La supernova de Kepler

Por Daniel Marín, el 10 enero, 2007. Categoría(s): Cosmología • Estrellas • Historia ✎ 1

En el año del Señor 1604, un astrónomo obsesionado con los movimientos planetarios llamado Johannes Kepler observó una supernova en la constelación de Ofiuco. Bueno, en realidad no sabía que era una supernova, pues para él era simplemente una estrella nueva, una stella nova, vamos. Habría que esperar hasta el siglo XX para que supiéramos que una supernova es el último acto de una estrella masiva antes de morir. Sin embargo, hay varios tipos de supernova. El más conocido es el Tipo II, que es el producido por una estrella supergigante al finalizar su vida y que produce un agujero negro o una estrella de neutrones. Otro tipo menos conocido es el Tipo Ia, que suele tener lugar cuando una enana blanca en un sistema binario acumula masa de su estrella vecina hasta que explota sin dejar tras de si ningún rastro, aparte del remanente visible como nebulosa. Las supernovas Tipo Ia se utilizan en cosmología como candelas estándar para medir las distancias entre galaxias, pues todas tienen aproximadamente la misma luminosidad absoluta. Sin embargo, cuando encontramos un remanente de supernova suele ser muy difícil saber qué tipo de explosión fue el causante de la nebulosa. Este era el caso de la SN1604, como se conoce a la supernova de Kepler: aunque la ausencia de un agujero negro o estrella de neutrones sugería que estábamos ante un Tipo Ia, la fuerte presencia de nitrógeno indicaba por contra que se habría tratado de un Tipo II.

Tras estudiar imágenes del telescopio espacial de rayos X Chandra, parece por fin que el misterio está resuelto (o casi): la supernova de Kepler era del Tipo Ia.



1 Comentario

  1. En un futuro, no muy lejano, sabremos que:
    Los agujeros negros no son eternos.
    Todos los agujeros negros explotan.
    Las explosiones cósmicas hacen parte del proceso cíclico del reciclaje energético: la gravedad concentra masa y las explosiones la dispersan e impulsan los movimientos inerciales y orbitales.
    Las explosiones de rayos gama son también consecuencia de las explosiones de agujeros negros.
    No existen realidades ni universos paralelos.
    La realidad existe independientemente del sujeto-observador.
    Las partículas elementales vibran dentro y fuera de los átomos o giran alrededor del núcleo atómico como los electrones, y cuando salen del átomo se desplazan con un movimiento compuesto, que combina de un lado su vibración o giro con su desplazamiento lineal, lo que da como resultado un movimiento ondulatorio, (es como estirar una espiral).
    El universo crece a la velocidad de la luz.
    La energía materia se reproduce.
    La energía se crea y se recicla.
    El tiempo es eterno.
    El tiempo y el espacio son distintos.
    No existen sino tres dimensiones espaciales.
    El espacio es infinito, tridimensional e indeformable.
    La energía oscura es la materia prima de la materia visible.
    No existe la energía oscura.
    El universo se expande aceleradamente porque gira sobre si mismo.
    La expansión acelerada del Universo deja sin piso las creencias en el Big-bang.
    El fondo cósmico de microondas no es el eco del big-bang sino la energía degradada.
    El Universo es mucho más grande de lo que siempre se ha creído.
    El universo visible por nosotros es solo una parte del universo que emite radiaciones electromagnéticas.
    Solo podemos detectar la radiación electromagnética que viene hacia nosotros, ya sea en forma directa o reflejada, y la cual es emitida por la materia conocida y nunca podremos tener información de la emisiones restantes, de las que viajan en sentido contrario, alejándose de nosotros a la velocidad de la luz y que también son universo, pero es esa gran parte del universo, de la que nunca podremos saber nada. Las emisiones electromagnéticas de la materia conocida se irradian tridimensionalmente por el espacio tridimensional e infinito.
    No habrá ni muertes térmicas ni desgarres.
    La velocidad de la luz no es constante ni en el vacio.
    Ver artículo completo:
    http://www.articuloz.com/ciencia-articulos/teoria-optimista-sobre-el-universo-1044310.html
    martinjaramilloperez@gmail.com

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Por Daniel Marín, publicado el 10 enero, 2007
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