Las primeras víctimas mortales del transbordador Columbia

Por Daniel Marín, el 7 mayo, 2015. Categoría(s): Astronáutica • NASA • Shuttle ✎ 18

A primeras horas de la mañana del 19 marzo 1981 los astronautas John Young y Robert Crippen se introdujeron en la espaciosa cabina del Columbia, el primer transbordador espacial de la historia, para llevar a cabo un ensayo de la cuenta atrás de cara a su primer lanzamiento, planeado para el 5 de abril. Concluido el ensayo, los astronautas abandonaron la nave. Ahora le tocaba a los numerosos técnicos volver a su trabajo en varios puntos de la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy.

El Columbia antes de su vuelo inaugural en 1981 (NASA).
El Columbia antes de su vuelo inaugural en 1981 (NASA).

Una hora después de que Young y Crippen se marchasen, tres técnicos de la empresa Rockwell -contratista principal del orbitador- se dirigieron a la parte trasera del Columbia. En esta zona, que ese día correspondía a la parte inferior de la nave al estar ésta en posición vertical lista para el lanzamiento, se encuentra un espacioso compartimento que alojaba los tres motores principales del transbordador, los SSME (Space Shuttle Main Engines), y las distintas conducciones que transportaban el hidrógeno y oxígeno líquidos con el tanque externo (ET).

Parte trasera del transbordador donde se aprecia la puerta de acceso al compartimento de los SSME (NASA).
Parte trasera del transbordador donde se aprecia la puerta de acceso al compartimento de los SSME (NASA).
Plataforma usada por los técnicos para acceder al compartimento (NASA).
Plataforma usada por los técnicos para acceder al compartimento (NASA).

John Bjornstad, Forrest Cole y William Wolford se introdujeron por un panel especial, denominado puerta 50-1, y entraron en el compartimento para inspeccionarlo (ese día el panel había sido sustituido por una simple cortina para permitir un acceso más sencillo). Inexplicablemente, uno a uno se derrumbaron de forma repentina. Primero cayó Bjornstad, seguido por Cole y luego Wolford. Otro técnico, Jimmy Harper, se dio cuenta de los hombres inconscientes y acudió en su ayuda, pero también se desmayó justo en la puerta. Por suerte para ellos, otras tres personas, Nick Mullon, Robert Tucker y Don Corbitt también se percataron del desastre. Mullon pudo sacar a Wolford y a Bjornstad del interior, ayudado por Corbitt y Tucker (este último se había puesto un equipo de respiración autónomo). Justo en esos momentos, Harper se despertó y avisó de que podía haber una fuga de hidracina o amoniaco. Poco después, Mullon también se desmayó.

Posición de los técnicos desmayados en el interior del compartimento del Columbia (NASA).
Posición de los técnicos desmayados en el interior del compartimento del Columbia (NASA).

El encargado de la rampa se enteró de la posible fuga de hidracina y activó la alarma en las instalaciones y se prestó a enviar ayuda a la rampa. La hidracina es una de las mayores pesadillas para cualquier trabajador relacionado con el programa espacial tripulado. Venenoso y cancerígeno, es uno de los combustibles más peligrosos usados en la industria aeroespacial. Desgraciadamente, una de las ambulancias fue retenida por el personal de seguridad durante más de tres minutos en la puerta de acceso de la rampa al carecer de equipos de seguridad para lidiar con una fuga de amoniaco o hidracina.

Finalmente, el personal de rescate acudió a la rampa y pudo sacar al último técnico que permanecía en el interior del compartimento, Forrest Cole. Poco después, todos los afectados, Bjornstad, Cole, Mullon, Harper y Wolford, fueron trasladados a un hospital. Lamentablemente, John Bjornstad murió tres horas después, mientras que Forrest Cole fallecería el 1 de abril después de permanecer 13 días en coma. Nick Mullon, que había salvado de una muerte segura a Harper y a Wolford, también fallecería en 1995 por culpa de trastornos de salud derivados del accidente, motivo por el cual no se le suele tener en cuenta en muchos relatos del suceso.

De izquierda a derecha, Bjornstad, Mullon y Cole en el compartimento trasero del Columbia, el lugar donde encontraron la muerte (
De izquierda a derecha, Bjornstad, Mullon y Cole en el compartimento trasero del Columbia, el lugar donde encontraron la muerte (http://www.baen.com/columbia.asp).

Bjornstad, Cole y Mullon se convirtieron de esta forma en las primeras víctimas mortales del programa del transbordador espacial. Ningún técnico o astronauta de la NASA había muerto en la rampa de lanzamiento desde el incendio del Apolo 1 el 27 de enero de 1967, en el que murieron asfixiados los astronautas Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee. Pero, ¿qué los había matado? Aunque las primeras sospechas se centraban en la peligrosa hidracina (usada en los motores de maniobra del shuttle), pronto se comprobó que los técnicos habían muerto por hipoxia, es decir, por falta de oxígeno. A raíz del Apolo 1, la NASA era especialmente sensible a todo lo que tuviera que ver con fuegos en naves espaciales, así que el compartimento trasero del transbordador se llenaba con nitrógeno gaseoso justo antes del despegue.

Este procedimiento, utilizado en otros lanzadores, permitía purgar el oxígeno del entorno que rodeaba a los motores, reduciendo significativamente el riesgo de incendio. En el caso del transbordador la inyección de nitrógeno era especialmente necesaria teniendo en cuenta que los SSME se encendían tres segundos antes de los motores aceleradores de combustible sólido (SRB). Si la cuenta atrás de cancelaba antes de la ignición de los SRB, pero después del encendido de los SSME -algo que sucedió en muchas misiones del transbordador-, la rampa podía quedar rodeada de grandes cantidades de oxígeno e hidrógeno gaseosos. Huelga decir que el riesgo de incendio o explosión sería enorme si esto sucedía, de ahí el interés de la NASA en usar nitrógeno.

Desgraciadamente para los técnicos, el nitrógeno no causa ninguna señal de alarma fisiológica. Nuestro cuerpo está diseñado para reaccionar ante un exceso de dióxido de carbono o en caso de que no podamos respirar normalmente. Sin embargo, el nitrógeno no es tóxico -al fin y al cabo constituye la mayor parte de la atmósfera terrestre y lo estamos respirando continuamente- y ante un exceso de este gas la persona afectada simplemente se desmaya sin previo aviso. En teoría el compartimento trasero del Columbia debía haber sido rellenado con aire normal después de la prueba, pero por un cambio de última hora ese fatídico día los procedimientos se cambiaron sin que lo supiesen los técnicos. Como resultado, el compartimento trasero estaba repleto de nitrógeno cuando llegaron a la base del Columbia. Los encargados de la misión habían decidido aumentar la cantidad de nitrógeno ante una posible fuga que detectaron durante una prueba de los SSME el pasado febrero.

Cartel de seguridad avisando de la presencia de nitrógeno en algunos compartimentos del shuttle tras el accidente (NASA).
Cartel de seguridad avisando de la presencia de nitrógeno en algunos compartimentos del shuttle tras el accidente (NASA).

El Columbia despegaría finalmente el 12 de abril de 1981 para llevar a cabo su primera misión, la STS-1. 22 años después, el transbordador se desintegraría durante la reentrada atmosférica el 1 de febrero de 2003, matando a sus siete tripulantes. Pero, como vemos, no eran sus primeras víctimas. Los nombres de Bjornstad, Cole y Mullon no son tan famosos como los astronautas de la misión STS-107, pero sin duda merecen ser recordados.

Referencias:



18 Comentarios

  1. Una pena, DEP
    Es un accidente muy común en la industria petrolera, existen protocolos para ello, según el nivel de peligrosidad. Siempre llevar un detector de gases portátil unipersonal, del tamaño de un walkman colgado del cuello (200 €), preparado para atmosferas explosivas.
    Marcar la zona con banderas antes de entrar, seguir el protocolo de ventilar aire a presión, medir, bloquear sistemas para evitar inyección accidental, introducirse sin o con respirador de emergencia, equipo de rescate y seguridad en el exterior con respiradores autónomos, equipo de reanimación en el exterior
    Todo esto fallo, debería haber estado preparado. Estos accidentes en tanques, petroleros, etc son muy comunes y siempre es por fallo de protocolo y medidas de seguridad
    Saludos

  2. No tenía ni idea de esta tragedia, yo pensé que todo había ido bien al ver las caras de los astronautas preparándose para el vuelo y los ingenieros con caras de satisfacción. Por cierto se hizo algún homenaje a los fallecidos durante el vuelo?
    Respecto a otra noticia que ha salido me gustaría saber si es verdad lo de la misión a misión por un país musulmán y con que cohete despegará.
    Saludos jorge m.G.

  3. Me hicistes recordar, Daniel Marin, un incidente similar que ocurrio en los años 90 en Kourou, Guyana Francesa. Unos tecnicos en tierra murieron intoxicados por gases provenientes de un cohete Ariane(4 ó 5). ¿Podrías chequear en tus archivos?

  4. Yo tampoco conocía éste hecho…Me imagino que este accidente fué lo que retrasó el lanzamiento hasta el 12 de abril…Siempre había sospechado que los americanos habían elegido estrenar su flamante nueva lanzadera justo el 12 de abril de justo 20 años después, no muy casualmente, sino como bofetón de Reagan a la URSS XD

  5. No lo conocía, y no me lo puedo creer. Esto es de una negligencia criminal. Cualquier empresa química en los mismos EEUU tiene unas normativas de seguridad asfixiantes en cualquier entorno que se pueda diseñar con peligro y ante la menor carencia o imprevisión, se follan al responsable (o cabeza de turco) vivo y después muerto. No me extraña que no le dieran la menor publicidad al evento. No sé muy bien qué tipo de exenciones federales tiene la NASA como agencia ídem, pero si son como las que tiene el Pentágono… no, imposible que sean porque tendrían una funeraria rebosante de beneficios.

    Efectivamente, sabe Dios la de muertos dentro del armario que hay en todas partes, aquí y allá.

    Y no, la verdad es que no hay muertos gloriosos, y menos estos. No tiene por qué haberlos. No benefician a nada ni a nadie. No deberían haber muerto. Habrá muchos que se hayan pasado el resto de sus vidas con una losa en su conciencia y habrá otros que esto es lo que hay. Tiene que haber de todo, claro.

    1. Que tu no conocieras esta historia hasta que la leíste aquí no significa que estos muertos estuvieran en el armario de nadie ni que no le dieran publicidad.

      De hecho, sin quitarle el innegable interés histórico de las estupendas entradas que nos trae Daniel, esta triste historia salió en los periódicos. Te recuerdo que hablamos de la prensa en USA, no en la antigua URSS. Y vamos, que ha habido más accidentes mortales de trabajadores relacionados con el shuttle y todos han sido noticia… Por otra parte, la OSHA es extremadamente prestigiosa en el mundillo de la seguridad y salud y seguro que analizó el tema en profundidad.

      Te garantizo que si hubo negligencia de alguien, lo empuraron. Pero, como muy bien explica Daniel, el problema (al margen de la exposición peligrosa sin señalizar en el espacio confinado) fue , en mi humilde opinión, procedimientos de trabajo (muy) defectuosos, extremadamente peligrosos, con la ubicación de los equipos de protección individuales muy mal ubicados. Quizás no fuera posible identificar correctamente una conducta criminal de alguien más allá de la incompetencia.

      Una cosa está clara: Nadie debería jugarse la vida en su puesto de trabajo. Ni en la industria espacial ni en ninguna. Pero por desgracia, algo me dice que cosas así seguirán ocurriendo. Espero que al menos la experiencia de este accidente haga que ocurra menos veces…

      Saludos.

      1. Haga una encuesta, porque lo que yo sepa o deje de saber es irrelevante. Pruebe a buscarla en la literatura de la época, e incluso en la actual especializada.

        No empuraron a nadie porque no hay nadie a quien empurar, igual que no empuraron a nadie cuando reventó el tanque principal o se desintegró en una reentrada. Mire, las cosas lo que requieren es prevención, a toro pasado a los muertos no los resucita nadie, ¿verdad? Y esto es independiente de si estamos en el régimen augústeo, mandarín, estalinista u otánico.

        Además, no acabo de entender adónde quiere llegar ni qué me quiere decir, más allá de que parece molestarle sobremanera la frase «muertos en el armario». Cámbiela si le molesta, las cosas son como son, puede usted tener una perspectiva cultural tan limitada como desee, para que se me entienda, puede usted hablar de las guerras de religión del siglo XVI con la perspectiva de sus contemporáneos o desde la actual, que si tal pilla un poco de distancia de unos conceptos que para nosotros no tienen ni pies ni cabeza.

        Eso sí, los muertos son los mismos en todas las épocas.

  6. Debemos recordar que estamos hablando de principio de los 80 en donde la seguridad laboral era un mito para llenar huecos buroctaticos, lamentablemente tuvo que morir mucha gente para que se tomara conciencia de lo que estaba pasando en muchas empresas del mundo, pasaron muchas años hasta que la multinacional DUPONT tomara el reto de crear un sin numero de protocolos, como por ejemplo el permiso para trabajos en espacios confinados

  7. interein me pregunto si esta fue la causa por la que los soviéticos eligieron usar queroseno para el sistema de maniobras orbital de transbordador buran ?

  8. Es doloroso el precio que la humanidad a tenido que pagar para . poder lograr el sueño de conquistar el espacio . Yo doy grasias a todos los que con su vida ha hecho posible este sueño. Grasias

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Por Daniel Marín, publicado el 7 mayo, 2015
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