tiempo. Estos planetas podrían tener un aspecto exterior similar al terrestre, pero sin tectónica de placas resulta más complicado regular el clima durante largos periodos de tiempo, por lo que la habitabilidad de los planetas granate sería significativamente inferior a la de los ‘planetas olivina’ como la Tierra.

Un equipo de científicos liderado por Johanna Teseke ha llegado a esta conclusión después de estudiar múltiples estrellas con el espectrógrafo APOGEE (Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment) en el telescopio SFT (Sloan Foundation Telescope) de 2,5 metros de Nuevo México. Gracias a este instrumento han sido capaces de medir la proporción de elementos pesados en un campo estelar que coincide en buena parte con el campo observado por el telescopio espacial Kepler. Muchas de las estrellas analizadas por APOGEE tienen planetas a su alrededor que fueron descubiertos por Kepler, como por ejemplo Kepler 102 y Kepler 407. Kepler 102 es una estrella un poco más pequeña que el Sol y posee cinco exoplanetas, mientras que Kepler 407 es ligeramente mayor y tiene dos planetas. Sin embargo, Kepler 407 se caracteriza por tener una mayor proporción de silicio que Kepler 102 y que el Sol, así que es de suponer que sus planetas también gozan de esta diferencia.

Y para saber en qué se traduce esa mayor proporción de silicio en un planeta, el grupo de Teske se dirigió al geofísico Cayman Unterborn para que realizase simulaciones numéricas sobre la formación planetaria en este tipo de sistemas. La conclusión es que los planetas terrestres alrededor de estrellas como Kepler 407 podrían ser mundos granate.

Por supuesto, una simulación numérica dista mucho de ser una prueba de la existencia de este tipo de planetas, pero sin más datos a nuestra disposición y teniendo en cuenta la lejanía de estas estrellas no tenemos más remedio que acudir a ellas. Y tendremos que hacerlo durante las próximas décadas o siglos hasta que dispongamos de mejores datos sobre la composición de los exoplanetas de masa terrestre. La lección que podemos sacar es que tener una masa y una densidad similares a las de la Tierra no es garantía de que estemos ante un mundo igual al nuestro.

Referencias:

  • http://www.sdss.org/press-releases/between-a-rock-and-a-hard-place-can-garnet-planets-be-habitable/
  • https://exoplanets.nasa.gov/news/1402/can-garnet-planets-be-habitable/


47 Comentarios

  1. Muy bueno e interesante artículo Daniel. Lo que no logro entender, ustedes me perdonen, pero no me cabe en la cabeza, es como c*ño es posible medir la proporción de silicio, o de lo que sea, de KeplerA a KeplerB a la distancia que están, es que no lo entiendo. ¿Alguién me podría ilustrar algo sobre esto?. Saludos.

      1. Puedes desarrollar un poco más la respuesta, que equipos tenemos para medir la espectrografía, si mal no recuerdo en la serie nueva del Cosmos, se hablo algo de esto…pero estaría bien un poco más de información sobre esto…

        s2

        1. Muchas gracias por las respuestas. Ahora voy a enchufarme a leer para enterarme, más que sea por encima, de qué se trata esta técnica. Saludos.

          1. Si te miras la serie de Cosmos entera, entenderás perfectamente como se puede saber de una forma muy educativa y sencilla

    1. No saben nada de los planetas como te dice Dani claramente, respecto a su composición. Lo que obtienen es información de la estrella, si los planetas y la estrella se formaron simultáneamente (como se piensa en todos los modelos y así parece observando discos protoplanetarios), entonces la proporción de materiales ha de corresponderse a la nube en colapso primitiva que generó tanto la estrella como los planetas. Es decir, que debería haber una correlación entre los materiales de los planetas y su abundancia en la estrella. Como dice claramente Dani en el artículo, si la estrella tiene más silicio que el Sol, es razonable pensar que este incremento de proporción se presente también en sus planetas. O no. A saber.

      La información sobre la estrella es a través de lo único que podemos ver: análisis espectroscópico de la luz que emite. Así que en realidad tampoco vemos la estrella, sino sus capas más externas, aunque una vez más lo que cabe esperar es que lo que se ve sea representativo del total.

      La fiabilidad de todo esto… pues es difícil de precisar. No es que esto sean premisas erróneas, son premisas correctas y están tratadas correctamente, el problema es que el volumen de ignorancia abruma al volumen de datos.

      De todos modos veo una obsesión ahora con la tectónica de placas (un paradigma muy reciente, debe andar por los 50 años, por cierto a Wegener que casi la propuso lo pusieron a caldo), o una serie de razonamientos circulares que se derivan de que claro, lo que buscan son mundos lo más similares posibles a la Tierra, en parte por el impacto mediático, claro. No sé por qué, porque aprendemos mucho más de los que sean radicalmente diferentes. A fin de cuentas, es como si llegas a la Tierra y te enseñan un mono, un gato y un canguro, todo cordados y encima mamíferos o cuasi Mejor que veas una medusa, una cigala y un árbol. Digo yo.

      Ay, qué daño hizo la «paradoja» de Fermi y la «ecuación» de Drake. Mucha, mucha cultura.

      1. Entiendo que la tectónica de placas es un requisito para tener una orografía lo bastante rica como para tener océanos y, por consiguiente, variaciones climáticas complejas.
        De todos modos, el paisaje puede estar dominado por otros procesos orogenicos como impactos o algún tipo de vulcanismo extremo, si se dan fenómenos de convección en el manto que puedan crear cambras magmáticas. Lo cual daría lugar a un mundo de islas o lagos (dependiendo de la proporción de agua) en vez de continentes y oceanos.

        1. Marte tuvo océanos y no hubo (parece ser) tectónica de placas. Titán no tiene tectónica de placas. Todo depende, como siempre. Ya puestos, que busquen que tenga una luna.

          Supongo que la idea va por otro lado. Como los planetas tienen que enfriarse, ellos contraponen (se supone que Marte y Mercurio ya lo están) Venus con la Tierra. La teoría actual es que Venus tuvo un episodio de vulcanismo salvaje que rehizo por completo toda la superficie, parece razonable aducir que con ese tipo de políticas mantener vida terrestre tiene su complicación. Pero es que no tenemos ni idea de qué tipo de mecanismo de enfriamiento puede tener una supertierra o un mundo océano o lo que tú quieras. Eso sí, constatan que, según sus modelos actuales, si las placas fuesen de otros materiales de menor elasticidad pues el sistema no rularía.

          Pues qué bien. En vez de tectónica de placas, tectónica de mosaicos. Qué problema.

          1. Se busca o se habla del tipo de mundos que conocemos porque tenemos ejemplos cercanos de los que se sabe bastante -o casi, porque de la estructura interna de Venus no se conoce gran cosa por ejemplo-. Es mucho más fácil utilizar lo que ya se sabe que empezar desde cero.

            Seguro que en algún lugar habrá un planeta habitable, pero que use un proceso distinto a la tectónica de placas, un Mercurio en todo (parámetros físicos y orbitales), pero con fuerte vulcanismo, un Venus pero que se las apaña para tener océanos de agua, una Tierra en la que algo se estropeó y es un infierno mucho peor que Venus, y mucho más.

          2. No, no buscan nada. Ellos ven un detalle que no ha sido cubierto con anterioridad, lo investigan y anuncian sus resultados. Además, es un estudio único, que tendrá que ser repetido en el futuro y teniendo en cuenta otros datos. Ningún problema con eso, es la forma de hacer las cosas, nada que decir, han hecho su trabajo y lo han hecho bien.
            Lo que critico es el paradigma mental general, aunque ese paradigma fuese otro, otro que le gustase más a Stewie y menos aún a Brian, este estudio seguiría siendo importante. Es que yo pienso que necesitamos abogados del diablo, sobre todo la ciencia.

  2. Fascinante, creo que el zoológico planetario, esta todavía en pañales, a saber la de cosas raras que hay por ahí orbitando…que ganas de tener mejor telescopios…casi ya estamos cerca del JWST, pero necesitaremos muchos más…

    Daniel, como siempre increíble post…

    s2

  3. Creo que lo que hicieron fue con espectrografía medir la proporción de elementos en la región en el espacio donde están esos planetas y luego extrapolaron esos datos a la hipotética composición de los mismos de acuerdo también a su densidad

  4. Con cientos de miles de millones de planetas, y seguro que hasta hay más, solo en nuestra galaxia deben de darse todos los tipos de planeta que se puedan imaginar y más -si las leyes físicas permiten algo seguro que existirá-. Pena que probablemente nunca podamos verlos de cerca.

    El título del artículo también lleva algo a engaño. Pensaba en un planeta cubierto de granate, que hasta pareciera con masas de agua -azul desde el espacio- que es del Barça.

    1. Posible, pero muy improbable, por la simple razón de que universalmente el oro es mucho más escaso que el hierro o el níquel.

      La nucleosíntesis es así. Para formar elementos (átomos) más complejos y pesados se requiere más energía y condiciones más peculiares. Por eso cuanto más alto es el número atómico de un elemento en la tabla periódica, más escaso es.

      Por ejemplo, el hierro (número atómico 26) es el último elemento que las estrellas pueden sintetizar por fusión «normal», y deben ser estrellas grandecitas y muy calientes. La fusión del hierro no genera energía, por lo tanto la estrella colapsa. Todos los elementos más pesados que el hierro se sintetizan en la fase siguiente al colapso: ¡supernova!

      Así es como el níquel (número atómico 28) es universalmente más escaso que el hierro, y el oro (número atómico 79) lo es mucho más.

      La formación de un planeta con núcleo predominantemente áureo requeriría unas condiciones iniciales inauditas (una cadena de coincidencias altamente improbable) para que el oro fuera localmente más abundante que el hierro o el níquel. No se me ocurre ningún proceso además del puro azar, pero podría ser…

      1. Hombre, a mí sí. Te cuento.

        Los primeros exoplanetas que se detectaron, tres, estaban, precisamente (y están), en órbita a un púlsar (uno de ellos, por cierto, se llama «Poltergeist», son así de cachondos, además son súper-Tierras). Como es obvio, no podían estar ahí (hay que joderse), cuando se formó la estrella de neutrones cualquier cosa que estuviese en órbita quedó literalmente vaporizada. Así que la única explicación que tenemos es que se formasen a partir de un disco de escombros, ex novo.

        Cuando se forma una estrella de neutrones… bueno, es todo un espectáculo. En este caso creo que fue por la fusión de dos enanas blancas, así que espectáculo es poco. Es precisamente uno del tipo de eventos donde se forman los elementos «raros» (oro entre ellos). Yo no creo que esos planetas tengan núcleos de oro (o de uranio, para el caso), pero podría muy bien ser que por peculiaridades de… su historia, sean muy anómalos respecto a los planetas de sistemas normalitos, alrededor de estrellas y tal. Los dos estaremos pensando en lo mismo, una explosión que ya le gustaría a Hollywood eyectando materia al espacio a velocidades relativistas. Cómo de todo eso se pudo formar un sistema solar, a mí que me registren. Ahora, los restos eyectados desde luego tendrán una proporción muy alta de elementos pesados.

        Supongamos ahora planetas alrededor de cosas más raras aún. Este Shakespeare, qué razón tenía el cabrón. Por lo de las cosas que hay en la naturaleza más allá de toda imaginación humana.

        1. Con lo de los púlsares me has dado una idea. En las cercanías de un evento post-nova ciertamente debería haber mayor proporción de elementos pesados, aunque no tanto como para revertir el predominio. Los elementos más abundantes seguirían siendo los más abundantes, pero los elementos escasos serían NO TAN escasos.

          Eso, sumado a un potente campo magnético (como el de los púlsares y otros bichejos por el estilo), podría ser un proceso para separar el trigo de la paja, es decir, los elementos diamagnéticos, como el oro, de los elementos ferromagnéticos, como hierro y níquel.

          De todos modos no sé si esta idea sería suficiente para que en una nebulosa protoplanetaria aparezcan «grumos» donde el oro predomine sobre el hierro o níquel. Porque al parecer (leí algo pero no lo he contrastado con fuentes fiables) las nanopartículas de oro (a diferencia de las macropartículas o volúmenes mayores) no son diamagnéticas sino que se comportan como imanes.

          Pero bueno, sería cuestión de especular acerca de cuánto tiempo le insume a las nanopartículas de oro aglutinarse en macropartículas diamagnéticas en la nebulosa protoplanetaria. A partir de ese punto de inflexión sería una mina de oro 🙂

          Y la de cosas extrañas que ha de haber ahí arriba que ni podemos imaginar.

          1. Pues sí, esa era la idea, aunque para ser honestos tengo la intuición de que el oro, ese elemento que tanto llama la atención a algunos humanos, es eyectado al espacio con más furibundez aún. Pero, es lo bueno de la ignorancia, mientras no se sabe es el gato de Schrödinger.

  5. Daniel, una vez vi en un documental que existía la hipótesis de que en mundos donde el silicio fuera muy abundante y el carbono muy escaso sería posible la formación de organismos vivos muy simples basados en el silicio, los cuales se parecerían a colonias de musgo o liquen ¿hay algo de verdad en eso o es un puro delirio?

    Gracias.

    1. … el pasaje a la pluricelularidad (vale para el Silicio 28 también) sigue siendo el misterio, lo que hace a este planeta un mundo excepcional, ni Copérnicos ni Darwines que se entrometan con la Sagrada Geometría y Cofradía C12 Cósmica.
      Hay huesos, tallos celulósicos en gramíneas y proteínas integrales de salvado con silicio, pero no lo comemos, lo desechamos, hay zeolitas y siliconas aquí en la Tierra; pero de nuevo: ello no pluricelulariza, no se bioagregan, no cooperan las biopartes.

      Tomaría un curso de química cuántica con Stewie Griffin por correo electrónico, pues es algo que me supera plenamente. Todo sea por que escribamos la Enciclopedia Galáctica Cooperativa nos los de la especie abyecta antes de entrar en Tuonela (el inframundo).

  6. Pienso que estas incógnitas se resolveran, no en este siglo con el JWST o incluso el HDST, sino en el próximo siglo cuando la tecnología permita utilizar los materiales in situ en el espacio, bien sea en la luna o los asteroides, y así poder construir telescopios espaciales verdaderamente grandes, sin las limitaciones que presentan construirlos en la tierra y luego ponerlos en órbita, además la mano de obra seria en su casi totalidad robots semiautonomos. Saludos a todos

  7. Supongo que en algún momento más o menos próximo deberíamos ser capaces de determinar si la relación Si/Mg de un disco protoplanetario es igual o no que la de su estrella. Si esto se demuestra entonces sí que podríamos confiar en que las abundancias de las estrellas pueden trasladarse a composiciones de los planetas. Mientras tanto…

    Bueno, quizá eso ya se sabe, no estoy muy al tanto del tema…pero creo que no.

    1. Como dicen por arriba, las posibilidades son infinitas. Podría ser todo lo contrario porque los planetas se formaran, se me ocurre, porque una estrella pase muy cerca otra y se desprenda materia de los dos cuerpos, así pues los planetas y su sol no coincidirían en su composición. Respecto a la vida basada en el silicio, por qué no? O en otro metal… o en otro gas. No tenemos ni idea, ya que sólo conocemos la vida basada en bases de carbono. Saludos!

      1. No, no es probable. El Si pertenece al 3er período, por tanto tiene orbitales d accesibles en energía y los tipos de enlace que genera (él, y el resto del grupo, Ge, Sn, Pb) son completamente diferentes de los que hace el C. De hecho, la capacidad que tiene el C para crear compuestos es tal que se conocen, de larguísimo, más compuestos orgánicos que inorgánicos. No sería suficiente un entorno muy exótico donde el Si pudiese formar estructuras complejas capaces de generar metabolismo, es que estaría enormemente limitado.

        De hecho, por eso mismo el Si es un semiconductor.

        Ahora, que pueda participar de alguna manera en moléculas orgánicas como hacen otros elementos y que en la Tierra es desconocido (y eso que hay muchísimo más Si que C), eso ya es harina de otro costal.

        El tochito que puso Pelau arriba vale la pena leerlo.

        1. Estas confundiendo grupos con periodos, y el Si no tiene orbitales d ocupados. El problema del Si es que forma redes cristalinas con el O, lo que impide la versatilidad del C, que forma y rompe enlaces con el O permitiendo la vida. De hecho, la vida es un proceso de oxidación-reducción, en el que la molécula de CO2 se rompe (fotosíntesis/quimiosíntesis) y vuelve a formar (respiración) continuamente.

          1. No he confundido nada: el Si pertenece al 3er período, y al grupo 14 (C, Si, Ge, Sn, Pb). Yo NO HE DICHO, como puedes leer arriba, que el Si tenga orbitales d ocupados (que los tiene, cuando forma enlaces), sino QUE TIENE ORBITALES d ACCESIBLES EN ENERGIA. El C los más próximos le quedan en 3d, igual que al Si, pero el C sólo «llena» hasta n=2. Es imposible que construya OH sp3d o sp3d2, como hace el Si. Las consecuencias de esto son, algunas, las que dices tú (que no son exactamente así).

          2. Es verdad, son los orbitales pi p-d del Si. Pero el caso es que porque ese enlace tiene una gran energía (es difícil de romper) el silicio FORMA REDES CRISTALINAS ESTABLES con el O, lo que impide que pueda funcionar como átomo de la vida. En cambio los enlaces Si-Si son más débiles que los C-C, por lo que tampoco valen, y a eso hay que añadir que la repulsión de los electrones internos no permite que se formen dobles ni triples enlaces p-p entre átomos de Si, tan importantes en cambio en la química del carbono

          3. Discutir, todo lo que quieras, generar confusión no, por favor. Serán OM π creados a partir de OA p, con los d lo veo chungo. Vamos a ver, lo que estoy hablando está en el programa de 1° Bach (y 4° ESO si me apuras).
            Lo que intento aclarar es que el C, al ser del 2° período (1s2 2s2 p2), no tiene más OA disponibles que los s y los p, haciendo OH sp, sp2 y sp3 (enlaces lineales, triangulares planos y tetraédricos). **No** puede hacer otros. **No** es posible, ni en el entorno de la superficie terrestre ni en las profundidades de Júpiter ni en ninguna parte. El Si, al ser del 3er período (1s2 2s2p6 3s2p2d0) tiene esos OA d accesibles en energía, al punto que OH sp3d y sp3d2 le resultan termodinámicamente ventajosos, y las energías de enlace (ya diferentes de por sí al subir el n° cuántico principal) son diferentes, las geometrías de enlace diferentes, la electronegatividad de los enlaces diferentes, y todo diferente, por eso los enlaces del Si, véanse entalpías en una tabla, no tienen nada que ver. Y esto es constitucional, el C es así y el Si es asado, es un efecto que se amplifica al bajar en un grupo del SP (por eso son no metales CHON y metales y bien metales Pb, Po, Bi, At), **no tiene arreglo**.
            Estoy explicando las razones de lo que pasa, no diciendo lo que pasa.
            Dicho sea de paso, un compuesto de Si, el tetrametilsilano (TMS, o Si(CH3)4) es el baremo que se usa para calibrar un RMN. Todos los H son equivalentes, y da una señal muy intensa (12 H) en el cero de referencia (0 ppm, μ=0 D). En este compuesto la geometría es evidentemente tetraédrica y los OH sp3, ahora mírale la reactividad y eso que son metilos lo que va en los extremos.

          4. No trato de crear confusión sino al revés, aclarar por qué el silicio no es apto para la vida tal y como la conocemos, y posiblemente para cualquier forma de vida (sería un buen tema de discusión si es posible otra biología, ¿acaso es posible otra química, u otra física?, pues eso…). Que en la Tierra los silicatos (SiO4) formen el 95 % de la corteza terrestre se debe a esa tendencia del silicio a formar enlaces estables con el oxígeno. El O queda «atrapado» en las rocas, y por eso, y por las propias características atómicas del Si, este elemento no puede formar estructuras «dinámicas» como hace el C. Siendo dos elementos del mismo grupo y con capacidad para formar cuatro enlaces covalentes, el C crea organismos vivos y el Si cuarzo.

          5. Bueno. Tengo la sospecha de que nos aproximamos al problema de forma muy dispar. Somos de escuelas diferentes. Tú dices «menganito no quiere venir a la fiesta porque no le apetece» y yo digo «menganito no quiere venir a la fiesta porque está poniéndole los tarros a su mejor amigo con su novia (novia de su mejor amigo, toma grave ambigüedad del castellano)». Viene siendo lo mismo, pero viene no siendo lo mismo.

            Yo en la corte de Calígula no duraba ni cinco minutos. Pero qué cinco minutos.

  8. Me encantan los posts planetarios! La verdad es que kepler no para de dar frutos. Cual es el siguiente escalón en la busqueda y estudio de exoplanetas?

  9. Los planetas gemelos.

    Imagina dos planetas rocosos del mismo tamaño (entre Venus y la Tierra). Giran alrededor de un centro común de masas (algo así como Plutón y Caronte), pero a una distancia muy corta, un poco más que la de la Luna de la Tierra. La velocidad de giro evita que se precipiten el uno sobre el otro, y rotan alrededor de su estrella como cualquier otro planeta. Y los dos en la zona «Ricitos de Oro», osea habitable por poder mantener agua en estado líquido.
    Los dos con mares , continentes…. y a un tiro de piedra el uno del otro.
    ¡¡Menudas vistas desde su superficie!!

    1. Pero tiene que haber una diferencia de masa considerable entre ellos, masas del mismo orden de magnitud me temo que el sistema sería inestable, no siendo que fuesen planetas errabundos flotando libres en el espacio interestelar. En general piensa que estos billares cósmicos lo que hacen es transferirse momento por tiras y aflojas (se atraen, y eso según su posición los acelera o frena). La razón de que Júpiter sea tan estable, y estabilice el sistema, es que tiene más masa que todos los demás cuerpos del sistema juntos (con excepción del Sol, claro), por tanto los empujoncitos o agarraditas que sufre puede absorberlas sin problema. Pasa lo mismo con la Tierra y la Luna (el problema de siempre de los 3 cuerpos al estar el Sol), dado que la Tierra son más de 84 lunas. Digamos que es un caos manejable. Pero si los topetazos gravitatorios son de intensidades similares, el tema se desmadra muy deprisa.

      1. Otro ejemplo emblemático: la masa de Plutón equivale a 8 Carontes.

        Y habría que ver qué tan estable sería el sistema Plutón-Caronte (planeta doble) si estuviera más cerca del Sol, como el sistema Tierra-Luna (que no es un auténtico planeta doble porque el baricentro está dentro de la Tierra).

        Pero este argumento no impidió a Sean Raymond especular a lo grande, literalmente 🙂
        https://danielmarin.naukas.com/2014/07/09/un-hipotetico-sistema-solar-con-60-planetas-habitables/

        1. 8,20 veces para ser exactos. También influye que la masa de Plutón-Caronte es caca de la vaca (ni a un quinto de la lunar tó junto). Asteroides dobles deben ser relativamente frecuentes, y con masas similares. Simplemente la atracción entre ellos no disturbia demasiado la órbita solar, hasta el punto de que efectos de radiación sean significativos. La intensidad de campo en superficie es un dato a tener en cuenta.
          Ahora, dos Uranos los pongas donde los pongas, me da que no. De todos modos, imposible no es, supongo que un sistema así podría estabilizarse con una cohorte masiva de lunas en resonancias adecuadas, en un no-me-toques-que-me-voy-al-carajo. Muy improbable, no imposible.

  10. Off-topic

    Daniel, no sé si estás al tanto del desarrollo de Star Citizen, es un ambicioso videojuego de exploración y simulación espacial que promete horas y horas de entretenimiento. En la física planetaria y el mapa estelar se emplea una técnica de creación procedural, los programadores están bien asesorados y será bastante realista en ese aspecto (entre otras cosas de interés…)

    Lo digo por curiosidad, ya que de vez en cuando se ha comentado en el blog sobre algun libro, película o serie de scy-fy, y este juego-simulador parece estar a la altura de una buena producción hard. Sería interesante saber tu parecer al respecto aquí o en radio skylab

    Saludos

    1. Juegazo. Pero todavía está en versión alpha, no creo que la versión «definitiva» sea liberada antes de 2018.

      Probablemente es el videogame que más años ha estado en proceso de desarrollo ininterrumpido (no confundir con Prey, Duke Nukem Forever, y otros casos de «estasis» aguda).

      Y no se fíen de los requerimientos MÍNIMOS. Está basado en CryEngine 3 pero es bastante más pesadito que Crysis 3 y la versión «definitiva» seguramente lo será más.

      Vayan ahorrando para un dodeca-core, 32GB DDR4, y una TITAN XII o en su defecto una más modesta GeForce GTX 1280 🙂
      https://www.youtube.com/user/RobertsSpaceInd/videos

  11. Volviendo un momento al asunto de la Tectónica de Placas, el asunto es un poco más complicado que decir «tiene que tener tectónica de placas porque la Tierra la tiene» y ya está… realmente el asunto está en que habían «un par» de problemillas que eran un misterio antes de que se postulara esta teoría, y que la comunidad científica había decidido resolver… no pensando en ellos.

    Uno era la salinidad de los océanos. Se sabia desde décadas antes que los mares deben su salinidad a los depósitos fluviales que que traen sedimentos de los continentes, el problema es que los datos que se tenían, junto con los nuevos datos aportados sobre la antigüedad de la Tierra, indicaban que los océanos tenían que tener tanta sal que ésta ya tendría que haber superado el nivel del mar (!) y cómo todos sabemos, el mar muerto está, como decirlo, MUERTO, por su excesiva cantidad de sal… así que el descubrimiento de la Dorsal Atlántica de las zonas de subducción trajo consigo aclarar como los mares no se salinizan y se mantienen estables a través de eones. La tectónica de placas renueva el fondo oceánico, absorbe agua en las zonas de subducción y la vuelve a emitir en las dorsales y los volcanes a través de las rocas hidratadas. Con esto mantiene un equilibrio en los océanos que antes no se podía explicar. Exoplanetas sin tectónica aún no tienen un sistema que pueda ayudar a conservar este equilibrio (porque no sabemos prácticamente nada de ellos…).

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Por Daniel Marín, publicado el 12 enero, 2017
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