Proyecto MOOSE. O cómo hacer que el salto de Baumgartner quede en una nimiedad

Por Daniel Marín, el 14 octubre, 2012. Categoría(s): Astronáutica • sondasesp ✎ 31

Ahora que Felix Baumgartner ha superado el récord de salto en paracaídas tras precipitarse desde un globo estratosférico a 39 kilómetros de altura, vale la pena rememorar el Proyecto MOOSE, la madre de todos los saltos. MOOSE (Man Out Of Space Easiest, también conocido como Manned Orbital Operations Safety Equipment) fue desarrollado a principios de los años 60 por la empresa General Electric para responder a una pregunta fascinante: ¿cuál es la forma más simple de traer un astronauta desde la órbita? Y, efectivamente, MOOSE era un sistema de rescate espacial genialmente simple… pero también aterradoramente peligroso.

MOOSE: esto sí que es un salto y no lo de Baumgartner (fuente).
Sistema de escape espacial MOOSE (NASA).

El sistema era algo así como un escudo térmico desplegable y unipersonal que debía ser capaz de salvar la vida de una persona. En caso de emergencia, el astronauta solamente tenía abandonar su nave y sacar su kit de rescate MOOSE de 215 kg, que venía de serie con un pequeño motor cohete de combustible sólido capaz de reducir la velocidad orbital de 8 km/s en una pequeña fracción. Pequeña, pero lo suficiente para que el astronauta se precipitase hasta la atmósfera terrestre. Por supuesto, el apuntado del cohete sería manual, con el astronauta sujetando el cohete en la dirección de avance.

Detalles de varias versiones de MOOSE (NASA).

Una vez que el astronauta estuviese en ruta hacia la incineración, se introduciría en una bolsa de polietileno de 1,83 metros de diámetro dotada de un fino escudo de ablación por un lado. Este escudo era la parte más delicada y la que debía disipar la mayor parte de la energía de la entrada. Después de acomodarse en el interior de la bolsa, nuestro héroe tiraría de una cuerda para activar dos contenedores presurizados con espuma de poliuretano que rellanarían el interior y le darían forma y consistencia al escudo térmico. La espuma serviría además como aislante para soportar el tremendo calor de la reentrada. Si todo iba bien -y era mucho suponer-, el astronauta sobreviviría la fiera entrada balística -alcanzando unos 10 g de desaceleración- y descendería en caída libre, superando la barrera del sonido a lo Baumgartner.

Por fin, a los 9 kilómetros de altura el astronauta tiraría de otra cuerda y desplegaría un paracaídas para frenar la caída. El aterrizaje se produciría a una velocidad de 28 km/h, pero la espuma amortiguaría el impacto final. MOOSE incluía también un equipo de radio y radiobalizas para ayudar en la localización del astronauta. Aunque el concepto parecía -y era- una locura, la USAF lo estudió seriamente para su programa espacial, que por entonces incluía el transbordador Dyna Soar (posteriormente sustituido por el MOL). De hecho, el salto de Joe Kittinger en 1960 desde 31 kilómetros de altura sirvió para poner a prueba varias de las técnicas asociadas a un sistema como MOOSE.

Sistemas de escape espacial de principios de los 60 (NASA).

MOOSE no fue el único sistema de escape espacial propuesto en los años 60, pero ciertamente sí que fue el más arriesgado, amén del más simple. Los sistemas Paracone, SAVER o Airmat, por ejemplo, también tenían por objetivo traer un astronauta a la Tierra sano y salvo desde la órbita. Con el tiempo, las dificultades técnicas asociadas a estos sistemas hicieron que estas propuestas cayesen en el olvido. Pero quién sabe, a lo mejor un día Baumgartner nos da una sorpresa y regresa del espacio con una variante de MOOSE.

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31 Comentarios

    1. Un: «Gracias, escribía desde un móvil y pulsé la tecla de al lado.» habría servido para quedar como un señor. La opción tan habitualmente hispana de defender obcecadamente nuestros errores a pesar de ser conscientes de ellos (igualito que el tan criticado no dimitir jamás) hace quedar a todos a la altura del betún. País… la crítica constructiva es inútil.

    2. Creía que esto era un blog en el cual te exponían noticias y no un examen de ortografía, veo que hay mucho profesor frustrado por estos lares…………..en fin.

  1. Interesante pero aterrador desde el punto de vista de la presión psicológica que debería sufrir el astronauta en semejante procedimiento.
    De todas formas, se sabe si se llevaron a cabo pruebas reales sobre esta forma de recuperar a tripulantes espaciales?

  2. Con todo el debido respeto… pero el proyecto MOOSE y demas proyectos, solo quedaron en eso… El proyecto Stratos o el salto de Baumgartner es una REALIDAD, y eso es lo que cuenta.

  3. De verse obligado a usar el MOOSE deberia de ser una persona con nervios de acero y mucha sangre fria, cualquier minimo error podria ser fatal.
    De todos modos veo un escudo termico pequeño para el objeto al que se diseñó. ¿Es suficiente o roza con el minimo de protección?

    De todos modos me parece una locura saltar por ejemplo de la ISS con un pequeño propulsor y sin mas protección que el MOOSE…
    ¿Como seria un «vamonos por patas» de la ISS?, ¿cuanto tardaria en aterrizar?, ¿que autonomia de oxigeno deberia de llevar el MOOSE?
    Me asaltan las dudas!!

    Un saludo a todos

  4. Forrados de tungsteno los tendrían que tener…

    Ahora bien, para hacer reentrar una masa de un astronauta con su traje, ¿cual sería el escudo mínimo necesario? ¿eso está estudiado o proyectos como el MOOSE es lo más lejos que se ha llegado?

    Saludos y gracias por una entrada tan original Dani!

    1. Y el ruido y las vibraciones que le llegarían al pobre tipo?
      Por más que el escudo alcance cierta rigidez al ser inflado, existirá un índice de maleabilidad que habrá que asimilar.
      Cómo hacer para que mantenga el ángulo de descenso y que no realice balanceos peligrosos ya que no cuenta con computadora y venier de corrección, ni siquiera giroscopios?????
      Me parece que no queda otra que volver en una cápsula más preparada para ello. Un «paquete» salvavidas marca «Acme» no parece poder soportar un análisis detallado.
      De todas formas, recordemos, que el salto efectuado por Joseph Kittinger ( http://es.wikipedia.org/wiki/Joe_Kittinger), cumplía con el objetivo de conocer la viabilidad de traer de vuelta a un astronauta en un punto donde queda demasiado alto para un avión y demasiado bajo para un cohete en lo que respecta a la recuperación del tripulante.
      Es del mismo paquete de pruebas como las realizadas, por ejemplo, por John Paul Stapp (http://en.wikipedia.org/wiki/Colonel_John_Paul_Stapp)
      Lo de Felix Baumgartner, con todo el mérito que tiene, no es otra cosa que simplemente publicidad, porque no prueba nada que ya hubiese sido probado.

    1. Dudo que fuera útil abrir el paracaidas a esa altura, quizá incluso sería peligroso. A esa altura no habría suficiente aire como para que la bolsa del paracaídas se desplegara, con lo cual estaría cayendo igualmente a gran velocidad, con el peligro añadido de enredarse con el paracaídas o las cuerdas, con lo cual a mas baja altura y aún con suficiente aire como para que el paracaídas funcionara, tampoco se desplegaría y acabaría precipitándose contra el suelo y matándose. Desde la ISS es aún peor, no hay nada de aire, con lo cual el paracaídas es completamente inútil.

    2. Yo lo decía por el siguiente razonamiento:
      -El peligro de incineración se debe al rozamiento con las moléculas de aire al caer a gran velocidad. Por eso se usan escudos térmicos.
      -A gran altura no hay moléculas de aire y por tanto al empezar a caer no hay peligro de incineración.
      -A medida que descendemos empezamos a rozar con las primeras moléculas de aire.
      -Como ya hay aire, podemos desplegar un primer paracaídas que frene la velocidad. La velocidad de caída con este primer paracaídas sería muy alta pero no tanto como para provocar la incineración.
      -Al llegar a una zona de la atmósfera más densa se puede desplegar el segundo paracaídas que frene más la velocidad, y ya hacer un descenso normal.

    3. Anónimo… el peligro de incineración no es sólo por la componente vertical… osea, no es por «caer» a gran velocidad, sino porque se mueve tambien en horizontal a gran velocidad.

      Entrar a 28mil km/h es mucho peor que arrastrarse en el pavimento sujeto a un formula 1… Si intentas abrir un paracaidas a esa velocidad, por pocas moléculas que haya, la fricción lo incinerará y al paracaidista también.

  5. Me parece que el Paracone de Douglas Aircraft hubiera sido menos aterrador, por lo menos el muer… estoooo… el sufrido astronauta iba amarrado a una silla y el escudo era un poco mayor. Además llevaba un escudo hinchable como los del artículo del otro día, aunque lo de no llevar paracaídas…

  6. MAMA MIA que locura, se me erizan los pelos del brazo al leer esta nota. Daniel, muy buen post del cual no tenía ni idea de que a alguien se le ocurriera tan descabellada idea, un abrazo soy Horacio de Argentina

  7. Todavía me estoy riendo cuando decían que el traje del Baumgartner iba a ser un gran avance en los trajes de los astronautas, los cuales eran los mismos que hace 40 años, bla bla bla…
    Por favor que la NASA, Roscosmos, ESA,… fichen al que lleve el marketing de RB
    P.D.: gran post y vaya locura la del MOOSE

  8. Mi humilde opinión es que el proyecto citado lo tomamos como algo inviable; no hay que ser ingeniero para darse cuenta de que el problema térmico, el ruido, las vibraciones, la desaceleración, la garantía de oxígeno,los aspectos psicológicos del astronauta o demás problemas que se os puedan ocurrir prácticamente garantizan la inviabilidad del sistema.
    Podemos juzgar el proyecto, y desde nuestro ordenador tranquilamente sentados criticar los problemas del invento de la NASA no deja de ser interesante. Por el contrario a mi me gustaría comentar más aportaciones al posible artilugio no sin antes alabar la idea original como sencilla y original.

    Por último comentar. ¿Sería ingenuo pensar que la pérdida de conciencia del astronauta no fuera un problema?. El astronauta podría realizar la caída en un sueño inducido, mientras que sistemas informáticos controlan los parámetros de la caída.

    1. Cre que no tendría sentido poner a un astronauta en el espacio para luego ceder el control completo a un sistema automático. Este también podría averiarse por cualquier motivo, por eso aún se sigue utilizando a humanos. La inducción de «sueño» sería más peligrosa que la pérdida del conocimiento que que inhabilita completamente a la persona.

      Permíteme una corrección ortográfica: el astronauta estaría concienciado de su trabajo, aunque estuviera inconsciente 😉

  9. El camarada Vladímir Mijáilovich Komarov habría estado encantado de haber tenido un sistema como éste para escapar de su nave soyuz. Ha sido el único en aterrizar directamente desde el espacio, estableciendo un récord aún no superado. Lástima que no sobrevivió para contarlo. PD: escrito desde el móvil.

  10. bueno… pero no ahy que ir tan atras en el tiempo solo habria que preguntarse si a los astronautas del columbia no les habria gustado tener.a MOOSE. como equipo de supervivencia. Es un asunto de extrema urgencia o lo usas o te moririas sin duda alguna.

    1. El columbia se destrozó integramente cuando el plasma reventó el ala, volteando al orbitador patas para arriba y los astronautas murieron en custión de uno o dos segundos, de ninguna manera hubieran tenido tiempo de siquiera pensar en que tenian que salir del vehiculo y desplegar cada uno su propio MOOSE, perdón pero no sirve, al menos para cualquier nave que ya está reentrando, puede que si para una nave que todavía está orbitando y tiene una avería por la cual hay que abandonarla.
      Soy Horacio de Argentina, perdón por la demora, es que volví a leer el post y ví estos últimos comentarios, un abrazo para todos.

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Por Daniel Marín, publicado el 14 octubre, 2012
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