Un satélite artificial norteamericano en 1952

Por Daniel Marín, el 30 diciembre, 2015. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes ✎ 25

Una de las grandes sorpresas que trajo el fin de la Segunda Guerra Mundial fueron los avances de la Alemania nazi en materia de cohetería. El famoso misil V-2 (A-4) diseñado por el equipo de Wernher von Braun supuso una auténtica conmoción para los aliados. Nadie esperaba que se pudiera construir un cohete tan grande con la tecnología de la época. Incluso antes de que Alemania se rindiera de forma incondicional, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética se enzarzaron en una loca carrera por hacerse con el máximo número de científicos y la mayor cantidad de material que tuvieran que ver con el A-4. Pero además de desarrollar misiles balísticos, unos pocos visionarios a ambos lados del telón de acero sabían que esta tecnología se podría emplear para alcanzar el espacio. El propio von Braun había hablado en repetidas ocasiones con sus compatriotas alemanes sobre mandar un satélite al espacio antes de la guerra y, una vez terminada esta, también a sus nuevos anfitriones norteamericanos (los mismos que le habían sacado de su país de forma irregular en la operación Paperclip).

El lanzador espacial de cuatro etapas del estudio RAND de 1946 (NASA).
El lanzador espacial de cuatro etapas del estudio RAND de 1946 (NASA).

En Estados Unidos la posible aplicación del A-4 como lanzador espacial desató la imaginación de miles de ingenieros y científicos a lo largo de todo el país, aunque lo cierto es que la mayoría de conceptos eran demasiado avanzados para la época. Pero no todos. Entre los proyectos más realistas destaca un estudio de la RAND Corporation -una organización creada por la empresa Douglas para asesorar al ejército norteamericano- sobre cómo lanzar un satélite artificial de la Tierra.

El informe vio la luz el 2 de mayo de 1946 y se llamó Preliminary Design of an Experimental World-Circling Spaceship. RAND basó su estudio en informes previos del ejército y la armada estadounidenses, que ya en 1945 habían investigado las aplicaciones espaciales del misil A-4 de von Braun. Nada más y nada menos que el carismático y controvertido general Curtis LeMay fue el instigador de este estudio. Los militares estaban interesados, lógicamente, en posibles aplicaciones militares de los satélites, especialmente en todo lo que tuviera que ver con el reconocimiento fotográfico del territorio enemigo. Por su parte, LeMay veía en el proyecto de satélite una oportunidad de incrementar el prestigio de la fuerza aérea (por entonces parte del ejército de tierra).

Los investigadores de RAND decidieron retomar el concepto de lanzador espacial de von Braun y propusieron un cohete de varias etapas basado directamente en la tecnología del A-4. RAND concibió dos lanzadores para situar en órbita un satélite. El primer diseño, más conservador por estar directamente inspirado en el A-4 tenía cuatro etapas, una longitud de veinte metros, una masa al lanzamiento de 106 toneladas y usaba alcohol y oxígeno líquido. Las cuatro etapas se denominaron Abuela, Madre, Hija y Bebé (Grandma, Mother, Daughter y Baby). La última era en realidad el propio satélite y, con una masa de 230 kg, incorporaba los instrumentos científicos y el sistema de guiado.

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Diseño de cuatro etapas del lanzador de RAND. La última etapa era el satélite (NASA).

El otro diseño se hacía eco del escaso rendimiento del alcohol como combustible y empleaba hidrógeno en su lugar. Gracias a la mayor eficiencia de este combustible, esta versión solo tenía dos etapas y una masa de 132 toneladas al lanzamiento. Ni que decir tiene, la tecnología de entonces era a todas luces insuficiente para crear motores criogénicos, pero eso no lo sabían los autores del estudio. De hecho, las dos versiones usaban motores muy parecidos a los empleados en el A-4, como no podía ser de otra forma (al fin y al cabo, la tecnología de estos motores se usó sin muchos cambios en misiles norteamericanos y soviéticos hasta los años 60).

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Versión de dos etapas con hidrógeno como combustible (NASA).

Por otro lado, gran parte del estudio se dedicaba a analizar las diferentes opciones de guiado, navegación y comunicaciones del lanzador, algo que hoy en día casi damos por sentado pero que por entonces se consideraba un desafío tecnológico del mismo orden que construir motores lo suficientemente potentes. Otras partes describían la trayectoria óptima de ascenso, que debería ser vertical en su primera fase para dejar atrás lo más rápido posible las capas más densas de la atmósfera, y horizontal al final para alcanzar una órbita lo más circular posible. Algo obvio para cualquier persona hoy en día pero que en 1946 no lo era tanto. Llama la atención que el estudio también menciona la posibilidad de recuperar la primera etapa para su reutilización en misiones posteriores (Elon Musk no ha sido el primero en tener esta idea). De acuerdo con este informe, los Estados Unidos hubieran podido poner en órbita el primer satélite artificial en 1952 de haberse destinado los fondos adecuados. En 1947 RAND publicó un segundo informe más detallado que incluía un tercer diseño de lanzador, con una masa de 37 toneladas y tres etapas (es curioso como en por entonces no estaba muy clara la diferencia entre los conceptos de lanzador, satélite o etapa).

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El diseño de 1947 con 3 etapas (NASA).
Trayectoria de ascenso del lanzador de tres etapas (NASA).
Trayectoria de ascenso del lanzador de tres etapas (NASA).

Estos esfuerzos pioneros fueron cancelados de raíz al poco de ver la luz. Por entonces la prioridad de los militares norteamericanos no eran los misiles balísticos intercontinentales, sino los bombarderos estratégicos. Para la mayor parte de militares, gastar dinero en misiles de largo alcance era visto como un derroche innecesario en tiempos de posguerra y lanzar satélites al espacio se consideraba una simple fantasía. Por supuesto, pocos años después cambiarían de opinión de forma radical. Pero lo llamativo del caso es qué hubiera podido pasar si este proyecto hubiera sido aprobado: un mundo donde los Estados Unidos hubieran puesto en órbita un satélite artificial en 1952.

PD: como contrapartida, también es interesante pensar qué habría pasado si Stalin hubiera aprobado los lanzamientos suborbitales tripulados del proyecto VR-190, unas misiones que también usaban directamente la tecnología del misil A-4 alemán.

Referencias:

  • http://www.rand.org/pubs/special_memoranda/SM11827.html
  • http://www.governmentattic.org/RAND/RA-15031.pdf


25 Comentarios

  1. Recuerdo haber leído que en la década del 90 los brasileños no pudieron resolver el problema de la verticalidad del despegue. ¿cómo lo habrán resuelto los nazis? ¿usarían verniers? ¿giróscopos eléctricos? ¿como detectarían el cambio del elemento central del giróscopo (propiamente dicho), que en definitiva sirve de referencia?

  2. Pues que el Padrecito habría condecorado personalmente al astronauta xD.

    Es im-presionante la profundidad estratégica de (algunos) militares. Se está debatiendo estos días, precisamente entre militares retirados (americanos), la posibilidad visto que la proliferación nuclear está ahí y va a ir adelante sí o sí más pronto que tarde, de prohibir a escala global los ICBMs y quedarse con bombarderos y misiles de corto alcance. No sé qué recorrido puede tener esta propuesta (nulo, pienso, porque a fin de cuentas los EEUU quieren hacer de la necesidad virtud, dada su posición geográfica), pero está claro lo contrario: con ICBMs no necesitas tirar el dinero ni en sulmarinos ni en bombarderos (otra cosa es que la gente sea muy prolija y decida que correr riesgos para ná, es tontería, mientras haya pasta en el presupuesto). O, con otras palabras, es ahora EEUU la que se está desangrando en la carrera de armamentos (con defenestrantes resultados), y no la URSS, lo que tampoco es para deprimirse si tenemos en cuenta que aguantaron casi 30 años más.

    ¿Que qué hubiera pasado si EEUU hubiese lanzado un satélite en 1952? Que la URSS lo hubiera hecho en 1953, todo el mundo lo hubiera hecho antes y hubiéramos llegado antes a la Luna, y dado que el sistema estaba a cañón (lo estuvo hasta los años 70), probablemente la exploración del espacio hubiera dado un avance más rápido y profundo y se hubiera consolidado más.

    1. «(…) no necesitas tirar el dinero ni en sulmarinos (…)»: los submarinos son de gran importancia estratégica, sumamente necesarios, pues permiten lanzar misiles desde posiciones desconocidas. Los ICBM tienen trayectorias previsibles en su etapa suborbital y tecnología de futuro muy cercano **podría** dar cuenta de ellos antes del reingreso donde normalmente se dispersan sus sub-cabezas (MIRV). Los misiles crucero furtivos, no dependientes de GPS, (inmunes al jamming) con sistemas de reconocimiento de terreno (que ya habia en los 90 pero con 25 años de perfeccionamiento) y vuelo rasante, acercados por bombardeos que pegan la vuelta antes de estar al alcance de las contramedidas, es lo mas eficaz en este momento. Y sobre Rusia, bueno, que se puede decir de una economia inferior a la italiana. Pueden ser un problema pero nada que no pueda superarse.

      1. Le contesto.por mera educación: no valen para nada. Son perfectamente localizables y rastreables, salvo.los hispanistanos que bajan y nunca vuelven a subir (y valen 100 veces uno ruso), en cuanto a parar un ICBM, pruebe a vender esa mercancía en el Pentágono, posiblemente se la compren.

        1. Los submarinos son bastante dificiles de localizar por eso se fabrican y se ponen en servicio,ademas del dinero que se tiene que gastar el enemigo en disponer de una flota para localizarlos y neutralizarlos,respecto al submarino Español esas cosas ocurren con los prototipos por eso son prototipos, que se lo pregunten al Charles de Gualle con las helices hasta que los problemas de cavitacion fueron subsanados y asi en infinidad de buques de todas las nacionalidades.
          De todas formas creo que usted podria perfectamente dar unas charlas en Annapolis sobre estrategia y guerra naval a los pobres marinos para que aprendiesen en verdad de que va esto de manos de un experto como usted.
          Saludos

          1. «Bastante difíciles de localizar» = localizables. Es curioso ver el mundo al revés. Los submarinos precisamente sólo le interesan a Rusia en tanto en cuanto permiten amenazar territorio americano, **con misiles convencionales**, aparte los nucleares. El territorio de Rusia o EEUU difícilmente se moverá del sitio. Para el juego nuclear es imprescindible saber dónde están, y no se preocupe usted que lo saben perfectamente. Otra cosa es que paisitos de garrulos como Turquía tengan ínfulas imperiales y se les pueda poner un bicho de estos para que vayan calibrando si la OTAN va a defender sus chanchullos, pero no es de estas paletadas de las que estamos hablando.
            No es Irán ni Corea del Norte los que invierten a carreras en submarinos, y sí en vectores orbitales.

          2. No entiendes FRN, los rusos fabrican submarinos porque les gusta ser localizados. También gastan millones en tecnología furtiva que según dicen ellos no sirve para nada. Ahora fuera de broma: no es que la tecnología X sirva a todos los bandos: solo sirve si es rusa.

  3. Siempre he tenido la impresión de que la Administración Eisenhower retardó todo lo que pudo el «salto inevitable» hacia la órbita de la tecnología aeroespacial estadounidense porque no querían abrir la caja de Pandora de las consecuencias estratégicas, políticas y jurídicas que acarrearía. Recordemos, por ejemplo, que antes del Sputnik un objeto en órbita estaba en un limbo de derecho internacional porque, técnicamente, la órbita le hace violar el espacio aéreo de todos los países que sobrevuela.

    Analicemos la situación estratégica tal y como Washington podría verla en los 1950: creían tener superioridad ante los rusos en bombarderos estratégicos (era cierto, aunque se lo ocultaban a la opinión pública por motivos políticos), tenían superioridad naval (abrumadora), superioridad en aviones de recocimiento (cierto), en bases aéreas destacadas cerca del enemigo (cierto) y creían tener superioridad en misiles (grave error, pero los soviets tenían muy bien escondidos a Korolev &co.). ¿Para qué introducir un cambio brutal de paradigma con los vuelos orbitales? Aunque los soviets hubieran estado detrás en misiles, ante un claro paso adelante de los EE.UU. en ese aspecto hubieran luchado por ponerse a la par. Con el programa de bombas nucleares ya habían demostrado que podían hacerlo.

    De hecho, en una de las primeras pruebas del misil Jupiter (creo recordar), antes del primer Sputnik, Von Braun recibió la visita de un inspector del Pentágono con la misión de asegurarse de que la etapa superior del cohete estuviera convenientemente lastrada con arena a fin de que no pudiera entrar en órbita. O eso contaba él, y lo veo muy creíble.

    (Saludos, buen blog y feliz 2016)

  4. Ola, fantástico artículo de «arqueología coheteril». Llama la atención esa denominación familiar hasta el bebé…Para los que no sabemos nada de cohetes es una forma muy gráfica de entender el proceso. Visto desde fuera siempre es igual hoy en día: cohete enorme despega de forma espectacular y va soltando las etapas hasta que queda la realmente importante que completará la misión, del monstruo que despega hasta el final hay una total metamorfosis que nos deja con la boca abierta…Y no solo a los aficionados o entendidos

    Con respecto a la derrota final de los innombrables, siempre llama la atención esa doble moral de las potencias occidentales aliadas. El trato casi cuidadoso con los jerarcas del régimen, permitiendo que alguno escapara de la horca gracias al cianuro o la farsa mediática de Nüremberg con penas irriosorias para algunos de ellos. Tenía más sentido, en mi opinión, la propuesta de la férrea Unión Soviética: ejecución inmediata (pero inmediata) para todos vía AK 47 y desparición de la basura resultante…

    1. Santi, la pena de muerte sólo la usan para cerrar bocas, como la Mafia, y en el sistema penal americano para colgarle un marrón a un inocente y cerrarle el pico Los muertos ya no hablan más. Stalin quería venganza porque tenía una vena paranoide, los otros eran directamente psicópatas. Pero el juicio de Nürnberg fue una burla a la humanidad total: los responsables de destruir medio hemisferio terrestre y asesinar a 50 millones de personas cabían en un salón. Qué fenómenos. Hizo más por desatar la II Guerra Mundial Henry Ford por decir a cualquiera que todo el NSDAP, y no estoy diciendo una boutade (como que tenía una foto del Führer dedicada).
      Y mejor aún el numerito con los japoneses, lo mejor de todo los que no.volvieron a Japón, se quedaron por ahí, algunos hasta a Ho Chi Minh, y luego se.volvieron como si nada.
      Mucha propaganda americana de mierda.

      1. Se le olvida que la segunda Guerra mundial la montaron Hitler y Stalin con el asalto a Polonia en 9/1939,
        Creo que para las perdidas de memoria selectiva el Ceregumil fosforo Senior le vendría como anillo al dedo.

        1. Creo que memoria de mosquito y selectiva la suya, y previos al pacto germano soviético estaban los germano occidentales y hasta Polonia tenía su pacto de no agresión con los nazis. En aquel momento todo el mundo sabía donde estaba todo el mundo, y lo que les encantaría a franceses y británicos es lo que pasó después en 1941. Por algo el vuelode Heß sigue clasificado y lo seguirá hasta que usted sea pasto de gusanos, eso si no acaba como toda la documentación del.gobierno polaco custodiada por lo británcos que ya sabe que, por este orden, se perdió y se quemó.
          Y ya sabe que los polacos, precisamente, descifraban la Enigma alemana (Rejewski), así que sabían perfectamente con muchos meses de adelanto lo que iba a pasar. Si uno prefiere ser invadido por los nazis a ser aliado de los sóviets, con su pan se lo coma. Sus amiguitos británicos los acabaron dejando tirados, como siempre. Y es que cada día que amanece, ya sabe el número de quienes crece.

      2. Stewie: entendido tu razonamiento. No comparto lo que dices de la pena de muerte en el caso concreto de los innombrables, innombrables si, pero con nombres y apellidos: el suspirito de Speer cuando escuchó su sentencia; el caso de Hess que triunfó con su táctica de hacerse el loco o Karl Dönitz, jefe de los U boots que cursó la orden a «sus lobos» de no rescatar náufragos es una burla (hay quien pasó más tiempo en la carcel por robar coches), no te oculto que la solución soviética me resulta más atractiva. Estos cerdos murieron en la cama y R. Hess fue incluso aclamado por los neo innombrables años despues, todo esto se habría evitado si hubieran caido en manos soviéticas en primera instancia. Tampoco comparto tu concepto sobre Stalin pero no quiero entrar en más profundidades.

        En el resto concuerdo totalmente. Leo siempre con fruición tus intervenciones por enriquecedoras. Te considero un tipo bien informado (y formado).

        Forte aperta!

        1. Santi, por decir cualquier cosa los bombardeos terroristas de los britanoamericanos (ellos mismos los llamaban así) no tienen nada que envidiar a ninguna burrada nazi, lo mismo que Bletchley Park descifraba TODO de los nazis y no movieron un puto dedo, nada, por aliviar las barbaridades nazis, ni nudos de ferrocarriles ni las fábricas de Zyklon B, nj desenmascararon los campos, nada. Heß hizo un pacto con ellos, por eso negociaban en Suíza desde finales del 44 sólo con britanoamericanos, pero no les ayudaron porque sabían que en ese caso el Ejército Rojo los.echaba a todos al mar sin más hostias.
          El propio Speer cuenta en sus memorias dos detalles palmarios, que en ningún momento durante la guerra Alemania ni siquiera llegó a los niveles de producción de 1914-1918 y que en algún momento de 1943, los bombardeos britanoamericanos estuvieron a punto de colapsar por completo la producción de carros de combate, como es obvio los objetivos cambiaron bruscamente a bombardeos civiles y la producción pudo restablecerse.
          Toda esa gentuza hubiera estado mejor viva, y pasados los años, que rajaran mucho de lo que sabían. En ese aspecto Stalin fue muy tonto.

  5. De nuevo, interesantísima entrega Daniel. Leí esto y no pude evitar imaginarme cómo países como el mío, Argentina, emprendieron desde cero el desafío de crear un vector para poner satélites en órbita (en el caso de Argentina no se logró… aún, por poco (cohetes Castor, Cóndor y los demostradores tecnológicos del Tronador II. Con suerte para Marzo del año que viene lanzarán el VEX-5A)); sería GENIAL si pudieras repasar la historia del programa espacial o los principales proyectos espaciales de los países latinoamericanos, al menos de los más avanzados en materia aeroespacial, como es el caso de Brasil y Argentina.

    Saludos desde Mendoza, Argentina. Muchas felicidades y un próspero 2016 🙂

  6. No sabia esto. No se requiere demasiada automatización para entrar en órbita, solo lo justo, lo demás lo hacen los cálculos… si cuadran.

    En cuanto un mundo donde EEUU pusiera primero un satélite en 1952… la crisis del Sputnik fue lo que impulso la respuesta de EEUU a los soviéticos. ¿Hubiera existido una «crisis del Explorer» del lado soviético? un ejercicio de historia alternativa que nadie se toma el tiempo de escribir.

    [Lastima que los comentarios de algunos fetichistas políticos estén embasurando los comentarios.]

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Por Daniel Marín, publicado el 30 diciembre, 2015
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