La lección del incidente de Cheliábinsk: hay un Sistema Solar peligroso ahí fuera

Por Daniel Marín, el 9 noviembre, 2013. Categoría(s): Astronomía • Rusia • Sistema Solar • sondasesp ✎ 11

El 15 de febrero de 2013 un pequeño asteroide de unos veinte metros de diámetro y con una masa de entre 12000 y 13000 toneladas chocó con nuestro planeta a 19 km/s. Desde el impacto de Tunguska en 1908, la Tierra no había sido testigo una colisión espacial tan destructiva.

Meteoritos procedente del asteroide de Cheliábinsk (Science).

La roca espacial -una condrita normal que quizás era miembro de la familia de asteroides Flora- se había formado hace 4452 millones de años y desde entonces había estado vagando por el Sistema Solar hasta que la Tierra se topó en su camino. Es posible que el pequeño asteroide se haya aproximado muy cerca de la Tierra hace 1,2 millones de años, fragmentándose por influencia del campo gravitatorio terrestre. En este caso, el asteroide de Cheliábinsk no sería más que una pequeña parte de un objeto mayor similar al asteroide Itokawa y sus hermanos todavía estarían flotando por ahí. Una de esas piezas podría ser el asteroide 1999 NC43, de dos kilómetros de diámetro, que posee una órbita muy similar a la calculada para el asteroide Cheliábinsk.

Tras seguir una trayectoria rasante en la atmósfera terrestre, el intruso se desintegró a 30 kilómetros de altura sobre los cielos de Cheliábinsk, Rusia. La explosión resultante tuvo una potencia de 400-600 kilotones, creando una onda expansiva que causó importantes daños materiales en las zonas habitadas. El brillo de la explosión fue tan alto que superó al del Sol y llegó a causar algunas quemaduras de piel a varios testigos. Más de 1200 personas sufrieron contusiones o cortes como resultado de los efectos de la onda expansiva en un radio de cien kilómetros alrededor del punto de la detonación, pero afortunadamente no hubo que lamentar ninguna víctima mortal.

El 75% de la masa del asteroide se vaporizó en ese momento, mientras que el resto se convirtió en polvo. Sólo el 0,05% -unas 4 o 6 toneladas- sobrevivió a la explosión y cayó al suelo en forma de meteoritos. El fragmento del asteroide de mayor tamaño se estrelló contra la superficie helada del lago Chebarkul, creando un agujero en el hielo de siete metros de diámetro. Del fondo del lago se han recuperado numerosos fragmentos, el mayor de los cuales tenía una masa de 650 kg.

Órbita y trayectoria de impacto (Nature/Science).

Nueve meses después son dos las lecciones que el ‘incidente de Cheliábinsk’ nos ha enseñado. La primera, recordarnos que estamos totalmente indefensos ante los impactos de asteroides. Y no sólo eso, sino que además a día de hoy somos incapaces de detectar con tiempo suficiente una colisión de cierta importancia. Pero la segunda lección es más importante si cabe. Los últimos cálculos estadísticos realizados teniendo en cuenta este incidente indican que las colisiones con asteroides cercanos son más frecuentes de lo esperado. Hasta ahora se pensaba que un impacto como el de Cheliábinsk solamente tenía lugar una vez cada unos 150 años, pero ahora creemos que su frecuencia es mayor y se aproxima a un choque cada unos treinta años. Eso significa que los eventos de tipo Tunguska tendrían lugar cada pocos siglos en vez de una vez por milenio como creíamos hasta hace menos de un año. Puede que esto no parezca muy impresionante, pero démosle la vuelta a la estimación. Si los impactos son más frecuentes es porque hay más asteroides peligrosos. Antes se creía que existían entre tres y cuatro millones de asteroides como el de Cheliábinsk en el Sistema Solar. Los investigadores piensan que la cifra real está más cerca de los veinte millones (!).

A raíz del incidente varias agencias espaciales han anunciado su decisión de reforzar los programas de detección de asteroides cercanos (NEOs) mediante observatorios terrestres profesionales y aficionados, aunque curiosamente no se ha materializado ninguna propuesta para lanzar algún tipo de observatorio espacial similar al Sentinel, capaz de descubrir la mayor parte de NEOs peligrosos. Una verdadera pena, porque nada nos garantiza que dentro de treinta años tengamos tanta suerte.

Vídeo con las mejores vistas del bólido de Cheliábinsk:


Referencias:



11 Comentarios

  1. No es sólo que las probabilidades están infravaloradas, es que al aumentar tan espectacularmente la población humana, la densidad poblacional y el tamaño de las áreas pobladas (y urbanas), hemos incrementado en un orden de magnitud los blancos potenciales. Territorios que hace 150 años estaban virtualmente vaciós (incluso en los EEUU), hoy albergan aglomeraciones urbanas de millones de personas.

    En los últimos 10 años se han registrado estos meteoroides:

    20130215, Chelyábinsk, Rusia, 500 kton
    20120422, Lagrange, CA, USA, 4 kton (una condrita)
    20091008, Sulawesi del Sur, Indonesia, 50 kton
    20081007, desierto de Nubia, Sudán, ~2 kton
    20070928, Ostrobotnia, Finlandia, ?
    20040904, Tierra de la Reina Maud, Antártida, 12 kton
    20020925, cerca de Irkutsk, Rusia, ~1 kton
    20020606, Mediterráneo 250 km NNE Bengasi, ~20 kton
    20000118, Whitehorse, YT, Canada, ?
    19971209, 150 km S Nuut, Groenlandia, ~1 kton
    19940201, 300 km S Kosrae, Micronesia, 11 kton
    19940118, Cando, CAG, España, ??
    19930119, Lugo, ER, Italia, ~15 kton

    Cualquiera de ellos con otra trayectoria (¿más improbable? quizá) hubiera provocado una catástrofe inédita en la historia.

    Y si ampliamos a los últimos 100 años, Cheliábinsk no está solo en absoluto:

    19630803, 1100 km WSW Isla Príncipe Eduardo, Sudáfrica, ~350 kton
    19321208, Arroyomolinos de León, actualm. CAA, España, ~200 kton
    19191126, S MI y N IN, USA, se registró un temblor de tierra de 3 minutos, ventanas rotas en decenas de km, daños considerables en estructuras, y fallo generalizado de los sistemas eléctrico, telegráfico y telfeónico. Potencia no calculada.
    19080630, Tunguska, Rusia, ~150 Mton (impacto)

    No sólo no podemos detectarlos. Tampoco por ahora podemos pararlos. Tal vez ni siquiera evacuar el área en peligro (a ver quién evacua 10 ó 20 millones de habitantes si decide caer en una megápolis). Nono, ni con pepinillos nucleares.

    Se ve que los seres humanos seguimos considerános el mayor peligro para nosotros mismos… lamentablemente, hay más.

  2. No quiero ser alarmista pero que la probabilidad de impacto sea de uno cada treinta años no quiere decir que caiga uno cada treinta años. Pueden caer dos cada sesenta o tres cada noventa… Quiero decir que el próximo puede caer hoy.

  3. No deja de ser curioso que la amenaza de un asteroide o cometa capaz de extinguir a toda la especie humana sea únicamente de carácter cinético.
    Es decir, un juego de billar cósmico, una mortal carambola.
    Claro que nuestro propio Sol terminará acabando con nosotros algún día, pero pareciera que algunas de las hipótesis más extravagantes para explicar el evento de Tunguska pertenecerán siempre al reino de la ciencia ficción. En fin, qué Sistema Solar tan prosaico y aburrido.

  4. Saludos.

    Solo quiero preguntar lo siguiente para saber si tengo claro lo que pienso:

    Si este mismo asteroide (¿Estoy en lo correcto?) que ingresó a la atmósfera casi de manera paralela al horizonte lo hubiera hecho de forma vertical ¿Cual hubieran sido los efectos?

  5. Por un lado:
    Pues que en vez de encontrarse con X grosor de atmósfera, se hubiese encontrado con X menos Y, es decir con mucho menos, ergo se hubiese disipado mucha menos energía y el asteroide que impactó contra el suelo en vez de ser de unas pocas toneladas podría haber sido de un orden de magnitud mayor. Siendo por tanto la «explosión»… ciertamente más bestia.
    Por otro y más importante:
    Al igual que en cualquier choque en el espacio, lo importante es la «velocidad relativa de los objetos» si el asteroide viene «por detrás» respecto a la tierra, es decir siguiento una órbita parecida, la velocidad relativa y por tanto la energía del impacto es muchísimo menor ya que cuenta el diferencial entre las dos. En cambio si las trayectorias están enfrentadas es decir, el asteroide viene vertical o en contra de la órbita de la tierra la velocidad relativa es órdenes de magnitud mayor y por tanto, lo es la energía a disipar.

    Vamos que hubiese sido un pedazo de pepino…

  6. Si, el Universo es peligroso. Y aquí caerá un meteorito de lols gordos con una probabilidad de 1. El cuando no es conocido. Pero tampoco hay que asustar a la población. Todos sabemos que vamos a morir, pero si se lo recordamos a la gente cada dos por tres nos van a llamar pájaros de mal agüero.

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Por Daniel Marín, publicado el 9 noviembre, 2013
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