Mundos superhabitables

Por Daniel Marín, el 19 enero, 2014. Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas • General • Sondasespaciales ✎ 37

¿Qué mundos pueden albergar vida? Para responder a esta pregunta se creó hace décadas la definición de zona habitable (ZH), esa región mágica alrededor de una estrella donde puede existir agua líquida sobre la superficie de un planeta rocoso que reúna las condiciones adecuadas. Esta definición se enfrenta a varios problemas. El más importante es el gran número de parámetros -velocidad de rotación, inclinación del eje, composición atmosférica, etc.- que pueden hacer de cualquier mundo un erial aún estando en la zona habitable. El segundo es que la propia definición de zona habitable es flexible y, de hecho, el año pasado se introdujo una nueva que ha obligado a revisar todos los estudios sobre planetas habitables. Pero el talón de Aquiles de la definición de zona habitable radica en que sabemos de la existencia de otros mundos que podrían ser aptos para la vida, y eso pese a estar situados claramente fuera de la esta zona. Son los mundos superhabitables.

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Una exoluna habitable alrededor de un gigante gaseoso (René Heller).

La definición de mundo superhabitable ha sido acuñada por René Heller y John Armstrong en un reciente trabajo publicado en Astrobiology. Lo de ‘súper’ hace referencia a que estos mundos podrían ser más habitables que los planetas situados en la ZH tradicional, también denominada ‘ZH estelar’. Es decir, ofrecerían un refugio para la vida durante más tiempo y para un mayor rango de parámetros que los mundos habitables ‘de toda la vida’. Naturalmente, huelga decir que habitable hace referencia a un mundo que podría albergar vida tal y como la conocemos y en ningún caso significa necesariamente habitado.

Heller y Armstrong han dividido los mundos rocosos potencialmente habitables en los siguientes grupos:

  • Venus de insolación: un mundo situado en la zona habitable que termina adquiriendo una elevada temperatura superficial por culpa de su cercanía a su estrella, como nuestro Venus.
  • Venus de marea: un planeta situado en la zona habitable que ha sufrido un efecto invernadero descontrolado por culpa del calor interno creado por las fuerzas de marea derivadas de una órbita excéntrica.
  • Venus de marea y de insolación: planetas que han pasado por un efecto invernadero descontrolado por una combinación de ambos efectos.
  • Súper-Ío: un mundo rocoso de tamaño terrestre sometido a un gran flujo de calor interno por culpa de las fuerzas de marea. Vamos, una versión en grande de Ío, la luna de Júpiter.
  • Súper-Europa: un planeta rocoso con un océano global situado bajo una corteza superficial de hielo y que goza de un flujo de calor interno por fuerzas de marea, pero menos intenso que en el caso de un Super-Ío.
  • Gemelo de la Tierra: también conocido como exotierra. Es decir, un mundo como el nuestro. Un planeta rocoso situado en la zona habitable que puede albergar agua líquida de forma estable en la superficie.
  • Tierra de marea: un mundo con un flujo de calor interno generado por las fuerzas de marea -al tener una órbita excéntrica- que le permite estar situado en la parte externa de la ZH y aún así permanecer habitable.
  • Tierra bola de nieve: una Tierra situada más lejos de la ZH totalmente congelada y cubierta de hielo de agua y de dióxido de carbono.
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Mundos rocosos (1,5 masas terrestres) que pueden existir en la zona habitable de una estrella enana roja (Heller et al.).

Las Tierras de marea, Súper-Íos, Súper-Europas y -obviamente- Gemelos de la Tierra podrían ser todos ellos mundos habitables, especialmente si orbitan alrededor de una estrella más pequeña y rojiza que el Sol (tipos espectrales K y M), ya que en este caso la ZH está más cerca de la estrella y cualquier excentricidad orbital genera un mayor calentamiento de marea. Esta clasificación es una mejora de la clasificación introducida por Heller hace unos años para exolunas, pero en este caso lo interesante es que estos mundos no necesitan orbitar un planeta para ser habitables -como Europa alrededor de Júpiter-, sino que la habitabilidad surge del calor de las fuerzas de marea que se dan al girar muy cerca de su estrella y/o con una elevada excentricidad.

El calor de los efectos de marea creados por una órbita muy elíptica pueden provocar que un mundo en la ZH sufra un efecto invernadero descontrolado y se transforme en un gemelo de nuestro Venus poco después de la formación del sistema. Las órbitas de estos planetas podrían terminar por circularizarse con el tiempo, pero ya sería demasiado tarde. Al contrario, las Súper-Europas y los Súper-Íos serían capaces de permanecer habitables fuera de la ZH estelar, siempre y cuando su órbita no se hiciese circular.

Si de lo que hablamos es de exolunas habitables, por definición la mayoría podrían ser superhabitables, como Europa. En este caso, la distancia a la ZH estelar puede aumentar enormemente. La habitabilidad de una exoluna de tipo Súper-Europa, Súper-Ío o Tierra de marea dependerá del flujo de calor producido por fuerzas de marea -que será mayor cuanto menor sea la órbita y cuanto más grandes sean la masa del planeta y/o la luna- y del flujo de calor de la estrella. Una exoluna que esté situada demasiado cerca de su planeta podría ser inhabitable por culpa de un exceso de calor interno, mientras que si está demasiado lejos también sería inhabitable al ser las fuerzas de marea muy débiles. Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuanto más cerca esté un planeta de su estrella, la distancia máxima a la que una exoluna puede orbitar de forma estable se reduce significativamente.

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Zona habitable de las exolunas teniendo en cuenta el calentamiento de marea y el flujo estelar. En este caso, para una luna de masa terrestre alrededor de un planeta como Júpiter. (Heller et al.).

Teniendo en cuenta la existencia de estos mundos superhabitables, ¿es la Tierra el mejor lugar para la vida? No necesariamente, al menos desde el punto de vista de la vida microbiana. Desde hace tiempo se cree que las supertierras, mundos rocosos con dos o tres veces la masa de nuestro planeta, pueden ser superhabitables -o sea, más habitables que la Tierra- al poseer una tectónica de placas más duradera, un ciclo de carbono-silicatos que se prolonga más en el tiempo -y que constituye un excelente termostato natural-, un campo magnético más intenso, un campo gravitatorio más fuerte que les permite retener una atmósfera más gruesa y una superficie con menos relieve y, por lo tanto, océanos menos profundos.

En cuanto al tipo de estrella, parece que la vida prefiere las estrellas de tipo K, ligeramente más pequeñas y frías que nuestro Sol. Estas estrellas viven mucho más tiempo, un factor que obviamente es una ventaja para la vida, y además presentan zonas habitables estelares que se hallan más cerca de las mismas, por lo que los planetas superhabitables podrían ser más frecuentes gracias a un mayor calentamiento de marea. Las estrellas enanas rojas (de tipo M), más pequeñas y abundantes que las de tipo K, quizás no sean el mejor lugar para la vida debido a la enorme proximidad de la zona habitable, que genera acoplamientos de marea -mundos que muestran siempre la misma cara a su estrella- y sólo permite la existencia de exolunas que orbiten muy cerca de sus planetas.

Es muy probable que la mayor parte de las hipotéticas formas de vida que deben poblar nuestra Galaxia tengan su hogar en mundos superhabitables en vez de exotierras, un concepto que significaría un verdadero cambio de paradigma en los modelos que explican la aparición de la vida en el Universo.

Referencias:



37 Comentarios

  1. La notable ilustración despierta remembranzas de Avatar, o de la base rebelde amenazada por la Estrella de la Muerte hacia el final de Star Wars IV («usa la Fuerza, Luke»).

    Pero… ¿y qué pasa con la radiación ionizante en torno a los gigantes gaseosos tipo Júpiter o incluso más grandes? ¿No es una severa limitación para «la vida tal y como la conocemos»? ¿O acaso la monstruosa magnetósfera de Júpiter es una peculiaridad única?

    No quisiera ser aguafiestas, pero aquí va un extracto del siguiente link:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Magnetosfera_de_J%C3%BApiter

    «(…) Calisto es el único satélite jupiteriano en el que la exploración humana es posible. Los niveles de radiación ionizante en Ío, Europa o Ganímedes son demasiado altas para los humanos y la protección adecuada para estos lugares todavía no existe.»

    1. En el caso de las lunas existe lo que se llama el acoplamiento de marea que obliga las obliga a presentar siempre la misma cara hacia el planeta. Esto puede significar que la parte oculta esté libre de esa radiación.
      También podemos pensar que la capa de hielo que cubre Europa reduzca los riesgos en el mar interior.
      Una característica de este tipo de sistemas es que el inmenso campo magnético del planeta protege las lunas de la dañina radiación del Sol y cósmica.

    2. Sí, pero un mundo más grande que Europa tendría también un campo magnético propio que le protegería de la intensa radiación. Por otro lado, la mayor parte de la radiación de la parte interior del sistema joviano es debida a las partículas emitidas por los volcanes de Ío, una particularidad que no tiene por qué repetirse en otros sistemas.

      1. Pero es que, justamente, el vulcanismo de Io se debe a las mareas que le provoca Júpiter. ¿Es un fenómeno TAN atípico? La gravedad de los gigantes gaseosos propicia un nutrido cortejo de lunas. Por lo tanto, las probabilidades de que un exo Júpiter tenga un exo Io no han de ser nada remotas.

        En el caso concreto de Europa, se supone que cuenta con un «escudo antirradiación» de 30 km de hielo. Por otra parte, aquí en la Tierra se han descubierto microorganismos viviendo plácidamente en el agua calentita de algunos reactores nucleares. Vida es vida. Pero yo no le aconsejaría a nadie un chapuzón en semejantes aguas termales.

        En el caso de una exo Tierra orbitando un exo Júpiter, es muy posible que su magnetósfera la proteja de la radiación del primario. ¡Las auroras serían espectaculares! El problema es cómo aterrizar o salir de allí sin fritarnos «a la Chernóbil» por el camino.

        ¿Alguien recuerda la caminata espacial sobrevolando Io en la película 2010? Es una de las escenas más bellas e impactantes que he visto. Lástima que, en la realidad, sería recomendable que los astronautas firmaran sus testamentos antes de emprender ese paseo.

        1. Si la orbita de Io fuese mas circular su fuerza de marea sería inferior, y sería una bola helada como otros tantos satélites. No tiene por que ser un caso típico

        2. Bueno, Saturno es otro gigante gaseoso, casi tan grande como Júpiter y con su magnetosfera… y no tiene a ningún Ío alimentando de plasma sus campos magnéticos. De hecho, el único satélite de gran tamaño es Titán, y no emite plasma. Así que es muy posible que otros jovianos o superjovianos no tengan Íos… o que tengan varios. De todos modos, un mundo como la Tierra, con su propio campo magnético y una atmósfera relativamente densa, es completamente inmune a los cinturones radiactivos de Júpiter y a todo ese plasma, así que es perfectamente factible la existencia de lunas tan habitables como la tierra alrededor de jovianos.

          De hecho, yo creo que es más fácil encontrar mundos habitables alrededor de jovianos, que en posiciones de Zona de Habitabilidad como la Tierra, pues el sistema de satélites de un joviano puede dotar a la luna de características que por sí misma a lo mejor no tiene. Si un joviano no tiene toroides como los de Ío, un planeta como la Tierra sin campo magnético podría ser habitable, protegido por la magnetosfera del joviano, aunque estuviese lejos de la ZH. La fuerza de marea, la radiación térmica del joviano, el albedo de éste y la luz solar bastarían para mantener una Tierra fría como la de las eras glaciales, pero rebosante de vida.

      2. Una preguna un poco fantasiosa. Si pseudoterraformasemos Io, solo para darle cierta atmosfera( de composicion la que sea), la aportacion de Io a esa radiacion se veria reducida por esta?

        1. No. El problema con Io es su baja gravedad. No puede retener las partículas que eyectan sus volcanes y fumarolas. Sobra decir que tampoco puede retener una atmósfera apreciable.

          1. No sobra. Hay una gran diferencia entre decir que una luna pueda retener o no una atmosfera o cuanto tiempo tarda en perderla.

            porque tu dices que no puede retenerla, pero en cuanto tiempo la perderia, un dia, un mes, un siglo, 10.000 años?

            Si Io tardase 10.000 años en perder la atomorfera a efectos practicos para nosotros en como si la retuviese

          2. De acuerdo, intentaré ser más específico:

            El diámetro (3.643 km) y la gravedad (1,81 m/s2) de Io son casi iguales al diámetro (3.476 km) y la gravedad (1,62 m/s2) de nuestra Luna.

            Nuestra Luna tiene atmósfera, pero es casi vacío. A efectos prácticos se dice que no tiene y listo.

            Casi con seguridad Io tiene una fina atmósfera, básicamente dióxido de azufre derivado de su vulcanismo. A efectos prácticos, el término «fina atmósfera» significa (¿lo adivinas?) «casi vacío».

            No sé cuanto tiempo demoraría Io en perder una atmósfera «apreciable» (comparable a la de Marte, por ejemplo). Pero sí sé que actualmente la pierde al mismo ritmo que la genera.

            Cuesta imaginar un mecanismo de generación atmosférica más rápido que el vulcanismo. Y resulta que Io es el cuerpo con el vulcanismo por lejos más activo del sistema solar. Pese a lo cual, su «atmósfera» es casi vacío.

            ¿Responde eso a tu pregunta?

  2. Una entrada fascinante, como todas las de tu blog.

    Estos mundos superhabitables parecen muy muy interesantes.

    haciendo un poco de offtopic, haber si aprueban algún día una misión a Europa, me encantaría vivirlo… Por cierto, que hay del desgaste de las ruedas del curisity?? Se sabe algo?

        1. No esta confirmada no?

          Respondiendo a tu pregunta, tengo 21 años (o añitos, depende de como lo veas 😉 ) y ojala pueda ver esa y mas, seguro que por medio también hay otras misiones interesantes, aunque no sean al sistema exterior

          1. Si, ya está aprobada! por error puse dos veces el mismo link, pero el quise agregar era este:
            http://sci.esa.int/juice/
            El artículo de Daniel fue antes de que fuese seleccionada.
            Entonces sólo tienes que esperar a cumplir los 37 para comenzar a ver los resultados de la misión…

            Saludos!

  3. Un mundo que dependa del calentamiento por marea podría ser habitable en grandes períodos de tiempo?
    La exentricidad en la órbita sería suficientemente estable como para permitir el desarrollo de organismos complejos o con el tiempo se circulizaría arruinado el proceso??

    Gracias, saludos.

  4. Daniel, permitime felicitarte por esta excelente entrada. Tu blog es excelente, lo sigo desde hace tres o cuatro años, y es ciertamente la mejor manera que tenemos los que somos ajenos a la Física o la Astronomía de conocer algo más de nuestro universo.

    Te hago una consulta: ¿Tenés pensado postear en algún momento alguna entrada sobre colonización espacial? Es un tema que me interesa mucho, pero veo que dado el estado actual de la exploración espacial no es muy probable que lleguemos a verlo en nuestro tiempo de vida…

    ¡Saludos desde Buenos Aires!

  5. Hola Daniel,

    Dado que de las dos figuras del artículo que utilizas, la primera es para un planeta de 1,5 masas terrestres en torno a una enana roja como Gl581, y el segundo es para una luna de masa terrestre en torno a un planeta de masa joviana con una estrella de luminosidad solar, ¿tal vez habría que indicarlo en los pies de imagen para evitar confusiones?

    Y como siempre, ¡muy buena entrada! 🙂

  6. Ahora, estos mundos me los imagino como a Europa, con un Océano interior y corteza helada, calculo será dificil logren tener agua líquida en superficie sin una fuente de calor externo
    Está el caso de Io, el magma fluyendo cerca de la superficie y un montón de volcanes, pero la superficie misma está fria… con atmósferá se retendria algo, pero no se si tanto…

    Slds.

    1. Hace unos 20 años leí sobre otro proyecto similar pero que me pareció más realista. La idea era colocar en órbita no una red sino una inmensa membrana.

      La basura atravesaría la mambrana, perforándola. Esos impactos serían muy elásticos, pero suficientes para decelerar un pelín a los trozos de basura, y así eventualmente terminarían cayendo por sí mismos.

      En cambio, si lo que dice ese artículo es correcto, el proyecto japonés pretende detener en seco a los trozos de basura, acumularlos en la red, y reingresar a la atmósfera con el saco lleno.

      No sé, me parece un tanto flipadillo. Tal vez me he dejado influenciar demasiado por la ilustración «artística». Esa red colgando de un satélite…

      1. No creo que una red sea la mejor forma de detener un cuerpo que puede tener velocidades relativas increíblemente variadas.

        Para objetos grandes si vale la pena igualar su velocidad, acoplarse a ellas y deorbitarlas sacrificándose en el proceso o no. Pero para pequeños objetos creo que es mejor actuar de manera mas «quirúrgica», para esos objetos pequeños creo que lo mejor es deorbitarlos mediante láser, un poco drástico pero si no deorbitas el objeto por lo menos lo haces menos dañino reduciendo su masa.

  7. La capacidad limitante de la radiación sobre la vida se ha exagerado. El terrible accidente de Chernobil ha demostrado que la vida se adapta a altísimos niveles radioactivos. El número de muertos fue muy inferior al esperado. En sólo meses ya había ratones dentro del interior de la central. En el documental Monstruos de Río, el protagonista va a pescar al lago junto la central, con unos niveles brutales y pesca diversos peces y finalmente pilla un gran siluro. Eso si, el siluro pesaba la mitad de lo que le correspondería a su edad… pero el bicho vivía y con esa limitación se había adaptado a unos niveles de tal magnitud que antes de la tragedia, ni uno sólo de los científicos hubieran admitido como posible. Respecto al paisaje porque nos dicen que están en Chernobil, y ves el contador géiser pegando botes por los altos índices radioactivos.
    Si la evolución en 20 cochinos años ha sido capaz de esto ¿que será capaz en millones de años? La respuesta es tan obvia que ni la consigno.

    Y un ruego a la ESA. La búsqueda de vida es la máxima prioridad científica. Ante la elección este año de la nueva sonda, por favor, olvidense durante una temporada de los Júpiter calientes, de los Neptunos húmedos o los Uranos bises. Olvidense!!!!! Por favor ya que hay pocas perras, las pocas A BUSCAR LA VIDA, que esta ahí fuera esperándonos.

  8. Pregunta muy tonta , Dani…

    Hay algún estudio de zonas habitables artificiales ? Osea, hasta donde podemos hipotéticamente acercarnos o alejarnos de una estrella y mantenernos con vida solo con nuestra tecnología ?

    Iría mas por el rollo de hasta donde podemos asegurarnos la energía solar necesaria para subsistir sin acercarnos tanto que nos friamos (sea cual sea nuestro blindaje exótico)…

    1. Bueno, hay algunos estudios sobre colonización del Cinturón de Kuiper, e incluso de la Nube de Oort, usando el hielo para alimentar reactores de fusión, e ir mudándose de un cometa a otro cada pocos siglos, según se van agotando las reservas de deuterio, así hasta llegar (con suerte) hasta Alfa Centauri. Pero sabemos tan poco de la Nube de Oort… y no digamos de lo que hay más allá…

      1. Yo pensaba mas en un entorno estable, un hábitat como un cilindro de O’Neill, donde el aporte de energía vendría mayoritariamente de la estrella y no le haría falta modificar su órbita.

        1. O’neill calculo que si pusiesemos como limite el tener la misma masa en los espejos que reflejan la luz hacia el habitat igual a la de este, podriamos estar hasta 10 veces la distancia a Pluton.

          Mas alla podriamos usar iluminacion interior

      2. Pues entonces, Tojeiro, tú mismo respondes a tu pregunta.

        Si el cilindro de O’Neill que tienes en mente es una auténtica Isla Tres, o sea, si allí los vegetales terrícolas crecen exclusivamente por luz solar DIRECTA (ventanales, bóvedas o cúpulas transparentes)… e incluso suponiendo cosechas genéticamente modificadas que toleren más o menos luz solar… bueno, todo tiene su límite. Es claro que no sería conveniente que el cilindro esté más cerca del Sol que la órbita de Venus ni más lejos que la órbita de Marte.

        En cambio, lo que te propuso Antonio es mucho más interesante. Imagínate un cilindro de O’Neill sin superficies transparentes (lo cual es más práctico y SEGURO desde todo punto de vista), un ecosistema cerrado energizado por fusión nuclear. Eso te independiza de la luz solar.

        Dota a ese cilindro con propulsión iónica y muévelo a través de un medio como la nube de Oort, que permitiría reponer deuterio para el reactor de fusión y masa de reacción para la propulsión, y lo que obtienes es una nave interestelar generacional.

        Algo parecido, pero mucho más avanzado, fue lo que imaginó Arthur C. Clarke en su novela Cita con Rama. Incomparablemente más grandioso fue el Mundo Anillo que imaginó Larry Niven, basándose en la solución más simple de la Esfera de Dyson.

        Te menciono esas obras de ciencia ficción porque su lectura es altamente recomendable para cualquiera que le interese el tema, y por tu pregunta parece que no lo has hecho. A nivel «ciencia» son bastante verosímiles (para la fecha en que fueron escritas) y a nivel «ficción» son historias estupendas.

        Ahh, y en la novela Tras el Incierto Horizonte (segunda de la serie Pórtico) de Frederik Pohl, el autor te transporta al escenario que comentó Antonio: enormes estaciones «mineras» que aprovechan los cometas de la nube de Oort.

        Toda la serie Pórtico (4 novelas) es igualmente recomendable. A nivel «ficción» es de lo mejorcito que se ha escrito. Pero desde ya te advierto que el autor en esa serie recurre (y con mucho énfasis) a especulaciones cosmológicas tan fascinantes como obsoletas.

        Saludos.

        1. Aunque me apasionan los cilindros de O’Neill siempre he pensado que lo de las ventanas era un «derroche», pues ademas de suponer un peso muerto considerable (pues solo se encarga de dejar pasar la luz y evitar la descompresión), con la tecnología de hoy seria mas practico y eficiente hacer uso de paneles solares que recojan la mayor cantidad de energía posible y dentro del hábitat generar la luz necesaria en longitudes especificas (luz blanca para zonas habitadas, leds infrarrojos para los cultivos, etc)

          Sobre desplazar la colonia, entiendo que debe ser un gasto enorme, y moverla en busca de recursos me parece un gasto absurdo. Tendría sentido si la colonia en sí fuera una comunidad minera, pero su hábitat entonces seria de carácter industrial con pocos espacios dedicados al ocio.

          Para mi una sociedad ideal (entiéndase como la que morará una colonia en concreto sin la necesidad de ir a ninguna parte en busca de recursos para otra colonia mayor o para colonizar nuevos sistemas) solo necesitará pequeños aportes de materia para su mantenimiento y la mayor parte de su sustento energético vendrá de la estrella local.

          En este punto habría entonces que decir que un hábitat estacionario (lo que refleja una sociedad sedentaria) seria muy distinto a un hábitat nómada (que tiene una misión al moverse).

        2. Hola, Tojeiro.

          Lo de las «ventanas» es un «derroche» según como se mire. En una órbita adecuada, podrían resultar más económicas que la superficie de paneles solares dedicada a proporcionar eléctricamente la misma cantidad de luz.

          Con la tecnología de hoy, la fabricación de paneles solares de «alto rendimiento» requiere elementos raros muy costosos. «Alto rendimiento» entre comillas, porque su conversión fotovoltaica tiene un rendimiento muy pobre en comparación al rendimiento clorofílico.

          Es de suponer que en el futuro el rendimiento y el costo de los paneles solares mejorarán mucho. Pero también harán lo propio los materiales sintéticos transparentes livianos y resistentes. El futuro decidirá.

          Yo le encuentro contras a cualquiera de las dos soluciones. Cuanto más grande sea la superficie de paneles solares, mayor será su efecto de vela solar, y más complicado será mantener la estabilidad orbital de la estación.

          Por su parte, cuanto más grande sea la superficie de «ventanas», mayor será el riesgo estructural, por no mencionar otros como las tormentas solares. También haría más difícil mantener el equilibrio térmico de la estación.

          De esas dos contras, la primera me parece más fundamental. La segunda es un problema de ingeniería cuya solución requiere materiales y técnicas apropiadas.

          A mí me gustaría más vivir en una colonia del segundo tipo. En una Isla Tres de O’Neill levantas la cabeza y ves el cielo. Es un factor psicológico importante, el mismo motivo por el cual los aviones de pasajeros tienen ventanas pese a ser un riesgo estructural.

          Un cielo simulado mediante pantallas LCD gigantes no sería lo mismo. Uno SABE que está siendo engañado. Este es el tipo de «detallecillos» que podría condenar la viabilidad de una colonia orbital PERMANENTE. ¿Quién querría vivir en una claustrofóbica lata de sardinas?

          Puede que sea un mero problema de educación. El ser humano es muy adaptable. Pero habría que estudiar muy bien su efecto psicológico a largo plazo. Hasta ahora todas las tripulaciones de estaciones espaciales SABÍAN que su permanencia allí era sólo TEMPORAL.

          Otro factor psicológico importante es el de los objetivos. Una comunidad autosuficiente y absolutamente sedentaria, viviendo en un entorno controlado que jamás cambia, está condenada a morir.

          Por eso Antonio y yo te propusimos modelos nómadas. No tienen por qué ser «astronaves interestelares», aunque es un plus muy excitante.

          Imagínate una «colonia-astronave» con órbita interplanetaria muy excéntrica, como la de un cometa de período regular. A largo plazo sería una colonia sedentaria (siempre la misma órbita), pero en el intermedio sería nómada.

          Esa comunidad tendría metas concretas, variables y REALES según las «temporadas» orbitales, a grosso modo semejantes al ciclo verano-invierno. Podría haber «temporadas», por ejemplo, de minería, de fabricación, de comercio con los planetas, de turismo, etc. Sería un saludable cambio de ritmo.

          Hace años vi un documental acerca de un proyecto de ciudad flotante. Su diseño se parecía al de un gigantesco barco… porque ERA un barco. Esa «ciudad» podría recorrer el mundo con la majestuosa lentitud de un crucero de placer. ¡Eso es un aliciente! Me encantaría vivir, trabajar y morir en una «ciudad nómada» así.

          Saludos.

          1. Quien querría vivir en una claustrofóbica lata de sardinas? Yo!!

            A mi me encantaría vivir en un cilindro de Oneil de tipo cerrado, sin esas molestas ventanas que muestran el cielo estrellado dando vueltas y vueltas. Lo guay es ver que el arriba es igual al abajo, con gente viviendo sobre nuestras cabezas

            Mola un montón ese tipo de orbita cometaria para el hábitat

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Por Daniel Marín, publicado el 19 enero, 2014
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