La política espacial de la NASA: nada por aquí, nada por allá

Por Daniel Marín, el 2 julio, 2010. Categoría(s): Astronáutica • NASA • sondasesp ✎ 11

El pasado 28 de junio la Casa Blanca publicaba la nueva política espacial de los Estados Unidos (National Space Policy). Un título muy rimbombante y trascendente que en realidad no aporta nada, ya que el documento está repleto de buenas intenciones y brindis al Sol sin ningún detalle concreto.

En definitiva, y para no aburrir, nada nuevo, lo cual es normal, pues se trata de un documento político más que otra cosa. La política espacial de los EEUU ya fue anunciada por Obama el pasado febrero y sus puntos principales son de sobras conocidos: cancelación del programa Constellation, retirada del transbordador espacial, ampliar la vida útil de la ISS hasta 2020 y trasladar al sector privado la responsabilidad del acceso tripulado al espacio. Otros aspectos aún no son definitivos, pero el documento tampoco los aclara: ¿desarrollará finalmente Estados Unidos un lanzador pesado para poner más de 25 toneladas en LEO?¿Impulsará algún tipo de programa reducido a largo plazo para salir de la órbita baja? Aún no sabemos las respuestas, pero todo parece indicar que serán negativas. Por cierto, algunos puntos que han recibido atención por parte de muchos medios, aunque tampoco sean nuevos, son la posibilidad de misiones tripuladas a un asteroide a partir de 2025 y a la órbita marciana a partir de 2030. El problema es que no se dice en ningún momento con qué vehículos, con qué lanzadores y, especialmente, con qué dinero se van a llevar a cabo esas maravillosas misiones. Quince años es mucho tiempo para cualquiera, pero para un político es el futuro lejano. Bien podían haber puesto 2050 o 2100, sin recursos esto no deja de ser una declaración vacía.

Pese a la repetición hasta la saciedad de expresiones de autoafirmación del tipo U.S. leadership in space, el documento no explica que, precisamente debido al rumbo de la política espacial de Obama, los EEUU corren el riesgo de dejar de ser líderes en muchos sectores de eso que comúnmente llamamos «conquista del espacio». Algo que podemos presenciar, por ejemplo, en la total y absoluta dependencia de las naves rusas Soyuz para llevar astronautas norteamericanos hasta la ISS. A diferencia de lo que uno pudiera pensar después de leer algunos artículos, esta dependencia no comenzará el año que viene tras la retirada del transbordador, sino que ha estado ahí desde el primer día de operaciones de la ISS. Incluso con la lanzadera espacial en activo, la NASA ha necesitado las Soyuz como vehículo de emergencia para las tripulaciones de la ISS durante todos estos años. Sin la participación rusa, la ISS debería ser abandonada mañana mismo, por mucho U.S. leadership que tenga.

La decisión de cancelar el Ares V y no desarrollar un lanzador pesado también supone un paso atrás para el liderazgo tecnológico espacial norteamericano. Aunque es cierto que los cohetes más potentes con los que cuenta EEUU -Delta IV y Atlas V, este último con motores rusos- están en la misma categoría que el Ariane 5 europeo o el Protón ruso, a veces nos olvidamos de que el transbordador espacial es el sistema de lanzamiento más potente del mundo, con capacidad de poner en órbita unas cien toneladas. Sí, es cierto que la bodega de carga del shuttle sólo tiene capacidad para unas 20 toneladas, pero no debemos obviar la masa del propio transbordador. Efectivamente, un sistema de lanzamiento no tripulado basado en la lanzadera (SDHLV, Direct, etc.), podría poner más de 80 toneladas en LEO fácilmente. Tras la retirada de los transbordadores, y debido a la decisión política de dejar morir las tecnologías asociadas a los mismos, los EEUU renuncian a uno de los sectores donde eran líderes o, al menos, contaban con cierta ventaja.

Pero quizás el punto más crítico sea el relativo al desarrollo de naves tripuladas. Después de pasarse años criticando a las Soyuz rusas por ser vehículos «obsoletos» y «vetustos», la ironía no es que la NASA vaya a depender de las mismas para viajar al espacio, sino que las naves espaciales desarrolladas por las compañías privadas tendrán, en el mejor de los casos, unas prestaciones similares a las «antiguallas» rusas. El Programa Constellation tenía muchos defectos, pero la cápsula Orión era un vehículo muy capaz que permitía realizar viajes más allá de la órbita baja. Ninguna de sus sucesoras «privadas» tendrá esta capacidad, por lo menos, no a medio plazo. De este modo, los EEUU abandonan otro área donde podrían haber sido lideres fácilmente. Si Rusia termina por desarrollar la PPTS, se pondrá por delante de Estados Unidos en casi todos los aspectos de la astronáutica tripulada. Y, en todo caso, aunque los EEUU cuenten con una o dos naves espaciales privadas, jugarán en la misma liga que Rusia, China y, quizás, la India, todos ellos países con programas espaciales tripulados propios.

Por otro lado, el área donde la NASA goza de un liderazgo internacional indiscutible e incontestable es el de la exploración no tripulada del espacio, pero a este respecto hay que destacar que el «abandono» de la astronáutica tripulada no supondrá un incremento significativo en el número de sondas y misiones científicas.

Para no terminar con un mal regusto, podemos resaltar algunos aspectos positivos que aparecen en el documento. Por ejemplo, se refuerzan las intenciones de colaborar con otros países en la exploración del espacio, aunque no se citan objetivos ni plazos concretos. También me parece muy sensato el apoyo al empleo de la energía nuclear en el espacio, que podría abrir la puerta a la exploración del Sistema Solar exterior y al desarrollo futuro de naves tripuladas interplanetarias. Por cierto, vale la pena recordar que, hasta ahora, la NASA depende de Rusia para la obtención de plutonio de cara a su uso en los RTGs de sondas espaciales, una situación que deberá cambiar en los próximos años.

En definitiva, los Estados Unidos poseen los medios económicos, tecnológicos y humanos para ser líderes en la exploración espacial y, sin embargo, han decidido renunciar a este liderazgo de forma voluntaria por motivos políticos.

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11 Comentarios

  1. Interesante análisis Daniel, un poco desalentador pero un muy buen resumen de cuáles son las cosas que están claras ahora mismo y cuáles son pura especulación por ahora.

    Puesto que creo que tienes L2 en NSF, una pregunta que no has comentado en el artículo: ¿qué opinión te merecen los planes del HLV que el SSP se sacó de la manga, y cuya presentación se publicó en ese sitio hace unos días?

    En ella, los análisis parecen profundos y bien fundamentados (aunque el ESAS también lo parecía), y resulta llamativo cómo se desmarcan de los análisis económicos de la Comisión Augustine, destacando la viabilidad de su proyecto. Las posibilidades de expansión y mejora poco a poco que muestran, poniéndolo a un nivel parecido al Ares V, así como la propuesta de eventualmente ceder operaciones al sector privado, para casar mejor con el plan Obama, lo hacen bastante ventajoso y deseable a mis ojos, más aún cuando cuenta con el respaldo de la «vieja guardia», en el sentido de que lo apoyan desde la propia agencia. ¿Cómo lo ves?

  2. Hola David. Sí, me he leído el documento de NSF, pero no he comentado nada por el tema de la «confidencialidad» de L2 y esas cosas. De todas formas, pues sí, en mi humilde opinión el documento es genial y maravilloso, pero sin un apoyo político no sirve para nada. Aunque desconozco los detalles técnicos, creo que crear un SDHLV no es algo especialmente complicado. Tengo en mi disco duro documentos de los años 80 que ya demostraban la viabilidad de proyectos similares (ya sabes, Shuttle-C y demás).

    Y, hablando de NSF, ya sabemos que la gente por allí tiene la tendencia de saltar al último carro que aparezca: ¿que ahora lo mejor son los fuel depots?, pues vamos a hablar hasta la saciedad de los mismos, ¿que ahora es Direct?, pues hablemos de Direct como lo mejor del mundo, etc., etc….no sé si me explico, 😉

    Por supuesto, la Casa Blanca puede cambiar en cualquier momento de opinión y financiar un (SD)HLV, pero sin un objetivo claro, ¿para qué lo haría? Lo único que espero es que la presión de los lobbies pro-espaciales de Florida y demás estados convenzan a Obama de la necesidad de un HLV que evite los despidos masivos de personal.

    Pero claro, hasta que no vea que la NASA financia efectivamente (usease, con dólares reales) un SDHLV, no me creeré nada. No sé si te pasa a ti, pero después del Constellation, he quedado empachado de estudios de viabilidad que no llevan a ningún lado.

    En definitiva, creo que el problema no es el dinero (y eso pese a la crisis), sino la falta de una voluntad política clara. ¿Tú qué opinas?

    Saludos.

  3. Gracias por el comentario, suponía que la «confidencialidad» tendría algo que ver, pero no me pude resistir a preguntarte 😉

    La verdad es que ando un poco confundido últimamente con tantas ramificaciones y estudios diversos que se sacan de la manga… y como mencionas, a veces es difícil sacar un S/N significativo en NSF, sobre todo en discusiones que tienen mucha parte de políticas, cuando mucha gente allí se radicaliza tan rápido hacia una postura o simplemente habla sentando cátredra, pero sin conocimiento de causa.

    Personalmente (lo que le da un bajo índice de fiabilidad a esta opinión jaja), yo creo que acabarán escogiendo este camino, quizás con alguna modificación para poder incluir a ULA en él tras el «descafeinado ultra» de la Orión. Pero la alternativa de invertir dinero en SpaceX/Orbital/etc exclusivamente me parece que sería inadmisible para el «establishment» y bastante poco ortodoxa para el aparato burocrático y HQ. Además de que, técnicamente, como bien dices en tu artículo, se trata de reinventar la rueda (con mucha palabrería sobre comercialización, que siempre queda bien en EEUU)

    Veremos, a ver si aunque sólo sea por evitar tantos despidos escogen un proyecto medianamente atractivo y con posibilidades. Un saludo!

  4. Seguro que al final de la presente legislatura, Obama planteará (si es que la situación económica lo permite) un nuevo plan que incluya, como Constellation, un lanzador para la capsula, probablemente basandose en los Atlas-Delta y la promesa de un desarrollo futuro de un lanzador pesado, que finalmente nadie acometerá y nos quedaremos otros 40 años en LEO…

    Luis RJ

  5. **En definitiva, creo que el problema no es el dinero (y eso pese a la crisis), sino la falta de una voluntad política clara. ¿Tú qué opinas?**

    Mas bien creo que la voluntad politica depende de la predisposicion de la gente(los votantes)a que los politicos se gasten la pasta en proyectos de exploracion espacial.
    En tiempos de crisis la gente no apoya estos gastos.
    Cuando acabe la crisis le gente apoyara mas estas cosas, y el presidente de turno podra aumentar el presupuesto para hacer maravillas, como en los 60 con Apollo.

  6. Si gastasen menos dinero en la Tierra(Irak, Afganistan,…) sería mejor para el desarrollo de los proyectos espaciales. Obama no está por la labor de gastar el dinero público en el espacio.

  7. Por favor unas elecciones ya y echen a ese sinverguenza, estafador, mentiroso y vendedor de humo.

    Esta claro que no le interesa lo mas minimo el espacio y engaño a los estados como florida, etc para haceder a la presidencia, pero una y no mas santo tomas porque en las proximas elecciones habra otro presidente y espero que rectifique esta horrible politica espacial.

    Por cierto no tiene los mismos huevos para cortar el presupuesto a programas del pentagono verdad, es un falsante.

    Respecto al programa espacial USA, no solo deja en manos privadas a los astronautas americanos (subvencionadas con dinero publico), si no en manos de las viejas soyuz.

    Os voy a contar un echo que sucedio hace 4 años en una conferencia en badajoz de miguel lopez alegria en el que salian unas imagenes de su conferencia subre su mision y hacia un chiste sobre lo anticuado de las soyuz, y mucha gente empezo a reirse, pues bien ahora tendran que tragarse su orgullo y aprenderse el manual de la nave por que sera la unica disponible en años.
    Yo no confio en las naves privadas y ya vereis como un accidente obligara a replantearse el tema y se volvera a la nasa para desarrollar una nave nueva.

    saludos jorge m.g.

  8. La burbuja espacial se dará cuando las compañias espaciales comerciales descubran que son muchas más de lo que realmente se necesita y requiere para ISS. Por eso falta mejor un programa para estaciones espaciales comerciales para que el negocio sea rentable. De lo contrario solo quedaran dos compañias o uno, de los peores casos, y no habrá mercado. Y se habrá acabado el juego de competir en el espacio para los USA.

  9. Que politica espacial es esta ? el señor obama se limita a dar subsidios a la privada y estas logicamente desarrollar cohetes y naves tripuladas ¡¡¡¡¡¡ eso espero algun dia.

    Fijense que incongluencia tiene obama: estudiar hasta el 2015 propuestas para un cohete pesado y dentonces 2016 desarrollarlo ?? y para el 2025 mision a los asteroides, alguien se lo cree que en nueve años se haga este tipo de mision, si para desarrollar un cohete nuevo se tardara una decada como minimo. Enfin obama vende humo y encima hay gente que se lo cree.

    A este paso ni para el 2030 saldremos de la orbita baja, solo hay una solucion: echar a este presidente.

    saludos jorge m.g.

  10. Un programa espacial no permite alcanzar resultados positivos en plazos tan breves como los que exige la lógica del beneficio capitalista, por lo que el sector privado es incapaz de sacar un programa espacial adelante y, si los gobiernos asumen puntos de vistas muy empresariales o de electoralismo corto-placista, tampoco los gobiernos se van a interesar mucho por el espacio. No se puede ir al espacio si solo se piensa en las`próximas elecciones o en la cuenta de resultados del presente o próximo ejercicio contable.

    Además es difícil juntar dinero suficiente para un programa espacial, que es aalgo con resultados a largo plazo, cuando desde el sector privado se exige a los gobiernos fuertes transferencias de dinero público en forma de rescates bancarios y similares.

    La NASA está en plena decadencia pero, frente a otros programas espaciales, siguen siendo líderes en marketing y en animaciones por ordenador.

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Por Daniel Marín, publicado el 2 julio, 2010
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